CORREDOR DE HIDRÓGENO

España busca librar a sus consumidores de pagar los 2.500 M del H2Med y cargarlos a otros países

  • Los promotores manejan diferentes fórmulas para financiar el plan milmillonario con las ayudas de la UE y cargándolo a los países consumidores del hidrógeno.

  • El corredor estará preparado para que el hidrógeno pueda ir en ambos sentidos como exige Francia, aunque hoy sólo se prevén envíos de Barcelona a Marsella y no al revés.

  • Enagás dice que la construcción de un tubo entre España e Italia no está descartada definitivamente, pero que ha dejado de ser prioritaria para ambos países. 

Conductos de hidrógeno verde.

Conductos de hidrógeno verde.

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España, Francia y Portugal pactaron impulsar el primer gran corredor de hidrógeno de la Unión Europea y posteriormente han sumado a la iniciativa también a Alemania. Un proyecto faraónico, denominado H2Med y con inversiones previstas de casi 2.500 millones de euros, que pretende ser clave para apuntalar la revolución del hidrógeno renovable para ir sustituyendo el gas natural en sectores económicos que tienen difícil o imposible su electrificación.

El plan original pactado entre Madrid, París y Lisboa pasaba por unir los tres países con un corredor con dos tramos que está previsto que estén operativos entre 2028 y 2030. Un tramo unirá España con Portugal (entre Celorico da Beira y Zamora, con una inversión de 350 millones) y el otro con Francia (entre Barcelona y Marsella, con un tubo submarino que costará 2.135 millones). Tras sumar también a Berlín, la red de tubos se extenderá por suelo francés hasta llegar a Alemania y la pretensión es acabar desplegándolos a otros países del norte y el centro de Europa.

España maniobra ahora para que sus consumidores no acaben cargando el coste de la enorme infraestructura dado que busca garantizar la seguridad de suministro energético de Europa y que los principales beneficiarios serán los países que acaben recibiendo el hidrógeno transportado que les permitirá reducir su dependencia del gas ruso e impulsar la descarbonización de sus economías.

“El H2Med no va a ser financiado por el consumidor español”, sentenció este martes Arturo Gonzalo Aizpiri, consejero delegado de Enagás, el gestor del sistema gasista español y de la red de transporte de gas, y que ha recibido el mandato de impulsar el diseño y el proyecto del H2Med junto a los otros transportistas de los países implicados (los franceses Teréga y GRTgaz y el portugués REN).

Fondos UE y pagos del cliente final

Los gobiernos de los países promotores del futuro corredor del hidrógeno valoran diferentes fórmulas para financiar su coste milmillonario, que no son excluyentes sino que pueden acabar siendo complementarias. Madrid, Lisboa y París presentaron en diciembre a la Comisión Europea la candidatura del H2Med para ser considerado proyecto de interés común (PCI, por sus siglas en inglés) y, con ello, obtener ayudas comunitarias por entre el 30% y el 50% de las inversiones previstas.

Además de la inyección de fondos europeos, los países que impulsan el H2Med ven factible que el hidrógeno se considere por la UE como una energía susceptible de financiarse con costes transfronterizos, lo que haría que los países beneficiarios de la infraestructura -en este caso, singularmente Alemania- contribuyan a financiarla. E igualmente, se podrá establecer el pago de peajes por el uso del corredor que asumirían los consumidores finales del hidrógeno y también es previsible el pago de tarifas por contratos de capacidad de uso a largo plazo que pagarían los también los clientes final de esa energía.

¿Hidrógeno de ida y vuelta?

Las diferencias entre España y Francia por qué tipo de hidrógeno puede considerarse verde ha llevado en los últimos días a ambas partes a elevar el tono. España busca que el choque con Francia por las diferentes visiones sobre las etiquetas del hidrógeno pase factura al futuro del H2Med, y el Gobierno y la propia Enagás niegan con contundencia que el desencuentro ponga en peligro el proyecto.

La vicepresidenta Teresa Ribera y el CEO de Enagás han coincidido esta semana en defender que el hidrógeno producido con nucleares que defiende Francia pueda utilizar sin problema el H2Med para distribuirse a otros países de Europa, pero rechazan la tesis de París y que ha empezado a apoyar la Comisión Europea de que el hidrógeno nuclear se equipare en la regulación comunitaria con el hidrógeno producido con energías renovables.

El problema es que la intensidad de la presión del Gobierno francés para que la UE iguale las condiciones del hidrógeno renovable y el nuclear llega hasta a amenazar con seguir adelante con el H2Med. Un corredor que inicialmente está planteado para llevar hidrógeno de la Península Ibérica hacia Europa y los estudios técnicos hechos públicos no contemplaban el sentido inverso para mandar hidrógeno de Europa hacia España.

Pero Francia, en pleno choque por el color del hidrógeno y la etiqueta de sostenible que reparte la UE, advierte ahora de que el corredor debe poder utilizarse también para mandar su hidrógeno -producido con la electricidad de sus reactores nucleares- hacia España, según adelantó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Si no va en los dos sentidos, a Francia no le interesa”, avisan fuentes oficiales galas en declaraciones a este diario estableciendo la necesidad de que el futuro hidroducto sea bidireccional en su flujo de transporte de la energía.

Enagás subraya que el proyecto remitido a la Comisión Europea para que obtener fondos europeos sólo contempla el envío de hidrógeno de España a Francia y no al revés, ya que la infraestructura prevista sólo incluye una estación de compresión en Barcelona que serviría para mandar el gas hacia Marsella, pero no se contempla el sentido inverso.

No obstante, el consejero delegado de Enagás reconoce que el diseño técnico del futuro hidroducto buscará asegurar que el tubo sea apto para el flujo bidireccional como pide Francia, aunque de momento no se contempla instalar un compresor en Marsella para hacer posible el envío de hidrógeno desde allí hacia Barcelona. Será factible que el hidrógeno fluya en ambos sentidos, pero al menos hasta ahora sólo se prevé que sea España quien lo envíe hacia Europa.

Un tubo con Italia

En plena crisis energética, España lideró la propuesta de construcción de varios gasoductos que servirían para llevar gas natural a Europa. Uno, para conectar España y Francia por los Pirineos, el famoso Midcat, que ha acabado siendo sustituido por el H2Med sólo para hidrógeno. Y otro, entre España e Italia por mar que se utilizaría durante una década para transportar gas y luego se reconvertiría al envío de hidrógeno.

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El Gobierno español dice haber renunciado por completo a construir nuevas infraestructuras para transportar gas natural (que no recibirían fondos europeos para construirse por considerarse no sostenibles) y ya sólo pondrá en marcha tubos destinados al hidrógeno, así que el megaplán de construir un gasoducto submarino entre Barcelona y Livorno se daba por enterrado.

Sin embargo, la planificación de la UE de futuras infraestructuras de conexión entre países para llevar hidrógeno sigue contemplando un tubo entre España e Italia. El consejero delegado de Enagás ha subrayado que la conexión Barcelona-Livorno “no está definitivamente descartada”, pero “ha dejado de ser prioritaria” para ambos países. Descartada sí esa primera etapa que anticipaba que el tubo se utilizará para llevar gas, en los próximos años se verá si el plan se retoma para transportar hidrógeno.