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La biotecnología y las ciudades del futuro: ¿cómo pasarán a ser sostenibles?

  • Bioo consigue una valoración de 36 millones con su proyecto biotecnológico

Pablo Vidarte, cofundador y CEO de Bioo, con varias plantas que crean electricidad de la tierra

Pablo Vidarte, cofundador y CEO de Bioo, con varias plantas que crean electricidad de la tierra

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Las ciudades deben examinar sus espacios para conseguir frenar la contaminación que acecha y seguir atrayendo visitantes. Y es que la mayoría de metrópolis del mundo superan los límites de partículas contaminantes establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que cerca de siete millones de personas mueren cada año a nivel global por diferentes tipos de polución. Para conseguir frenar esta vorágine, la solución no es fácil. Entonces, ¿cómo será el futuro de las ciudades?

Pablo Vidarte (Sevilla, 1996) fundador y CEO de Bioo, presentó su idea de ciudad biotecnológica del futuro en el Mobile World Congress, la semana del 27 febrero en Barcelona, con un espacio interactivo de 100 metros cuadrados. Su propuesta consiste en ciudades con baterías biológicas bajo el suelo y paneles que permiten dar valor a la naturaleza y hacerla autosuficiente. Esta tecnología crea energía a través de "microorganismos presentes en la tierra que dividen la materia orgánica y liberan electrones", entre otros sistemas patentados, como cuenta el CEO de la empresa.

Bioo, que inició sus pasos en 2015 y en el que ya trabajan 20 empleados, plantea una ciudad con parques y jardines que aprovechen sus tecnologías para ahorrar hasta el 50% su regadío, iluminar seis puntos de luz -en una superficie de 7x7 metros- y variar la temperatura hasta cuatro grados en verano. La instalación en edificios podrá absorber hasta más de 500 kilos de CO2 al año y moderar la temperatura, lo que los revaloriza hasta en un 20%, como explica Vidarte.

De esta forma, los espacios también mejorarán la salud de sus ciudadanos. Según datos manejados por Bioo, la interacción con plantas aumenta hasta el 15% el bienestar de las personas, por lo que las ciudades biotecnológicas permitirán aumentar la esperanza de vida de sus habitantes en unos 12 años aproximadamente.

El fundador, reconocido por la lista Forbes como uno de los 100 menores de 30 en Europa más influyentes, quiere tomar parte del cambio que considera que va a barrer las ciudades, "como en su día lo hizo la Revolución industrial". Actualmente, la tecnología de Bioo está presente en países como el Reino Unido y ciudades como París y forma parte de proyectos en desarrollo o conceptualización en Silicon Valley, Boston y Dubái, incluyendo la constitución del primer edificio biotecnológico de Barcelona. Además, ha trabajado con marcas como Sacyr, Sanitas, Volvo y Donker.

Medir la humedad

El fundador espera ir más allá e introducir estas tecnologías en los campos agrícolas. Para ello, ha iniciado una ronda de financiación de cinco millones de euros de capital. En estos campos se podrán activar sensores que miden la humedad, controlen la temperatura y realicen el riego con sus innovaciones, evitando las baterías químicas. En este sentido, la empresa está haciendo pruebas con Bayer CropScience España en 200 hectáreas. "Ellos calcularon el ahorro que se podría generar en ese espacio y es de 1.500 millones", cuenta Vidarte.

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La compañía, valorada en 36 millones de euros, ha levantado hasta el día de hoy siete millones de euros, cuatro millones aportados por la Unión Europea para el I+D. Las soluciones para un mundo más verde han recibido reconocimientos de todas partes. Para el fundador, los "más significativos" han venido del Parlamento Europeo que la designó como una de las 50 start-ups más innovadoras; y de Google y el South Summit, que la eligieron compañía más disruptiva de 2016. Para el hogar, además, la empresa ofrece lámparas en forma de planta convertidas en interruptores biológicos: "Se encienden tras captar la onda del acercamiento humano". 

A futuro, la empresa quiere crecer ampliando su red de distribución con instaladores y crear proyectos icónicos, además de "escalar la comercialización de la línea urbana". El directivo explica que el mundo ya está preparado para este cambio: "Es una tendencia global que todos quieren conseguir, entidades privadas, políticos, etcétera. Y cuando se consigue que lo verde sea eficiente a nivel económico la decisión es bastante fácil". Y va más allá: "Para 2050, el objetivo es reducir el 1% de las emisiones de CO2. De hecho, cubriendo las 10 principales áreas metropolitanas del mundo ya se conseguiría".