INFRAESTRUCTURAS

El Noroeste urge 7.900 millones para el Corredor Atlántico “por justicia”

Los presidentes autonómicos de Galicia, Asturias y Castilla y León firman en Santiago una declaración institucional para apremiar al Gobierno central a fijar plazos y actuaciones concretas para esta infraestructura ferroviaria

Barbón, Rueda y Mañueco, en la cumbre por el Corredor Atlántico.

Barbón, Rueda y Mañueco, en la cumbre por el Corredor Atlántico.

7
Se lee en minutos
X. A. Taboada

El Noroeste peninsular se ha hecho notar este viernes en Santiago. Con los presidentes autonómicos de Galicia, Asturias y Castilla y León arropados por un millar de asistentes representando a la sociedad política, civil, económica y empresarial, lanzó un claro mensaje al Gobierno central para que impulse el Corredor Atlántico del tren de mercancías y contribuya, con esta infraestructura, a sacar de la “periferia” a esta parte de España, a minorar el “desequilibrio ente el oeste y el este” y, de paso, a hacer “justicia” y “saldar deudas históricas”.

Para ello, las tres autonomías presentaron la guía que, a su juicio, debe seguir Moncloa en la ejecución del corredor, que pasa por modernizar las líneas ferroviarias con una inversión de 7.844 millones de euros hasta 2040.

Esta demanda se refrendó con una declaración institucional firmada por los presidentes avalando ese documento con las necesidades ferroviarias del Noroeste y demandando un mayor compromiso del Gobierno central para que la cornisa atlántica no se quede atrás frente al Levante y no vea mermada su competitividad. Con este fin, le urgen un programa de intervención detallado con plazos y actuaciones, para lo que es necesario elaborar primero de forma imperiosa el plan director. También apremiaban la designación de un comisionado para servir de interlocutor entre Moncloa, las comunidades autónomas y los empresarios, pero el Gobierno, conocedor del acto en Santiago, anunció ya a primera hora su nombre.

La presentación de la guía con las actuaciones que el Noroeste reclama para el Corredor Atlántico –denominada “Estrategia conjunta para un proyecto común”– fue el núcleo de un acto que pretende emular a los organizados desde hace años en el Levante para meter presión al Gobierno en la ejecución del Corredor Mediterráneo, mucho más avanzado que el del otro extremo de España.

La inversión global que se calcula es de casi 7.900 millones de euros, de los que 2.322,8 corresponden al territorio gallego. Para Asturias el coste se cifra en 2.759,6 millones y para Castilla y León, en 2.802.

El objetivo es llegar 2040 con los deberes hechos en los 867 kilómetros de vías del Noroeste para pasar de los actuales 7 millones de toneladas al año transportadas en tren a más de 20 y triplicar la cuota de mercado del total de mercancías movilizadas por tierra (del 4% al 12%), detrayendo tráficos a la carretera.

Esto conllevaría como beneficios asociados una clara mejora de la competitividad al suponer un incremento del PIB en 10.300 millones de euros, ahorrar otros 1.300 millones en el transporte y generar unos 6.300 empleos al año entre directos e indirectos.

¿A qué se destinarían esos casi 7.900 millones? Pues a solventar las limitaciones y cuellos de botellas que presentan las actuales líneas por las que circulan los trenes de mercancías y que los hacen muy poco –o nada– atractivos para utilizarlos como transporte por toda la fachada atlántica de la UE, que en eso consiste el corredor, en habilitar pasillos homologados con unos estándares mínimos de calidad para llevar de forma rápida y a precios competitivos los productos de una punta a otra de Europa y contando con los puertos como elementos fundamentales de esta logística.

Distribución

Así, a la electrificación se destinarían algo más de 463 millones de euros; a la renovación de vía y adaptación de ancho, 671,4; a la adecuación del trazado y eliminación de rampas excesivas, 6.106,5; al desarrollo de puntos de cruce de trenes, 62,5; a las terminales de carga, 435,6; y al incremento de tráficos mediante la instalación del ERTMS y la elevación de la altura de los túneles, 145,1.

En el caso de Galicia, los 2.322,8 millones de euros calculados se distribuirían en: actuaciones singulares, 1.519; ancho de vía, 288; terminales ferroviarias, 217,8; electrificación, 199,7; ERTMS, 55,7; apartaderos de trenes de 750 metros, 40,6; y adaptación de gálibos, 1,2 millones.

Esta estrategia será ahora trasladada al Gobierno central para que le sirva al Ministerio de Transportes para redactar el plan director del Corredor Atlántico.

