EMPLEO

Zoom se suma al 'ERE' interminable de las tecnológicas y despide 1.300 empleados

De Microsoft a Spotify pasando por Google y Amazon, algunas de las compañías más conocidas en el mundo han desatado una cascada interminable de despidos. ¿Qué es lo que ha salido mal?

Montaje de los logos de varias compañías tecnológicas.

Montaje de los logos de varias compañías tecnológicas. / Reuters

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Probablemente haya escuchado canciones o podcasts en Spotify y utilice los servicios de Google más de una vez al día. Microsoft le permite trabajar gracias a sus procesadores de textos o a sus programas para crear presentaciones y, seguramente, todas las semanas reciba paquetes de Amazon en su domicilio. Algunas de las empresas más importantes y con uno de los negocios más pujantes del mundo, el del canal digital, han sorprendido a inicios de año con el anuncio de una cascada de despidos que parece no tener fin. La última compañía en sumarse a la ola de despidos es Zoom. La plataforma para organizar reuniones que se hizo popular durante la pandemia prescindirá de 1.300 empleados, el 15% de su plantilla. El presidente ejecutivo que ha informado de este recorte de empleo, Eric Yuan, ha explicado que asumirá perder un 98% de su salario en el próximo año fiscal y renunciará a su bono corporativo de 2023.

Las redes sociales, como Twitter o Meta, fueron las primeras en anunciar ajustes de plantilla a finales del año 2022. La compañía fundada por Mark Zuckerberg (Meta, antes Facebook) comunicaba a principios de noviembre el mayor despido colectivo de la historia del grupo con la salida de 11.000 empleados. Por su parte, la empresa comprada por el dueño de Tesla (la red social del pajarito, comprada por Elon Musk) ha despedido a unos 4.000 trabajadores. A las salidas de estas emblemáticas firmas, también se han sumado otras menos sonadas, pero igual de contundentes, como los 3.400 despidos realizados por Cisco a finales de 2022. En un lapso de apenas tres meses, algunas de las tecnológicas más potentes y conocidas acumulan 108.750 despidos en los últimos tres meses. ¿Qué es lo que ha salido mal? ¿Era evitable el ajuste y hasta cuándo durará?

La principal causa que se puede señalar es un error de cálculo. La pandemia aceleró los procesos de digitalización y durante unos meses cientos de millones de personas a lo ancho y largo del mundo vivieron pegadas a las pantallas. Desde el ocio, hasta las reuniones, pasando por las compras, eran actividades que debían realizar a través de dispositivos electrónicos. Durante los primeros compases del confinamiento, en España, los operadores registraron incrementos del 40% en el uso de las redes de IP, necesarias para conectarse a internet, mientras que el tráfico de herramientas de mensajería instantánea, como WhatsApp, se multiplicó por cinco. Las operadoras llegaron a pedir que se hiciera "un uso racional del consumo de datos de internet" y que se limitase el visionado de series y el uso de videojuegos.

"Las inversiones que se hicieron en ese momento para satisfacer a la demanda no son acordes a la actual situación. Estas compañías realizaron grandes inversiones porque pensaron que los cambios que se habían producido durante la pandemia se prolongarían en el tiempo", señala Juan Jung, profesor de Economía en la Universidad Pontificia Comillas y especialista en economía digital y tecnologías de información y comunicación.

Un estudio de Telefónica Tech de agosto de 2022 reveló que muchas grandes compañías tecnológicas seguían el año pasado con la intención de reforzar la inversión en TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación), aunque muchas de ellas ya eran conscientes de la dificultad de destinar más presupuesto a estas inversiones. Además, el 81% de ellas reconocía haber realizado compras urgentes de TIC para adaptarse a las condiciones de la pandemia, aunque no le aportaran valor estratégico a largo plazo.

Google llegó a invertir 7.000 millones de dólares en 2021 en expandir sus oficinas en Estados Unidos y contrató a 10.000 nuevos empleados. Zoom, una plataforma para organizar videoconferencias, alcanzó en 2020, en pleno confinamiento en buena parte del mundo, unos ingresos de 2.206 millones de euros, un 326% más que el año anterior.

