SUBIDA DE LA GASOLINA

Preocupación ante una nueva subida de la gasolina por la última sanción a Rusia

  • Desde el 5 de febrero, la UE ha dejado de importar diésel ruso

  • Casi la mitad de los coches de la UE usan ese hidrocarburo, y sustituirlo será un desafío 

Bidones de petróleo.

Bidones de petróleo.

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H.G.

La gasolina no ha dejado de subir desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania. La medida de los 20 céntimos de descuento por litro de combustible desplegada por el Gobierno logró contener en parte los efectos de este incremento durante el 2022, pero desde comienzos de año, tras el fin de la ayuda, los precios han seguido escalando. Ahora, con la llegada de febrero, una nueva subida se aproxima en el horizonte por la nueva sanción a Rusia.

Tras el carbón y el crudo llega el diésel. La prohibición de importar ese hidrocarburo y otros derivados petrolíferos de Rusia entra en vigor este domingo en la Unión Europea y se añade al mecanismo de sanciones por la invasión de Ucrania que busca asfixiar financieramente al Kremlin.

De los nuevos derivados prohibidos, el mayor desafío es el veto al diésel, el carburante que emplean cerca de la mitad de los coches de la UE y la mayor parte del transporte pesado y marítimo y la maquinaria.

En torno al 40 % de las importaciones comunitarias provenían de Rusia antes de la guerra, pero Bruselas confía en que el período de transición desde que se anunciaron las sanciones en junio hasta que se aplican en febrero haya sido "suficientemente largo" para garantizar "rutas de suministro alternativas y minimizar el impacto en los mercados mundiales de productos refinados", añade McPhie.

Desde que comenzó el año 2023, la gasolina se ha encarecido un 18,29% y el gasóleo, un 15,62%. Respecto a hace un año, cuando aún no estaba en vigor el descuento, la gasolina es ahora un 7,63% más cara y el gasóleo cuesta un 20,31% más.

Las consecuencias de las sanciones

La razón de esta nueva subida se encuentra en el sexto paquete de sanciones contra Rusia que la Unión Europea aprobó el pasado mes de junio de 2022, que, entre otras cosas, prohibió la compra, importación o transferencia de petróleo crudo por vía marítima y determinados productos petrolíferos desde Rusia a los Veintisiete.

Dichas restricciones se vienen aplicando ya desde el pasado 5 de diciembre para el petróleo crudo, y a partir del próximo 5 de febrero entrarán en vigor también para el caso de otros productos petrolíferos refinados, como es el caso del gasoil.

Esta medida de castigo hace que el país ruso pierda uno de sus principales mercados, pero a su vez provoca que los países de la Unión tengan que buscar otras vías de suministro de combustibles. Sin embargo, a apenas unos días de la entrada en vigor de la medida, los países de la UE siguen obteniendo más de una cuarta parte de sus importaciones de gasóleo de Rusia.

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En consecuencia, este cese de las importaciones genera gran incertidumbre en el sector del transporte y en las compañías distribuidoras. Y es que, cuando esto suceda, las previsiones apuntan a un nuevo encarecimiento del precio del combustible en la Eurozona, especialmente en lo referente al gasóleo.

Predecir hasta qué nivel podrían llegar los precios con la puesta en marcha de la citada medida es prácticamente imposible. Pero una referencia a tener en cuenta es el nivel que marcaban la gasolina y el gasoil (1,818 euros en el caso del primero y 1,837 euros para el segundo) cuando entró en vigor el descuento de 20 céntimos en cada litro de carburante.