SECRETARIA DE ESTADO DE DIGITALIZACIÓN E INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Carme Artigas: "El objetivo de la nueva ley es incrementar en un 25% la cifra de startups que se crean anualmente"

Esta responsable política desgrana los objetivos de la nueva legislación para impulsar el emprendimiento y las empresas de base tecnológica. Incrementar su tamaño y su número son los principales retos

Carmen Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial

Carmen Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial / RAFA ARJONES

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David Navarro

Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial / Ingeniera química de formación y experta en datos, Artigas es la responsable de comandar desde el Gobierno central la transformación digital de la economía española. Esta semana ha recalado en València y Alicante, donde nos atiende, para conocer sus ecosistemas de emprendimiento y explicar su labor.

-Visita Alicante para conocer el hub tecnológico impulsado por la Generalitat Valenciana, Distrito Digital, entre otras iniciativas de la zona. ¿Cómo se ve a Alicante desde fuera? ¿Cree que ha conseguido hacerse un hueco en el ecosistema digital español?

Totalmente, en el español y el internacional. La primera vez que escuché hablar de Distrito Digital fue a través de empresas extranjeras, empresas finlandesas que habían elegido Alicante para instalarse. Hoy en día, cuando se piensa en España -y hablo de las multinacionales que buscan instalar sus centros de investigación y desarrollo en nuestro país, como las 12 que lo hicieron el año pasado-, ya no sólo piensan en Madrid y Barcelona. Ahora piensan en Madrid y Barcelona, pero también en Alicante, en València, en Málaga, en Granada... Con lo que estamos creando realmente un país muchísimo más vertebrado gracias a la digitalización.

La primera clave es la conectividad, pero, sobre todo, que haya talento. En este momento en España existe cinco veces más demanda de puestos de trabajo cualificados que la oferta existente, y de ahí la apuesta de nuestro país por un plan nacional de competencias digitales en todos los aspectos. Pero es muy importante que también haya un ecosistema favorable al emprendimiento. Hablamos de sitios donde se viva bien, con buenos servicios públicos, un coste de la vida razonable, pero también buenas universidades, centros de investigación grandes empresas y pequeñas, y emprendedores. 

-¿Y todo eso lo tiene Alicante?

En Alicante lo tienen y, de hecho, lo pusieron en valor en la candidatura para albergar la sede de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (Aesia), que no pudo ser porque había 15 candidaturas y eso significa que, si gana una, hay 14 que no van a ganar. Pero eso permitió aflorar ese ecosistema de inteligencia artificial que, si no hubiera sido por esta candidatura, no se sabría la masa crítica que tiene, y eso ha permitido que justamente hayamos decidido financiar una serie de proyectos muy importantes de desarrollo de grandes tecnologías en la Comunidad Valenciana.

-¿Qué falló entonces en esa candidatura de Alicante?

No falló nada. Eso es una decisión que se tomó en el ámbito del Ministerio de Política Territorial y entraron aspectos no solamente técnicos, también el hecho de tener aeropuertos internacionales, otro tipo de tejido empresarial, el impacto… Es decir, otros aspectos de vertebración territorial.

-¿No hubo motivos políticos?

Es política territorial y, por tanto, sí que existe un factor de deslocalización y distribución territorial.

-Hablo de motivos políticos para favorecer a alcaldías socialistas...

Para nada. Además, piense que otras agencias están en sitios con gobiernos que son del PP. Aquí el tema político no interviene, nosotros gobernamos para todo el mundo, el que nos votó y el que no. Estamos haciendo políticas, sobre todo en el ámbito de la transformación digital, que queremos que lleguen a todos los ámbitos.

-Cambiando de tercio, el Congreso aprobó en diciembre la ley de start-ups. ¿Qué consecuencias prácticas va a tener?

Muchísimas. Hemos estado viendo cómo aquí, en Alicante, hay un ecosistema favorable para el emprendimiento, capaz de atraer talento internacional. Y eso es lo queremos potenciar justamente con la ley de start-ups. Esta ley clasifica por primera vez qué es una start-up y le da una serie de ventajas fiscales a los emprendedores y a los inversores, porque las start-ups son empresas que desde el primer día deben competir a nivel global por tecnología, por talento y por inversión. Y ahí necesitamos crear un ecosistema distinto para favorecer el nacimiento de estas empresas, pero sobre todo su crecimiento. Una de las medidas de la ley de start-ups es la visa de los nómadas digitales, algo que va a ser beneficioso para sitios como Alicante, que está entre los preferidos para teletrabajar. Y, a nivel global, España lo que quiere es competir por ser un país preferido por el talento, por los emprendedores y los inversores.  