Todo esto se cristalizó en incremento de empleo. En 2019 Google tenía unos 119.000 empleados, un año más tarde las cifras subieron a 150.000 y en 2021 llegaron a los 187.000. Lo mismo ocurrió con Microsoft, que pasó de 144.000 en 2019 a 221.000 en 2022. También Amazon se lanzó a la piscina. En 2019 tenía 630.000, un año después alcanzó los 840.000 y en 2021 duplicó esa cifra. Apple fue la única que trató de resistirse, sin éxito, a aumentar la plantilla en esta circunstancia. Tenía 137.000 empleados en 2019 que pasaron a 164.000 en 2022.

"Contratamos para una realidad económica diferente a la que enfrentamos hoy". Esas fueron las palabras que utilizó Sundar Pichai, consejero delegado Alphabet, la matriz de Google, para justificar el ajuste de empleo. El gigante de las búsquedas prescindirá de 12.000 puestos de trabajo, alrededor del 6% del total, para abordar el debilitamiento de las condiciones económicas.

Josep Capell, profesor de Recursos Humanos en la Universidad Autónoma de Barcelona y CEO de la consultora especializada en relaciones laborales Ceinsa, apunta también a lo abultado de las remuneraciones de los salarios en determinados puestos. "En los últimos años se ha producido una "burbuja" de los sueldos. No hacían más que subir y subir, incluso para personas con baja cualificación. Esto se ha producido porque el crecimiento para el sector durante la pandemia fue enorme y por la inyección de dinero en la economía por parte de los gobiernos para evitar la recesión.

Las tecnológicas recibieron parte de estos fondos y, gracias a eso, han podido permitirse grandes salarios", señala este experto, que augura que serán necesarios más ajustes de la masa salarial para garantizar la supervivencia de las organizaciones. "Este proceso se alargará hasta que las retribuciones vuelvan a ser coherentes respecto a la situación del mercado", indica.

Algunos ejemplos: los 140.000 empleados en 70 países de Google cobraron un sueldo medio de 118.000 dólares anuales (97.000 euros) en 2021 y además recibieron un plus adicional de 1.600 dólares (1.400 euros) para incentivar la vuelta a las oficinas y la desaparición paulatina del teletrabajo. La cúpula y los empleados de Glovo recibieron un bonus de 115 millones en 2021, tras la venta de la empresa a Delivery Hero, según fuentes financieras.

En el caso de Microsoft, los salarios para los empleados que trabajan en sus oficinas pueden llegar a ser de entre 50.000 y 60.000 euros brutos anuales, mientras que para el puesto de 'account manager' los salarios pueden estar en una horquilla de entre los 70.000 y 94.000 euros brutos anuales.

Respecto a Apple, que cuenta con un registro oficial del salario media que se cobra, la firma pagó en 2021 a cada empleado una media de 63.700 euros por empleado, un 18% más que en 2020

Los recortes masivos de empleo han acelerado a inicio de año y los comunicados anunciando despidos se suceden uno detrás de otro cada semana. La última de las grandes compañías que se ha sumado oficialmente a esta oleada es Internacional Business Machines (IBM), que ha anunciado que recortará 3.900 puestos de trabajo el pasado 26 de enero, lo que supone alrededor del 1,5% de su plantilla. El coste para la empresa será de unos 300 millones de dólares.

La semana anterior era Spotify la que se sumaba a la oleada de despidos. En este caso, el recorte de empleo afecta al 6% de la plantilla y supondrá la salida de 600 personas de las 9.800 que emplea ahora la plataforma, según señalaba la propia empresa en un comunicado, en el que se indicaba que Dawn Ostroff, jefa de contenidos y de publicidad, también abandonará el grupo. El recorte de empleo se produce después del desplome del 66% en las acciones de la compañía escandinava el año pasado, tras las dudas de los inversores sobre el viraje de la plataforma hacia el formato podcast.

El gigante Microsoft también anunciaba el 18 de enero una serie de medidas en respuesta a las condiciones macroeconómicas, incluyendo el recorte de unos 10.000 puestos de trabajo, algo menos del 5% de su plantilla. Ese mismo día, según informó la prensa estadounidense, el gigante del comercio electrónico Amazon comenzó a notificar su salida a los trabajadores afectados por una nueva ronda de despidos, que sumada al ajuste de finales del año pasado, alcanzará los 18.000 puestos de trabajo.

Otro caso más reciente, aunque aún no es oficial, es el de la tecnológica Dell, que se prepara para recortar 6.650 puestos de trabajo, según ha informado la agencia Bloomberg. La compañía está experimentando condiciones de mercado que "continúan erosionándose con un futuro incierto", ha señalado el codirector de operaciones, Jeff Clarke.

