Materia prima local

El 'Ikea vasco', la tienda que se reinventó tras la ruina

La empresa vasca LUFE fabrica muebles con madera local a precios muy bajos. ¿La clave? Tecnología y encargarse de todos los procesos 

Enrique Arrillaga, copropietario de LUFE 

Enrique Arrillaga, copropietario de LUFE  / 'activos'

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La empresa de embalaje y tableros alistonados de madera que Enrique Arrillaga heredó de su padre en el año 2000, y a la que se había incorporado ocho años atrás, quebró en 2014, dejándoles a él y a su mujer, Marta Quiroga, en la más absoluta ruina. "Es lo que me tocó", responde cuando se le pregunta por qué un ingeniero mecánico tuvo interés en dedicarse al mundo de la madera. "Los vascos somos así. Si tu padre tiene una empresa, la continúas. Estábamos muy unidos", recuerda con cariño. 

Mientras estuvo al mando, desarrolló diferentes productos para salvarla. "Pero fracasé en todos los intentos. Teníamos una competencia fuerte y no éramos capaces de diferenciarnos. El mercado marcaba un precio muy ajustado, y nos arruinamos. Entramos en concurso de acreedores, y quebramos", concluye.

Ese podría haber sido el final de su andadura empresarial, pero no fue así. Justo antes de quebrar, el matrimonio había empezado a comercializar unas camas de madera de pino "que podrían haber sido viables", pero que no pudieron reflotar unos números que ya les habían engullido. Estaban embargados. Sin embargo, las camas fueron la primera piedra para construir LUFE, una empresa que ha demostrado ser más que rentable en la actualidad, con una facturación de 10 millones de euros en 2022. Este año, el matrimonio pretende alcanzar los 16. Así, muebles LUFE -que debe su nombre a la unión de las primeras letras de las palabras local, universal, funcional y ecológico-, se ha ganado el apodo del ‘ikea vasco’.

"Nada tenemos que ver con Ikea, realmente", ríe el propietario. "Pero nos sirvió que los medios nos apodaran así para ganar posicionamiento en Google", afirma. Se ganaron este título por comercializar muebles a precios muy asequibles. En su página web -su único canal de venta- pueden encontrarse mesillas de noche por 30 euros, mesas de comedor por 130, y camas de matrimonio que van desde los 85 euros hasta rozar los 500, entre otros productos de una gama intencionadamente escueta. Esa es una de las claves para rebajar costes: LUFE no trabaja a medida, sino que fabrica grandes series de producto mediante procesos muy automatizados y altamente tecnificados. "No nos volvemos locos con una gama súper amplia. Cambiamos lo que no funciona, y le damos fuerte a lo que sí", explica.

En 2022 fabricaron más de 1,8 millones de piezas con 3 millones de kilos de madera y facturaron 10 millones de euros

Tampoco venden a otros distribuidores; todo lo que producen va desde la fábrica hasta el cliente final. Y han descartado abrir tiendas o franquicias. Porque su producto "no puede soportar los costes de venderse en físico"; de lo contrario, dejaría de ser tan barato. Además, "¡Vender por Internet es una gozada! Es lo que funciona", sentencia Arrillaga, que se dio cuenta de las oportunidades que brindaba este canal en 2005, con su antigua empresa, aunque aquel no fuera el momento óptimo para explotarlo. 

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"Pretendemos ser muy eficientes en precios, pero con un producto de calidad", afirma el propietario. De hecho, toda la madera con la que fabrican los muebles es originaria del País Vasco. En Aizarnazabal, Gipuzkoa, se encuentra también su nave de 6.000 metros cuadrados, que les sirve como fábrica y almacén, y donde trabajan las 48 personas que conforman su plantilla. Allí cuentan con una pequeña exposición, que no incluye venta. Y el único proceso que externalizan es el transporte. "Fabricar aquí, con grandes series [que pueden llegar a las 10.000 unidades de producto] y con procesos automatizados, hace que seamos de los más competitivos". Y de esta forma, llegan a recibir hasta 200 pedidos al día. El año pasado utilizaron 3 millones de kilos de madera para fabricar más de 1,8 millones de piezas. Arrillaga afirma que toda esa materia prima está certificada medioambientalmente, de forma que el bosque de la que se extrae se replanta periódicamente para evitar la deforestación.

Muebles 'feos' a 1 euro

En LUFE son conscientes de que para desmarcarse de los demás hay que llamar la atención. Con esa intención han lanzado una campaña para vender del 8 al 11 de febrero 50 muebles ‘feos’ devueltos por los clientes, pero que están en perfectas condiciones.


"Trabajamos con materia prima natural, con sus vetas y sus nudos. Es lo que diferencia a las piezas, pero algunos clientes lo perciben como taras", explica el propietario de la firma, Enrique Arrillaga. "Realmente, esa es la gracia de la madera -continúa-, pero no queremos clientes descontentos, así que los recogemos y les enviamos otros", explica. Para reivindicar la belleza natural, y para no tener que tirar esas piezas, venderán las que tienen disponibles a un euro. "En estos muebles, como en las nubes, con imaginación puedes encontrar distintas formas. No hay que rechazarlos por ello", sostiene el fundador de la empresa. 

Paradójicamente, el principal cliente de esta empresa de muebles no es el consumidor vasco -que ocupa el tercer puesto-, sino el catalán, y después el madrileño. Y sus planes de expansión incluyen comenzar a vender próximamente en Francia, y sopesar de cara a verano si entran en Alemania, Italia o el Gran Bretaña. "Con LUFE hemos acertado, después de no haber acertado nunca", concluye con nostalgia este vasco enamorado de la madera.