Agricultura

"Regresa lo que se fue. El dinero vuelve a la tierra"

El fósforo es usado en la agricultura

El fósforo es usado en la agricultura

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J.L.Z

"Regresa lo que se fue porque hasta hace algo más de medio siglo el dinero estaba en el campo y no en la industria. Los grandes agricultores de España financiaron fábricas en Andalucía, Murcia, Cataluña o la Comunitat Valenciana. Y es que, en los años sesenta, el mundo financiero estaba íntimamente relacionado con el sector primario porque era la fuente de sus ingresos", destaca este consultor empresarial y autor del libro La agricultura en un click (JB Melek Editores, Valencia, 2022).

Cuenta que las grandes fortunas "tenían mucha relación con el campo. Lo hicieron porque la agricultura era rentable, se ganaba mucho dinero y a los financieros les salía a cuenta invertir en el negocio de cultivar frutas y verduras", apunta Aragonés. El problema es que este grupo de inversores agrícolas "no miraron la rentabilidad del cultivo, sino la de su espíritu, la del impacto social o tan solo tener un lugar de veraneo y de descanso. Los arboles pasaron a ser el complemento de la inversión. La finca tenía casas, instalaciones deportivas, piscina, jardín...", explica Aragonés.

El sector financiero migró

Pero los tiempos cambiaron. "El mundo financiero abandonó el campo cuando este dejó de ser rentable y comenzó el declive de la agricultura. El sector bancario no crea tendencias y tampoco es capaz de provocar pérdidas ni de generar resultados en el campo. Tan solo se aprovecha de las coyunturas. En los sesenta, el mundo financiero migró a la industria porque constató que era más rentable invertir en ladrillos, azulejos, juguetes, plásticos, muebles o mármol. Y dejó de invertir en el campo porque tenía a la industria", destaca el consultor empresarial. En esas, "los agricultores invirtieron en sus campos pero no tuvieron la visión empresarial necesaria para que la agricultura acompañara a los mercados, a la evolución del mundo. Y en lugar de hacerlo, se anclaron en la magnificencia de sus productos y en culpabilizar a terceros -como la Unión Europea o la competencia de otros países con menores costes- de todos sus males", agrega.

En su opinión, la agricultura familiar no se percató de que en una economía de mercado "solo subsiste el fuerte, el que es capaz de competir, el que se adecua a las diversas circunstancias del mundo en el que vive y a los designios del mercado. La agricultura sirve a un consumidor egoísta, real y humano que persigue como norma las ‘3B’: productos buenos, bonitos y baratos’", agrega Joan Aragonés.

Otros modelos de producción

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La estructura de la producción agraria en España ha cambiado. Incluso la de los grades propietarios de explotaciones. "Antes, los grandes tenedores contaban con menos de 100 hectáreas, ahora tienen 2.000 o 3.000 y quieren tener una cartera de negocio de 10.000 o 20.000. Sin embargo, este negocio requiere de paciencia. Conseguir sacar rendimiento de unas tierras abandonadas o comprar las parcelas necesarias para construir una gran explotación no suele ser tarea fácil, y puede demorarse hasta cuatro años", explica el informe de CBRE. 

Desde otro punto de vista, se asegura que se está viendo "un tránsito de lo que se llama agricultura familiar a la agricultura empresarial", explica Daniel López, del Instituto de Economía, Geografía y Demografía. Lamenta que, debido a este fenómeno, "han desaparecido un 7% de las explotaciones, que suponen una pérdida muy fuerte de empleo rural".