Actos delegados

Bruselas propone etiquetar como 'renovable' el hidrógeno nuclear tras la presión de Francia

La Comisión Europea publica su propuesta de criterios y reglas para definir el nuevo vector energético

Kadri Simson, comisaria europea para la Energía.

Kadri Simson, comisaria europea para la Energía.

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Sara Ledo

En medio del debate por el tipo de hidrógeno que circulará por el hidroducto que conectará España con Alemania y tras la presión de Francia, la Comisión Europea plantea considerar hidrógeno renovable aquel que sea producido por electricidad con carga nuclear, según se desprende de los dos actos delegados —propuestas de la Comisión Europea que deben ser aprobadas o rechazadas por el Parlamento Europeo y el Consejo, pero sin posibilidad de modificación— sobre hidrógeno verde publicados este lunes, con los que se establecen la definición y criterios para producir este vector energético, que pretende desarmonizar aquellos usos a los que no llega la electricidad como el transporte pesado o la industria.

El hidrógeno renovable se produce a partir de un proceso llamado electrolisis que rompe la molécula de agua en conexión con la energía eléctrica produciendo como único residuo el oxígeno, por lo que es un proceso completamente limpio si la energía que utiliza es renovable. La cuestión es cómo se determina que esa energía que se utiliza es renovable. El caso de conectar una central eólica o solar a un electrolizador (máquina que realiza ese proceso de electrólisis) es claro porque la energía consumida tiene un origen limpio, el problema llega cuando la electricidad proviene de la red eléctrica.

Entonces, la propuesta normativa comunitaria permite etiquetar como renovable el hidrógeno si la matriz energética del país emite menos de 18 gramos de CO2 por megavatio producido. Esta regla la cumplen a día de hoy dos países: Suecia y Francia, según el eurodiputado socialista Nicolás González Casares. Eso sí, a cambio tendrán que firmar acuerdos de compra venta de energía (ppa) por una cantidad equivalente. El juego del palo y la zanahoria. Esto supone que el hidrógeno etiquetado como renovable en Francia tenga entre otros orígenes el nuclear, dada su elevada abundacia de esta energía; pero en ningún caso supone considerar como renovable el hidrógeno rosa, que es el producido directamente a partir de una planta nuclear.

“Nos preocupa esa ventanilla que se abre para Francia y que ha forzado Francia. Pero una cosa es que este acto permita que se cuele la electricidad baja en carbono para producir hidrógeno renovable y otra cosa es que se introduzca cómo hidrógeno renovable aquel que es bajo en carbono en la directiva”, añade González Casares. Lo primero supone considerar ‘verde’ el hidrógeno producido por electricidad que no es 100% renovable al incluir electrones nucleares y con muchas limitaciones al requerir nuevas inversiones en energía eólica y solar; mientras que lo segundo supondría igualar las instalación eólicas y solares con las nucleares, lo que implicaría una mayor inversión en estas últimas en detrimento de las renovables.

Respecto el BarMar, España aboga por transportar por la tubería hidrógeno 100% renovable, según esta propuesta normativa de Bruselas implica que en determinados momentos ese fluido puede incluir electrones nucleares. Pero, de nuevo, la intención de Francia va hacia el hidrógeno rosa, tal y como advirtió el presidente Emmanuel Macron en plena presentación del proyecto del hidroducto BarMar en Alicante cuando habló de “hidrógeno bajo en carbono, sea de origen renovable o nuclear” delante del presidente del Gobierno, Pedro SánchezLa regulación de hidrógeno bajo en emisiones, donde entraría este hidrogeno a partir de nucleares, se prevé definir antes del 31 de diciembre de 2024.

Otras características

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Para considerar hidrógeno renovable, aún con conexión directa a una planta eólica o solar, hay que cumplir unas premisas como que la electricidad sea “adicional” —de nueva creación— para evitar secuestrar electricidad que actualmente sirve para el suministro de hogares o industria, lo cual encarecería sus facturas. No obstante, se establece una fase de transición en la que no aplica la adicionalidad (hasta 2039) siempre que las instalaciones hayan sido puestas en marcha antes de junio de 2028. Además, se obliga a las instalaciones a estar en la misma zona de oferta (bidding zone), que a efectos prácticos supone que instalación de producción (hidrógeno) y de consumo (renovable) estén en el mismo país, y a que la producción de hidrógeno se produzca en el mismo mes natural que la producción de electricidad renovable hasta el 31 de diciembre de 2029, momento a partir de cuando la correlación temporal empezará a ser horaria.

La Comisión Europea estima que se necesitan alrededor de 500 teravatios-hora de electricidad renovable para cumplir el objetivo de 2030 de producir 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable en el continente, que corresponden al 14% del consumo total de electricidad de la Unión Europea. Esta ambición se refleja en la propuesta de la Comisión de aumentar el objetivo de energías renovables para 2030 al 45 %