CÍRCULOS CONCÉNTRICOS

Wallbox despierta del sueño

Su salida a Bolsa en Wall Street multiplicó en un mes las ganancias de ilustres accionistas. Su futuro depende de las ventas del coche eléctrico.

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Los cofundadores de Wallbox Enric Asunción y Eduard Castañeda el día de la salida a bolsa de la empresa.

Los cofundadores de Wallbox Enric Asunción y Eduard Castañeda el día de la salida a bolsa de la empresa.

El 4 de octubre de 2021 Wallbox empezaba a cotizar en la Bolsa de Nueva York. Fundada en 2015 por dos ingenieros, Enric Asunción y Eduard Castañeda en Sant Andreu de la Barca, a 25 kilómetros al suroeste de Barcelona, se convirtió de la noche a la mañana en la joven empresa española más deseada y seguida por los mercados. Su producto principal, para hacerlo simple: cargadores eléctricos para facilitar la movilidad de vehículos. El primer valedor como accionista externo fue su primer cliente, Iberdrola, que según la última información remitida al organismo que regula el mercado de valores en Estados Unidos (SEC) mantiene el 9,94%.

Tras la entrada en el capital de la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán, el club de accionistas fue ampliándose a medida que se iba dando a conocer el plan de negocios. En el horizonte: vislumbrar a Wallbox como un líder de un sector en pleno desarrollo. Entre las previsiones apuntadas en su plan de negocios: que el mercado de coches eléctricos a nivel mundial llegue a 250 millones en 2030

Los fundadores lograron reunir discretos y reconocidos nombres y apellidos del mundo empresarial e inversor, además de algunas de las principales gestoras de inversión del planeta. Empresarios procedentes del sector de componentes del automóvil resultaron claves.

Junto a Asunción, que controla el 11,31%, Castañeda, con un 2,85%, e Iberdrola; aún participan con más del 5% que requiere comunicar a la SEC la familia Santacana, propietaria del grupo de climatización Eurofred (11,1%); el fondo de capital riesgo Seaya, fundado por Beatriz González, hija del ex presidente del BBVAFrancisco González, con un 8,3%; la familia Soler, propietaria de Quadis (primera cadena de concesionarios de coches de España), con un 8,2%; Pedro Alonso Agüera, inversor que compró el edificio de El Corte Inglés de la plaza Francesc Macià de Barcelona, con un 6,13% , y que hizo su fortuna con la venta de la empresa de componentes de la automoción Infun; y Alexandre Pierron-Darbonne, fundador del fondo de inversión Label, con un 6,59%. Francisco Riberas, presidente del fabricante de componentes de automóvil Gestamp, y miembro del consejo de Administración, tiene un 2,6%. 

En su salida a Bolsa también informaron que tenían participaciones minoritarias de Wallbox el actual presidente de BBVA, Carlos TorresJavier Monzón, ex presidente de IndraMarc Puig, presidente de grupo de perfumería y moda Puig, el ex presidente de FordJaime Carvajal y Urquijo, y Josep Maria Tarragó, uno de los principales asesores del equipo directivo de Wallbox, procedente de la familia que fue propietaria del grupo de componentes de automóvil Ficosa y ex CEO de Carbures. ¿Cuántos de ellos mantienen o han vendido sus acciones a lo largo de estos últimos meses? Silencio como respuesta. Había un compromiso de 150 días, hasta el 2 de marzo de 2022, para mantener las posiciones accionariales desde la salida al parqué, cuando la acción empezaba su desescalada a un precio de doce dólares.

En estos 150 días, su valor en bolsa, que se elevó a 1.470 millones de dólares el 4 de octubre de 2021, con un precio de 9,49 dólares, se disparó a 16,34 dólares hasta los 2.300 millones en un mes. 14 meses después de alcanzar este hito, el valor ha caído hasta los 861 millones, un 63% menos. La acción cotizaba ayer a 5,22 dólares. 

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¿Fin de la fiesta debido a un exceso de optimismo o simple pausa en el camino? El 19 de enero, en un comunicado, la compañía anunciaba el despido de 156 empleados en España, un 15% de la plantilla, que asciende a 1.400 empleados en todo el mundo. La causa: disrupciones en la cadena de producción global de coches eléctricos que ha impactado en el sector, empezando por la reducción de componentes en el mercado. La fabricación, y venta, de los coches eléctricos se ha ralentizado. España es, además, el mercado que está a la cola de Europa en movilidad eléctrica. La decisión de Wallbox ha ocurrido en un año donde ha mantenido sus inversiones, cuya manifestación más clara ha sido la inauguración de una fábrica en Texas. Estados Unidos es su mercado de mayor crecimiento en ventas, representando un 22% del total.

La empresa, que anunciará sus resultados de 2022 el 1 de marzo, indicó que espera obtener una cifra de negocios entre 154 y 164 millones de euros que se comparan con los 72 obtenidos en 2021 y los 20 de 2020. En 2021 perdió 63 millones de euros. Antes del anuncio de los despidos, el objetivo de ventas previsto para 2025 era de 1.000 millones de euros, año en que el resultado operativo -sin contar impuestos, amortizaciones, intereses y provisiones- sería positivo. ¿Se mantiene esta expectativa? Otro silencio como respuesta. Todo abierto en un mercado donde tanto influyen las políticas de estímulo de los Gobiernos como el contexto económico.