Transición verde

Tecnologías limpias y materias primas ‘made in Europe’: la solución de Bruselas para competir con China y EEUU

La Comisión Europea plantea que “al menos el 40%” de las tecnologías limpias que se usen en 2030 se fabriquen en la UE

Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión Europea, durante una rueda de prensa en Bruselas, este miércoles.

Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión Europea, durante una rueda de prensa en Bruselas, este miércoles.

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La Unión Europea no quiere perder el tren de la transición ecológica y digital frente a China, Japón y Estados Unidos ni que su cadena de suministro se bloquee por falta de materias primas indispensables en el desarrollo de sectores tan estratégicos como el coche eléctrico, el almacenamiento de hidrógeno, la industria digital, el sector aeroespacial o el de la defensa. Para lograrlo, la Comisión Europea ha adoptado este jueves una batería de propuestas legislativas con las que aspira a limitar la dependencia de terceros países, aumentar la diversificación y cooperación con socios comerciales fiables, fomentar la circularidad de minerales estratégicos y de paso reforzar la competitividad europea.

Hace meses que Bruselas empezó a trabajar en la forma de acelerar la autonomía estratégica en materia verde y digital pero la ley de reducción de la inflación (IRA) estadounidense, que prevé 369.000 millones den ayudas al desarrollo de tecnologías limpias, le ha obligado a pisar el acelerar. En primer lugar, la Comisión Europea plantea a los Veintisiete -que tendrán que negociar y acordar con el Parlamento el paquete de propuestas- que “al menos el 40%” de las tecnologías limpias que se utilicen para 2030 sean de fabricación propia. “Seguiremos comerciando con nuestros socios, no todo se hará en Europa, pero debe hacerse más. La ley pretende crear las condiciones para que esto pase”, ha explicado el vicepresidente ejecutivo de la Comisión, Frans Timmermans.

Descarbonización en Europa

Se trata de desarrollar en Europa tecnologías que contribuirán significativamente a la descarbonización. Entre ellas la energía solar fotovoltaica y solar térmica, energía eólica terrestre y energía renovable marina, baterías y almacenamiento, bombas de calor y energía geotérmica, electrolizadores y pilas de combustible, biogás/biometano, captura, utilización y almacenamiento de carbono y tecnologías de red. Este tipo de proyectos recibirán un apoyo especial y están sujetas al criterio de producción nacional del 40% aunque otras que también contribuyan a la reducción de emisiones tendrán facilidades incluidas las tecnologías avanzadas para producir energía nuclear con un mínimo de residuos del ciclo del combustible, pequeños reactores modulares y combustibles alternativos.

Junto al desarrollo de tecnologías limpias ‘made in Europe’, Bruselas también acelera sus planes para poner en marcha un Banco Europeo de Hidrógeno, una de las medidas anunciadas dentro del Pacto verde Europeo. La idea es poner en marcha las primeras subastas piloto sobre producción de hidrógeno renovable en otoño de 2023. Los proyectos seleccionados recibirán una subvención en forma de prima fija por kologramo de hidrógeno producido durante un máximo de 10 años de funcionamiento. Esto, según Bruselas, aumentará la financiabilidad de los proyectos y reducirá los costes generales de capital. La plataforma de subastas de la UE también podrá ofrecer “subastas como servicio” para los Estados miembros, lo que también facilitará la producción de hidrógeno en Europa, y Bruselas espera que todos los elementos del Banco de Hidrógeno estén operativos antes de finales de año.

Más extracción en Europa

Un elemento clave en el desarrollo de la industria verde europea es, no obstante, el acceso a materias primeras críticas. El problema actual de Europa es que depende demasiado de proveedores de países terceros tanto en la fase de extración como de transformación de los mismos. Por ejemplo, la UE obtiene el 97% de su magnesio en China mientras que los elementos pesados de tierras raras, utilizados en imanes, se refinan exclusivamente en el gigante asiático. Ocurre parecido con el cobalto, utilizado en las baterías: el 63% de este mineral a nivel mundial se extrae en la República Democrática del Congo mientras que el 60% se refina en China; o el borato que procede casi en exclusiva (98%) de Turquía.

Con la transición hacia energía renovables y la digitalización de la economía algunas de estas materias serán todavía más necesarias. Es el caso del litio, utilizado en la fabricación de baterías para coches o el almacenamiento de energía, las necesidades se multiplicarán por 89 para 2050 y por 17 las del galio, utilizado para fabricar semiconductores. La nueva ley sobre materias críticas propuesta este jueves identifica aquellas que deben ser consideradas “estratégicas”, por su importancia para la transición ecológica y digital y el uso en aplicación de defensa y espacio, que serán revisadas cada cuatro años. En el listado figuran un total de 16 desde el bismuto hasta cobalto, cobre, galio, litio, magnesio, germanio, tungsteno, elementos de tierras raras para imanes, grafito, manganeso, platino y titanio entre otros.

Proyectos estratégicos en Europa

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El reglamento establece permisos acelerados para los proyectos estratégicos, más supervisión de las cadenas de suministro -algunas grandes empresas tendrán que realizar una auditoría de sus cadenas de suministro y una prueba de resistencia- y el objetivo de lograr que para 2030 la UE extraiga al menos el 10% de los minerales que consume (frente al 3% actual), procese el 40% de lo que consume y recicle como mínimo el 15%. “Si se alcanzan estos niveles, contribuirán de forma significativa a los esfuerzos de diversificación necesarios, con vistas a garantizar que, para 2030, no más del 65% del consumo anual de la Unión -en borradores anteriores se barajaba la cifra del 70%- de cada materia prima estratégica en cualquier fase pertinente de transformación proceda de un único tercer país”, señala la Comisión Europea. “Es absolutamente fundamental”, ha advertido el comisario de industria, Thierry Breton.

Los países de la UE también tendrán que adoptar y aplicar medidas nacionales para mejorar la recogida de residuos ricos en materias primas críticas y garantizar su reciclado en materias primas críticas secundarias, además de investigar el potencial de recuperación de materias primas críticas de los residuos extractivos de las actividades mineras actuales así como de los vertederos de residuos mineros históricos. El plan también contempla utilizar la estrategia europea Global Gateway, destinada a impulsar la cooperación con países terceros, como vehículo para ayudar a terceros países a desarrollar sus capacidades de extracción y transformación, la creación de un club de materias primas para los países aliados que aspiran a reforzar sus cadenas de suministro a nivel global e incluir el acceso a materias primas en los acuerdos comerciales con terceros países existentes o nuevos. Por ejemplo, recientemente han cerrado acuerdos con Nueva Zelanda o Chile que incluyen un capítulo sobre materias primas y trabajan con Australia. “Lo que podemos ofrecer es crear asociaciones mutuamente beneficiosas. No se trata solo de extraer y procesarlos en otros sitio sino ayudar a los países a que desarrollen sus cadenas de suministro”, ha explicado el vicepresidente Valdis Dombrovskis.