Representación política y empresarial

El documento lo firman tres comunidades de distinto signo político (dos del PP, Galicia y Castilla y León; y una del PSOE, Asturias) y para darle más resonancia a la reivindicación y urgencia a Moncloa en las actuaciones, las comunidades del Noroeste recabaron el amparo de una nutrida representación política y empresarial que se dio cita en el Palacio de Congresos de Santiago. Había senadores, diputados autonómicos y nacionales, alcaldes y empresarios.

ntre estos últimos estaban, además de los presidentes de las patronales de las tres comunidades, Ignacio Bueno (Stellantis), Manuel Gómez Franqueira (Coren), Carlos Mouriño (Celta de Vigo), Ignacio Rivera (Estrella de Galicia), Emilio Bruquetas (Reganosa), Roberto Tojeiro (Gadisa), Pablo Junceda (Banco Sabadell), Víctor del Canto (Civis Global), Javier Touza (ARVI), Daniel Hermosilla (Rodiñas), José María Fonseca Moretón (Terras Gauda), Francisco Puga (Delta), Juan Carlos Escotet y Francisco Botas (Abanca), José María Benavent (Nueva Pescanova) o Ramón Alonso (Asetranspo). También acudió un directivo de Inditex.

No había, sin embargo, representación oficial del PSOE –sí acudió el alcalde de Santiago, pero solo para dar la bienvenida como anfitrión de la ciudad– y por el BNG solo asistió el portavoz de infraestructuras en el Parlamento, Luís Bará.

El acto con el que el Noroeste pretende exhibir músculo lo cerraron los tres presidentes autonómicos con sendas intervenciones en las que insistieron en la “justicia” de sus demandas para frenar el desequilibrio territorial y en la conveniencia de saldar deudas históricas.

“El Noroeste de la península ibérica no se resigna a ser periferia. Tiene la determinación de estar en el centro del mundo”, clamó el titular de la Xunta, Alfonso Rueda, quien puso el foco en la actuación unida con la que trabajan las tres comunidades para defender la ejecución del Corredor Atlántico a pesar de pertenecer a partidos políticos distintos. “La fotografía del Noroeste unido es muy importante, porque esto no va de colores políticos. La unidad está por encima de los colores y las presiones y va en favor de los ciudadanos y las empresas”, dijo en otro momento de su discurso.

Mismos derechos

Puso en valor la jornada de este viernes como “un día de esperanza” para el Noroeste, que, dijo, “tiene los mismos derechos que cualquier otra parte”, aunque quiso aclarar que la unidad de las tres regiones “no va absolutamente contra nadie”, en referencia a la evolución del Corredor Mediterráneo.

El político gallego defendió que de la jornada de trabajo sale “una ruta clara” en la que se ratifica que “no se quieren prebendas, ni tratos de favor”, pero sí que exige “igualdad de condiciones” para conseguir mejorar la competitividad de las respectivas economías.

En cuanto a las reivindicaciones, rechazó “resignarse” y urgió que “que se haga cuanto antes ese plan director” para el Corredor Atlántico. “Es de justicia. Necesitamos mejorar nuestra competitividad y esta infraestructura es un medio fundamental. No vamos a limitarnos a soñar que esto es posible, vamos a trabajar para que sea posible. Este es el camino que hay que seguir, de esto se trata, hay que pasar de las palabras a los hechos”, destacó.

Más beligerante se mostró el presidente de Asturias, el socialista Adrián Barbón. Indicó que sin caer en el victimismo sería “reivindicativo” y que por eso “levantaba la voz ante quien sea” en defensa del Noroeste, porque la “desigualdad”, precisó, ya no es entre norte y sur, sino entre el este y el oeste.

En este contexto, cargó contra el “ataque de insolidaridad por parte del empresariado levantino” y admitió que se sintió “indignado” dado que una parte del Mediterráneo se mostró contrario a ejecutar el Corredor Atlántico apelando a su falta de rentabilidad.

Confesó que le preguntaron que qué hacía él en un foro como este (promovido por la Xunta junto a Castilla y León, ambas del PP): “Estaré siempre cuando se trate de defender lo que creo justo para mi tierra y lo que defendemos aquí es una cuestión de justicia”, afirmó el asturiano.

También sostuvo que tanto este Gobierno como todos los anteriores “tienen una deuda histórica con el Noroeste”.

Noticias relacionadas

Por su parte, el presidente castellano-leonés, Alfonso Fernández Mañueco, reclamó para el Corredor Atlántico “el mismo trato” que recibe el Corredor del Mediterráneo, “no más, pero tampoco menos”.

En su discurso, demandó que se evitara ir hacia una “España hemipléjica”, algo que solo se conseguirá, dijo, si la red básica ferroviaria se termina en 2030 y la extendida en 2040 y el Gobierno central la ejecuta cumpliendo los requisito y plazos que establece la Unión Europea.