-¿Han calculado el impacto de esta nueva ley?

El año pasado se crearon en España 14.000 start-ups y el objetivo es incrementar esa cifra antes de 2025 entre un 20% y un 25% gracias a la ley. Pero también es verdad que tan importante es el número como la dimensión. También queremos ayudar a que estas empresas tengan más recorrido y que se conviertan en empresas más grandes. Y ahí tenemos medidas complementarias a la ley de start-ups, como el fondo Next Tech, pensado para las scaleups, esas empresas que ya han pasado la etapa primera de ser start-ups y están en fase de crecimiento. Queremos que no tengan que marcharse porque no encuentran financiación. Para eso el fondo Next Tech cuenta con 4.000 millones de euros.

-Uno de sus objetivos es que la economía digital llegue al 40% del PIB. ¿En qué punto estamos ?

Calculamos que este año ya va a representar alrededor del 23%, vamos a buen ritmo. Si la parte de la economía digital fuera un sector vertical, sería el segundo sector de mayor contribución al PIB nacional, solo por detrás de la construcción. Para pasar de este 23% al 40% no significa que tengamos que crear solo empresas del ámbito tecnológico, sino que tenemos que digitalizar todos los sectores.

"Hay que evitar que la IA sea solo en inglés"

-¿Una de sus grandes apuestas es el Perte de la Nueva Economía de la Lengua, ¿cuál su objetivo?

Es el Perte que lideramos desde la Secretaría de Estado y el único que es horizontal. La idea es poder desarrollar la lengua, no solamente como un activo cultural, como un activo de patrimonio histórico, sino también que tengamos la presencia del español y las lenguas cooficiales en la ciencia y en el desarrollo de la inteligencia artificial (IA). Y esto segundo es lo que nos preocupa más. La lengua puede ser un activo económico y un activo tecnológico. Toda la inteligencia artificial se está desarrollando en inglés, por tanto, cuando hablamos con un asistente de voz, hablamos con algo que se ha entrenado en inglés y que se ha traducido al español o al valenciano. Y eso es lo que queremos evitar, porque detrás de una lengua hay también una cultura, hay una manera de ver el mundo, hay una serie de principios y valores. Y tenemos ante nosotros 600 millones de hispanohablantes en el mundo, que son un mercado tremendamente atractivo. 


-¿Qué ocurriría si no conseguimos esa presencia del español en inteligencia artificial?

Pues que perdemos un valor. Siempre pongo el ejemplo, que es una anécdota, de que, si le preguntas a Alexa en inglés y le dices «estoy triste», te contesta «pues te daré un abrazo»; y, si le preguntas en ruso, te diría «nadie te dijo que la vida fuera fácil». Cuando entrenas un modelo lingüístico también lo estás entrenando con tus creencias, con tus valores, con tu visión de la sociedad. Si solo lo entrenamos en inglés y nos lo traducen, nos estarán colonizando tecnológicamente, pero también culturalmente.

-Una de las palancas que se prevén son los fondos europeos y la sensación es que están tardando en llegar a las empresas.

Pues no es que lo diga yo, es que son cifras objetivas: España es el país que está ejecutando los fondos con mayor rapidez de toda Europa, porque es el primer país que ha solicitado el tercer desembolso. Fue el primer país que aprobó el plan de recuperación, en julio de 2021, y nos dieron 9.000 millones de adelanto; en diciembre de 2021 se hizo la primera revisión y nos dieron 12.000 millones; y en junio de 2022 se liberó el segundo pago con otros 15.000 más; y ahora hemos alcanzado el tercer pago. Estamos ejecutando al ritmo que habíamos dicho, porque el plan de recuperación te obliga a unos hitos muy agresivos.

-¿Y por qué cree entonces que hay esa sensación?

