Primera directora de ‘The Wall Street Journal’

Emma Tucker, otra gran dama para la prensa económica

La periodista británica de 56 años ha trabajado en Londres, Bruselas, Berlín y ahora Nueva York

Emma Tucker, primera directora de ‘The Wall Street Journal’.

Emma Tucker, primera directora de ‘The Wall Street Journal’.

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Idoya Noain

Nada se mueve en el imperio mediático de Rupert Murdoch sin su beneplácito, y pocas propiedades tiene el magnate a las que trate con más cuidado y atención que 'The Wall Street Journal', el influyente diario estadounidense que adquirió en 2007 tras desembolsar 5.000 millones de dólares. En esa joya de la corona empieza este miércoles una nueva etapa con una nueva dirección, y la elegida para el cargo, la periodista británica de 56 años Emma Tucker, próxima al círculo más cercano de Murdoch, hace historia.

Nunca antes de Tucker una mujer había estado al frente del 'Journal' en sus 133 años de historia. Con ella vuelve al frente de la redacción neoyorquina de casi 1.300 empleados, así como de la agencia Dow Jones, el acento británico, tras casi cinco años de dirección de un estadounidense salido de sus propias filas, Matt Murray.

Su aterrizaje desde la dirección de 'The Sunday Times', otra propiedad del grupo de Murdoch a cuyo frente Tucker se puso en enero de 2020, también como primera mujer en más de un siglo en las riendas, se va a producir solo unos días después de que se anunciara, este martes, que se aborta el proyecto de volver a fusionar tras una década de separación NewsCorp y FoxCorp, la rama que incluye medios como FoxNews. Y la desarticulación de esa operación, que había desatado inquietud en la redacción del 'Journal', libera de algunas posibles tensiones internas a Tucker en su llegada.

La británica se pone al frente de un diario que, bajo la dirección de Murray, pasó de 1,5 a 3,16 millones de suscriptores digitales. Lo hace con sus propias credenciales de éxito: en sus dos años dirigiendo de 'The Sunday Times' logró elevar sus audiencias digitales más del 40%, hasta las 420.000 suscripciones. Y según le contaba a 'Vanity Fair' un periodista británico "bien conectado", ella es "ampliamente vista como alguien que hizo mejor tras unos años desiguales" la publicación.

Bajo su batuta, por ejemplo, vio la luz una sonada investigación sobre los errores del gobierno británico en la prevención de la propagación de la pandemia de coronavirus y se dieron exclusivas en la sección económica, incluyendo el cobro por parte del actual monarca, entonces príncipe Carlos, de una maleta con más de un millón de libras de un jeque de Qatar. Y esa apreciación de su trabajo la ratificó un premio el año pasado como mejor dominical del Reino Unido.

Confianza en el propio camino

Tucker siempre se ha movido con "confianza en el camino propio", como explicaba en una entrevista en el podcast 'Media unscripted'. Lo hizo desde muy joven, cuando a los 16 años la adolescente de Lewes, hija de un psicólogo infantil y con una infancia "aburridamente feliz", se fue con una beca dos años a una escuela de Nuevo México, en Estados Unidos. Llegarían después otro año en Bogotá y Oxford, donde estudió política, filosofía y economía.

Tras su graduación Tucker entró en el 'Financial Times'. Según contaba en el podcast 'Mujeres difíciles' a su antigua colega y amiga Rachel Johnson, fue "un gran lugar para empezar" y le dio "una estructura de carrera". En Londres desempeñó varios trabajos, incluyendo un año cubriendo la Cámara de los Comunes, y aunque no cumplió su sueño de ser una "corresponsal glamurosa en Latinoamérica o Europa del Este", recaló en Bruselas entre 1994 y 2000, "un tiempo fascinante".

Luego se trasladó como corresponsal a Berlín, ya con dos sus primeros hijos, y en Alemania tuvo el tercero. Y en el podcast recordaba una conversación con un editor, que le preguntó "¿Cómo puedes hacer esto cuando intento mandar a más mujeres fuera?", a lo que ella contestó: "Es lo que hacemos las mujeres".

Fue precisamente su esfuerzo por conciliar la vida familiar la que le llevó a buscar conscientemente un trabajo que se adaptara a su realidad, más centrado en reportajes de fondo. Y cuando Robert Thompson se fue del 'Financial Times' a 'The Times', ella le siguió seis meses después, en 2007. (Thompson es actualmente consejero delegado de NewsCorp).

Tucker, que se divorció y sumó a las obligaciones familiares los tres hijos de su segundo marido, fue nombrada para 2012 directora editorial, un cargo desde el que lanzó Times Luxx, centrado en los mercados de lujo y moda. Un año después ascendió a la subdirección y en enero de 2020 llegó la dirección de 'The Sunday Times', que funciona con una redacción separada (aunque ahora el gobierno británico ha dado luz verde a levantar las barreras que se crearon entre los dos cuando Murdoch los adquirió en 1981).

El futuro digital

Sin renegar del "instinto periodístico", y abogando por un "periodismo constructivo", que no solo cuente los problemas sino que de contexto y soluciones, Tucker puso un gran foco en los datos sobre los lectores y en la analítica, "para saber cómo quieren leer", abriéndose a "más diversidad en cómo contar las historias" o apostando por las newsletter que "permiten crear audiencias nicho". Era consciente de que no podía competir con noticias gratuitas de la BBC o 'The Guardian', pero también de que podía superar la avalancha de información libre en internet, que abruma a los lectores y propaga desinformación o poca calidad.

"Siempre le digo al equipo que la competición no son otros periódicos, sino internet y el tiempo de la gente", explicaba en una entrevista. "Antes los lectores venían a buscarnos, ahora hay que darles razones para que vengan". Está convencida también de que "la gente quiere menos historias pero mejores". Y cree que "han cambiado las expectativas sobre la calidad de las noticias, y la gente está preparada para pagar".

Tucker cree que persistirán las ediciones impresas de los grandes medios pero es de la opinión de que "el futuro es enteramente digital". Y con esa visión llega al 'Journal', un diario que según un informe interno preparado por un grupo que organizó su predecesor debe hacer más esfuerzos para buscar audiencias más jóvenes y más diversas. Para alcanzar esa meta veían caminos divergentes Murray y el editor, Almar Latour, que protagonizaron roces sobre la dirección que tenía que tomar el diario editorialmente a largo plazo y sobre cómo hacer crecer la base de suscriptores.

La redacción, Murdoch y Trump

Murray tenía según fuentes de 'Insider' el respaldo de sus redactores, incómodos con algunas de las tendencias que imponía Latour y que también empujaron especialmente tras el asesinato de George Floyd por más diversidad e inclusión y por cambios en la cobertura de temas raciales y de brutalidad policial. Y sus divergencias, y la alergia de Murdoch a cualquier cosa que le suene a revuelta interna o a lo que define como "ideología woke', parecen haber pesado más que los éxitos de Murray.

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Este, además de doblar las audiencias, cosechó logros como la publicación de los archivos de Facebook, un premio Pulitzer por las revelaciones de los pagos de Donald Trump a mujeres para silenciar alegaciones de relaciones sexuales o el primer Emmy para el diario. Y aplacó también el descontento en la redacción con Gerald Baker, el anterior británico al que Murdoch había puesto en la dirección del 'Journal', que fue visto como demasiado cercano a Trump.

Ahora que el republicano busca su tercera candidatura presidencial, ante la que Murdoch ha dejado en evidencia su falta de apoyo, será Tucker quien llevará el timón en el 'Journal'. Y se pondrá a prueba su sintonía con el patrón, algo menos progresista que ella, pero también con la redacción.