Todas estas salidas en cascada indican que las empresas se han visto sometidas a una tormenta perfecta. A las razones comentadas de sobredimensionamiento en la pandemia, se suman otras: "Por un lado, se deben al contexto de crisis y a la caída de las ventas. Por otro lado, la integración de nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial, implicará prescindir de puestos de trabajo. Las empresas están cambiando su forma de funcionar y, en general, tenderán a tener menos empleados en el futuro para aumentar la facturación que produce cada uno", explica Juan Merodio, especialista en marketing digital y negocios online.

El Nasdaq, el termómetro

El golpe a la tecnológicas también ha tenido su impacto en el Nasdaq. Las acciones de Microsoft se han dejado en los últimos seis meses un 12,50% de su valor, las de Google han perdido un 15%, Amazon han retrocedido un 25% o las de Zoom han perdido un 28%. El Nasdaq, el índice que aúna a la tecnológicas de Estados Unidos, se ha dejado en este tiempo más de un 7% de su valor. Respecto a hace un año, este índice se ha llegado a depreciar casi un 20%.

La presentación de los informes financieros de las megatecnológicas (Amazon, Apple y Google) la semana pasada también ha decepcionado al mercado y ha afectado de forma negativa a Wall Street, que acumula una mayor desaceleración debido a las caídas que han sufrido estas compañías.

En el caso de Apple, la firma con sede en Cupertino ha informado de una reducción de las ventas del 5%destacando el desplome de la facturación de uno de sus productos más conocidos, el iPhone. La compañía ha registrado su primera disminución de ingresos desde el año 2019. La venta de iPhone ha caído un 8,1% mientras que las ventas de los ordenadores Mac se ha desplomado hasta un 28,7%. Tras la presentación de estas cuentas, la empresa ha registrado este lunes un retroceso del 1,28%.

En el caso de Google, la empresa ha registrado unos ingresos más débiles debido a la caída del sector publicitario. Alphabet, la matriz de la compañía, ganó 54.673 millones de euros en 2022, un 21% menos. En el conjunto del pasado ejercicio, Alphabet aumentó sus ingresos un 9,8%, hasta 257.846 millones de euros, mientras que sus gastos y costes sumaron 189.617 millones de euros, un 16,2% más. En la sesión de este lunes se dejaba un 1,5%.

"El contexto que nos dejan estos resultados sobre el sentimiento del mercado es negativo por las perspectivas económicas de estas megaempresas tecnológicas que pronostican una caída del consumo y de la actividad comercial", señalan los analistas de XTB en un reciente informe.

Inteligencia artificial, la nueva apuesta

Resulta paradójico que, a la vez que se realizan ajustes de plantilla, las grandes tecnológicas también anuncian importantes inversiones en Inteligencia Artificial (IA). Microsoft aumentará su inversión en OpenAI, empresa que ha lanzado la herramienta de inteligencia artificial ChatGPT, por un total de 10.000 millones de dólares. Además, el presidente de Microsoft España, Alberto Granados, ha anunciado este lunes que la empresa prevé incorporar a un centenar de nuevos empleados a su 'hub' de IA en Barcelona para reforzar la apuesta por ChatGPT.

Los fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, han revisado recientemente la estrategia de IA de la compañía, realizando aportaciones a su desarrollo, debido a la preocupación que genera el 'chatbot' de OpenAI, ChatGPT, y su empleo en los buscadores. La tecnología detrás del 'chatbot' ChatGPT de OpenAI ha puesto en alerta a Google, por plantear un riesgo para el principal negocio de la compañía, dada su potencial aplicación en los motores de búsqueda.

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Otras empresas, como IBM, también comercializan soluciones de IA. Una de ellas es un agente virtual llamado Anna que utiliza el banco holandés ABN Amro, y según la compañía informática, este 'chatbot' tiene un millón de intercambios con clientes de la entidad para resolver incidencias. Amazon usa tecnologías similares para consumo interno, y además las vende a otras empresas.

"No se trata de una crisis del negocio digital, sino de un cambio de modelo. Meta está planteando fuertes inversiones en el metaverso y esto no va a dar beneficios a corto plazo. Los inversores han exigido parar y repensar la estrategia de crecimiento y eso requiere ajustar plantillas", concluye el economista Juan Jung.