En primer lugar, insisto en que ya están llegando. Hemos tardado un año en el diseño y preparación de los mecanismos, y este año debe ser el año de impacto. Pero también hay que tener en cuenta que estamos haciendo cosas distintas y, sobre todo, de manera distinta. Y hay que recordar que una parte de los fondos se ha repartido a las comunidades autónomas y que, por tanto, la responsabilidad es compartida. Aquí nos estamos encontrando una dificultad real, y es que, de golpe, el mismo equipo de personas tiene que gestionar diez veces más presupuesto. Esta Secretaría de Estado tenía 300 millones y ahora gestiona 3.000 por año, con las mismas personas y las mismas leyes. Pero esto no es excusa para que ejecutemos, como hemos hecho, creando nuevos mecanismos. Hemos lanzado los Perte, por ejemplo, que cuestan de articular pero que permiten dinámicas distintas. Todo esto es complejo para diseñarlo y articularlo, pero una vez que está hecho, llega con eficiencia. Un ejemplo es el kit digital, que es el proyecto que está llegando con más impacto en todo el territorio. Ya hemos distribuido más de 790 millones que están en los bolsillos de las pymes españolas. En el caso de la Comunidad Valenciana, estamos hablando de 91 millones.

-¿De qué llegará a ser capaz la inteligencia artificial?

Bueno, ahora la gente empieza a entender de qué va la inteligencia artificial y las capacidades sorprendentes que tiene. Aunque, en realidad, es como cuando se inventó la electricidad, que nadie sabía para qué llegaría a utilizarse en el futuro. Creo que estamos en ese momento. De lo que tenemos que asegurarnos es de que esto no se hace suponiendo un riesgo existencial para las personas ni un riesgo de exclusión, y que no haya unos que ganen y otros que pierdan. Y ahí nosotros estamos muy atentos para gobernar estos procesos desde la visión humanista. Es decir, que la tecnología debe estar al servicio de las personas, no al revés.

-¿Una excesiva regulación no nos puede situar en desventaja frente a Estados Unidos y China?

No porque, mire, los propios chinos han empezado a regular los deepfakes. Al final la regulación tiene que buscar un equilibrio. Evidentemente, si te pasas regulando, estás matando la innovación, pero si no haces nada, el daño a futuro que una inteligencia artificial sin ninguna cortapisa puede provocar a la sociedad es grande generando discriminación, generando incluso manipulación mental... Hablamos de inteligencia artificial aplicada a las neurotecnologías. Todo esto crea unos riesgos y es como el cambio climático, que llega un momento en que o haces algo ya, o no estaremos a tiempo de revertirlo.

-¿Qué opina del ChatGPT?

El ChatGPT es un ejemplo muy próximo, que la gente ha podido probar, de las capacidades de la inteligencia artificial, aunque también ha puesto en el espejo todas sus limitaciones. No piensa, reproduce donde se ha entrenado, se inventa referencias académicas, es incapaz de entender un chiste y resolverlo, por tanto, estamos aún muy lejos de lo que es una inteligencia de verdad generalista. Lo que nos dice es que poniendo muchísima capacidad de cálculo y muchísimos datos, somos capaces de automatizar la búsqueda de información, lo cual nos tiene que hacer pensar también en cuáles son las competencias que debemos enseñar a nuestros hijos. Si el ChatGPT aprueba, aunque sea raspado, la Selectividad, habrá que planteárselo. Es como pretender que hoy en día un arquitecto esté en un examen de arquitectura haciendo los cálculos a mano con un lápiz y un papel en lugar de la calculadora científica. De la misma manera que ya no se aprenden los nombre de los reyes godos, porque lo puedes ir a buscar a la Wikipedia, lo que te está diciendo ChatGPT es que, más que los conocimientos, que se podrán ir a buscar , lo que se tendrá que enseñar son otras capacidades.

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-¿Cuáles serían?

El World Economic Forum dice que vamos a necesitar lo que se conoce como las cinco ‘C’. El pensamiento computacional, que es la capacidad de entender los datos e interpretarlos; el pensamiento crítico, que es tremendamente importante para distinguir una noticia verdadera de una falsa; el pensamiento creativo, la capacidad de crear cosas nuevas; la capacidad de colaborar entre personas distintas e inteligencias diversas; y la capacidad de comunicar. Si el ChatGPT es capaz de hacerme una redacción muy razonable, ese es el mínimo estándar que tenemos que exigir y el ser humano debe hacerlo mejor. ¿Cómo? Siendo más creativo, siendo capaz de innovar.