De un ático de Madrid a liderar las infraestructuras mundiales: la historia de Ferrovial

Nació de forma modesta, en un ático del centro de Madrid, el 18 de diciembre de 1952. Rafael del Pino y Moreno (Madrid 1920-2008), padre del actual presidente, fue el artífice de una de las mayores compañías de infraestructuras españolas, Ferrovial. Ahora, esa misma empresa cuenta con unas ventas valoradas en 7.551 millones de euros, un flujo de operaciones de 584 millones y una capitalización de 17.801 millones. La compañía acaba de anunciar el traslado de su sede social de España a Países Bajos a partir de su fusión entre la matriz y Ferrovial International, la sociedad anónima neerlandesa que ya es titular del 86% de los activos de Ferrovial. La familia Del Pino forma parte de las más ricos del país: en 2020, la suma de la fortuna de Rafael del Pino, actual presidente de la compañía, y de sus cuatro hermanos (María, Leopoldo, Joaquín y Fernando) ascendió a 7.570 millones de euros, por encima de otras familias empresariales como los Entrecanales.

El origen de Ferrovial se encuentra en las vías del tren. En 1952, Rafael del Pino y Moreno gana un contrato con Renfe para cajear las traviesas de madera que asientan los raíles de las vías, y seis años más tarde, la empresa pública ferroviaria adjudica a Ferrovial la construcción de los tramos de los llamados Enlaces Ferroviarios de Madrid, el trayecto entre Las Rozas y Chamartín. No sería hasta 1960 cuando la compañía abre la puerta a otros negocios, como el de las carreteras. Con más de 500 empleados bajo su mandato, Ferrovial amplía sus servicios hacia la construcción a través de obras hidráulicas, carreteras, edificaciones y se inician en el negocio de concesiones de autopistas. Su incursión en el mercado de carreteras fue de la mano del Plan de Mejora de la Red Especial de Itinerarios Asfálticos (Plan Redia) y la concesión de la Autopista Bilbao-Behobia, la primera ejecutada con financiación y gestión privada en España.

La expansión internacional, tan conocida en la actualidad, se inicia en la década de los 70 por la crisis del petróleo. México, Brasil, Paraguay y Libia fueron las primeras experiencias de Ferrovial fuera de España. En este último caso, la empresa se adjudicó un proyecto de construcción de 700 kilómetros de carreteras que terminó su construcción en 1986. En los años 80 se reactivó la construcción en España a partir de su entrada en 1986 en la entonces Comunidad Económica Europea. Un año antes, Ferrovial adquiere Cadagua, una compañía especialista en construcción y explotación de plantas de tratamiento de aguas creada en 1971. Fueron años de gloria para la empresa, que coincide con la adjudicación de la construcción del tren de Alta Velocidad entre Madrid y Sevilla y otras obras de infraestructuras para los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo Universal de Sevilla de 1992. Este mismo año coincide con el nombramiento de Rafael del Pino Calvo-Sotelo, hijo del fundador, como consejero delegado y se inicia una reordenación estratégica de la empresa.

Los últimos resquicios del siglo sirven a Ferrovial para consolidarse, especialmente tras la adquisición de la constructora Agroman y la adjudicación por 99 años de la autopista canadiense 407 ETR, con la que logran entrar en el mercado norteamericano. También se hace cargo de la construcción del Museo Guggenheim de Bilbao, en el que la empresa implantó un sistema de gestión medioambiental. En 1999 salen a Bolsa.

Ferrovial acumula más de 490 kilómetros de túneles, 19.200 kilómetros de carreteras y 4.700 kilómetros de líneas de ferrocarril, así como 27.350 kilómetros de mantenimiento y reparación de carreteras. En la actualidad, María del Pino y Calvo-Sotelo es la presidenta de la Fundación Rafael del Pino mientras que Rafael del Pino Calvo-Sotelo se mantiene como presidente. El resto de hermanos se ha desligado del holding: Joaquín del Pino salió del consejo de Ferrovial en 2021 por “razones personales”, Fernando del Pino salió de la empresa para centrarse en su sociedad Myway y forma parte del think tank Civismo y Leopoldo del Pino dejó sus labores ejecutivas en 2009 tras vender la división de aparcamientos Cintra a Empark.

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Durante la primera década de los 2000, Rafael del Pino Calvo-Sotelo consigue la presidencia de Ferrovial y la compañía crece a golpe de talonario: adquieren la constructora Budimex en Polonia, las empresas de servicios Amey en Reino Unido y Cespa en España y el operador aeroportuario entonces llamado BAA y hoy conocido como Heathrow Airport Holdings. Por su parte, Rafael del Pino y Moreno funda en el 2000 la Fundación Rafael del Pino. Entre 2010 y 2014, Ferrovial consigue varias adjudicaciones de autopistas en Estados Unidos, como la NTE y la LBJ en Texas, la I-77 en Carolina del Norte. Al mismo tiempo, se hace con la adjudicación de las ampliaciones de la 407 EDG en Canadá. En Reino Unido se hace con los aeropuertos de Aberdeen, Glasgow y Southampton, se les adjudicó la Pacific Highway en Australia, ITER en Francia y la conexión ferroviaria con el aeropuerto de Barcelona, entre otras.

En los siguientes cinco años, lograron más adjudicaciones en Estados Unidos, como un tramo del AVE de California, y afianzarse en Australia, con obras como la conexión del hospital de Northern Beacher, el cruce del río Clarence y el mantenimiento de carreteras en Melbourne. En otros países, como Chile, la compañía logra construir el tramo 2 de la L6 del metro de Santiago, las Rutas del Loa y una línea de transmisión eléctrica. También emprende las obras de Thames Tideway Tunnel en Londres y la circunvalación de Bratislava. En el último año de la década comenzaron las obras de la autopista IH35 en Texas y la línea del AVE entre Pulpí y Vera en España, así como la reconstrucción de la I-35 en Waco (Texas).