QUIEBRAS

El fin de la moratoria dispara la caída en concursos de las empresas zombis

Las insolvencias se dispararon un 71,5% en noviembre hasta los 693 concursos

Un comercio cerrado en el centro de Alicante durante la pandemia.

Un comercio cerrado en el centro de Alicante durante la pandemia.

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En España había 47.210 empresas ayudadas o asistidas por el Estado en junio de 2022, según el estudio elaborado por Informa D&B, pero el fin de la moratoria concursal desconectó la respiración asistida de muchas ellas. Solo en noviembre, los concursos de acreedores se dispararon un 71,5%, hasta los 693, según el Colegio de Registradores de España. De ellos, el 73% de las compañías solicitaron la liquidación voluntaria. «Muchas de estas empresas ya no tenían actividad ni bienes», afirma el abogado Fernando Martínez Sanz, de Martínez Sanz Abogados. Esta es la razón por la que la mayor parte de estos concursos eran sin masa, es decir, que el patrimonio que tiene la sociedad «es inferior a los créditos que se van a generar en el propio concurso». Según la última Estadística Mercantil del Colegio de Registradores, el número de concursos creció un 11,3% en 2022, mientras que la creación de empresas cayó un 1,9%

Estas compañías, denominadas zombis en la jerga concursal, consiguieron mantenerse a flote hasta el 30 de junio, fecha en la que finalizó la moratoria del Gobierno, y ahora «tienen el deber de solicitar concurso y de cerrar su actividad en menos de un año», explica el abogado de la Asociación de Ayuda al Endeudamiento, Pepe Domínguez.

De hecho, las empresas zombis ya habían recibido un aviso: «A principios de año la Agencia Tributaria dijo que iría detrás de estas empresas», añade Domínguez, para evitar que pidiesen subvenciones o fondos europeos. Según el vicedecano del Colegio de Registradores de España, José Miguel Tabarés, el aumento moderado en el número de concursos «era esperable». «Habrá que estar atentos a los datos de los próximos trimestres para ver la magnitud del problema», valora.

Para entender el repunte de quiebras de este tipo de empresas, es necesario ir a su propia definición. Una empresa zombi o vulnerable es aquella cuyos beneficios no logran cubrir sus costes financieros y sobreviven gracias a refinanciaciones de sus deudas. La gran irrupción de estas empresas coincide con la crisis de 2008 y se magnificó con el estallido de la pandemia en 2020. Según las estimaciones de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), el covid aumentó el riesgo de zombificación en una horquilla de entre el 17% y el 25%.

Concursos exprés

Las insolvencias también coinciden con la entrada en vigor de la reforma de la Ley Concursal. Desde el 26 de septiembre, los concursos han flexibilizado sus procesos y documentación, de ahí que muchas empresas hayan solicitado ir a concurso. «La propia reforma ha introducido una mayor seguridad jurídica», explica Martínez Sanz, « y creemos que aliviará bastante a las empresas, sobre todo en un tipo de concursos de acreedores que no tienen nada y lo único que hacían era generar papel en el juzgado». En todo caso, los expertos aseguran que no se ha producido una avalancha de otros concursos que tengan activos, tal y como se había pronosticado durante la primera mitad del año.

Más de la mitad de las quiebras se solucionan en el mismo día, concretamente a través de concursos exprés, sobre todo para aquellos que ya no tienen nada que liquidar. En los primeros nueve meses del año, este tipo de concursos se ha disparado un 69% respecto al mismo período del año anterior y la previsión es que «seguirán creciendo en 2023», según apunta el presidente del Colegio Oficial Gestores Administrativos de Madrid (Icogam), Fernando Santiago Ollero.

«Si pueden ser exprés, será mejor, más rápido y con menos complicaciones y gastos», indica. «Al final son una solución para los juzgados para no atascarse, para los acreedores, que saben que no van a cobrar, y para los deudores, porque el concurso ordinario se dilata en el tiempo», expone el abogado de la Asociación de Ayuda al Endeudamiento.

Las micropymes, aquellas que no superan los 10 empleados, copan la mayor parte de los 7.062 concursos registrados en 2021 con un incremento del 39,86% respecto al año anterior. Y la mayor parte pertenecen al sector del comercio, el sector que más quiebras ha registrado: en el tercer trimestre de 2022, el pequeño comercio registró 341 concursos frente a los 190 declarados en el mismo período del año anterior, un 55,7% más, según los últimos datos del Colegio de Registradores de España.

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«Su materia prima y el coste laboral que cada vez genera mayores costes están llevando a la ruina a muchos de los comerciantes», argumenta Domínguez. «En estas circunstancias, sin que las ayudas hayan llegado a los más pequeños, ¿extraña a alguien que crezcan los concursos y los cierres?», apunta el presidente del Icogam.

Al aumento de quiebras declaradas, se une la desaparición de empresas. «La moratoria obliga a tomar la decisión de cesar en la actividad, pero será más posible que muchos negocios cierren sin más, sin someterse al concurso», apunta Ollero. Según los últimos datos de Experian, unas 46.000 empresas han desaparecido en los primeros nueve meses del año. «Muchos proveedores valorarán como más caro solicitar el concurso que el importe que se les adeuda», agrega el presidente de Icogam.

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