Tiempos de crisis

El negocio de la carne se lanza al extranjero para ganar más dinero

  • La industria enfrenta tres desafíos de cara al futuro: ofrecer un producto más barato a la población, asumir el reto de la sostenibilidad a pesar de los costes y mejorar su imagen

Entrevista a José Friguls, presidente de Anafric

Entrevista a José Friguls, presidente de Anafric / Elisenda Pons

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La pandemia de coronavirus, la falta de suministros, la guerra en Ucrania y el auge mantenido de precios están poniendo contra las cuerdas al sector cárnico. La falta de mano de obra cualificada y la crisis reputacional se enquistan en esta industria. Sin embargo, el músculo del sector sigue siendo vital para la economía española

El conjunto de mercados porcino, vacuno y ovino-caprino factura más de 31.000 millones de euros y representa el 2,55% de la economía del país. Con el volumen actual de negocio, emplea a 115.000 personas en 3.554 empresas, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Pese a ello, los profesionales del sector claman por ayudas que puedan paliar las problemas actuales. "El año pasado, la alimentación para criar a un cerdo costaba el 50% más por la inflación pero ese incremento no se puede trasladar al matadero ni a la fábrica de embutidos. De la misma manera, esas empresas tampoco pueden repercutir el aumento de los costes a los supermercados", explica Antonio Jové, vicepresidente de la asociación de empresas cárnicas españolas Anafric. Esta organización tiene afiliadas 160 empresas repartidas por todo el territorio.

España es una gran exportadora de dichos productos, sobre todo de carne de porcino. Sus exportaciones mueven 5.500 millones de euros y nos convierten en el primer país en producción en Europa y el tercero mundial, solo superado por China y EEUU. "El alto nivel de ventas al exterior hace que sea asequible para gran parte de la población y durante el confinamiento no se tuvo que pagar un sobreprecio por la escasez mundial", señala Jové.

Vender al exterior carne de vacuno también está en auge. Del 2020 al 2021 hubo un incremento del 16,8%. Mientras que en ovino España es el primer productor europeo después de que el Reino Unido efectuara el Brexit. "El sector ganadero español es muy apreciado internacionalmente por su calidad y seguridad en el producto. Y también por las grandes inversiones en medio ambiente y bienestar animal, lo que favorece a la exportación", argumenta José Friguls, presidente de Anafric.

Huella medioambiental

Los retos que afronta cara al futuro son principalmente tres. Uno de ellos es conseguir ofrecer un producto más barato a la población. Motivo por el que el sector pide al Ejecutivo central que se reduzca el IVA de la carne del 10% al 4%, igual que se ha hecho con la fruta y la verdura, entre otros alimentos.

El segundo reto consiste en asumir la sostenibilidad como parte fundamental del sector, aunque eso suponga más costes. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó en 2013 el manual Enfrentando el cambio climático a través de la ganadería, donde revelaba que el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial proceden directamente de la ganadería.

Según Anafric, esta contaminación es hoy de entre el 8% y el 10%. "Como industria estamos rebajando cada año las emisiones de gases efecto invernadero", sostiene Jové. Y alerta de que si un joven deja de viajar una vez en su vida en avión puede consumir la carne que quiera el resto de sus días si quiere hacer balance de estos gases contaminantes. Otras organizaciones ecologistas elevan el impacto del sector. Greenpeace señala que emite hasta el 19% del total de gases contaminantes, motivo por el que urge a cambiar las políticas públicas y los patrones de consumo, reduciendo "drásticamente la cantidad de productos animales".

¿Esencial o cancerígeno?

En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló como "probablemente carcinógeno" el consumo de carne roja en relación al cáncer colorrectal, al de páncreas y al de próstata. Teniendo en cuenta esto, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda el consumo individual moderado de carne, entre dos y tres raciones por semana (cada ración, de entre 100 y 125 gramos). Este consejo, que se extrapola a un máximo de 375 gramos a la semana, sobrepasa la media semanal de 860 gramos, según el informe de consumo alimentario del Gobierno de 2021. En este se refleja que anualmente los españoles consumen 44,74 kilos de carne, el 10,3% menos que el año anterior. 

A pesar de todo ello, Aecosan destaca que la carne es una fuente muy importante de proteínas de alto valor biológico que aporta una gran cantidad de micronutrientes en los que se incluyen las vitaminas del complejo B, hierro, potasio, fósforo y zinc.

El tercero de los desafíos que afronta la industria es precisamente el de la reputación. "Tenemos un problema de imagen. Somos un sector injustamente perseguido por determinados colectivos", aseguran. En este sentido, destacan que las críticas van hacia la falta de cuidado de los animales cuando en realidad son "los más interesados en cuidarlos, tanto por el tema sentimental como también por el tema económico". Las críticas, según explican, les impiden ampliar las plantas de producción. 

Estos juicios llegan también de las administraciones. El ministro de Consumo, Alberto Garzón, en una entrevista concedida al diario británico The Guardian, afirmó que las microgranjas del país "contaminan el suelo y el agua" y que luego desde España se exporta carne que "es de mala calidad". El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lamentó posteriormente la polémica suscitada a raíz de estas declaraciones al considerar que no corresponden con la realidad del sector ganadero.

4% de vegetarianos

El cada vez mayor número de alternativas a las dietas que excluyen la carne está también a la orden del día. Actualmente, el 4% de la población es vegetariana, y el 0,8%, vegana, según el estudio Tendencia de exclusión alimentaria en la población española, de la Fundación Mapfre junto a la Academia Española de Nutrición y Dietética. "Ahora es cool ser vegano, pero ocho de cada 10 personas que empiezan la dieta vegana tienen que volver a la dieta con proteína animal por un tema de salud", señala el vicepresidente.  

Los que acuden a las dietas sin carne tienen en cuenta estudios dispares. Por ejemplo, Oxford Vegetarian Study reveló que, en comparación con las personas que consumen carne habitualmente, el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares era el 24% menor en las personas vegetarianas de larga duración y hasta el 57% menor en las personas veganas de larga duración.

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Para cubrir los diferentes tipos de demanda, en las últimas décadas han aparecido distintas alternativas a la carne en el mercado. Además de la producida con proteína vegetal, también se ha comercializado la cultivada. "Son un conjunto de células madre obtenidas de origen vacuno que se ponen en un contenedor metálico y se las fermenta", comenta Jové. Y añade que su producción supone un coste de energía importante y que no llegarán a ser significativas en la dieta de los españoles. 

Según citó Carlos Buixadé, experto en temas agrarios y ganaderos en su conferencia Un futuro casi presente, esta nueva carne podría desacelerar el impacto medioambiental y evitar el sacrificio diario de millones de animales. De la misma manera, indicó que se convertirá en una opción que no sustituirá la carne, pero sí la complementará.