CÍRCULOS CONCÉNTRICOS

El optimismo desmedido del sector turístico

La sensación de que en 2023 se superarán las cifras de viajeros y gastos previos a la pandemia se han instalado en un sector que aún relame sus heridas

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Melià

Melià / EPI_RC_ES

Pasar de ingresar 1.800 millones de euros y ganar 121 millones a facturar 528 y perder 595 en un año no es un buen síntoma para ningún negocio. Si, además, la deuda suma 2.800 millones y el valor de la acción cae de 8,2 a 2,7 euros en un mes y medio, el futuro pende de un hilo. Meliá, primer grupo hotelero español y tercero europeo es la única de las cadenas hoteleras españolas cotizadas en Bolsa. Su vicepresidente y primer ejecutivo, Gabriel Escarrer Jaume se convirtió a lo largo de 2020 y buena parte de 2021 en la cara más visible del sector turístico español. Como presidente de la asociación sectorial Exceltur no paraba de llamar la atención al Gobierno sobre la necesidad de ayudar al sector. Otra representante, Carmen Riu, copresidente del grupo de hoteles Riu, afirmó en una entrevista en marzo de 2021 a quien firma: «El Gobierno ha minusvalorado al Turismo y al sector de la hostelería.» En privado, desde el sector, las palabras llegaron a ser más gruesas en plena pandemia.

Las familias Escarrer, Riu, BarcelóFluxáPiñero o Matutes, por citar solo algunos de los apellidos más reconocidos del negocio hotelero, salieron de la UVI empresarial del coronavirus gracias a la relación histórica con los bancos que les permitió renegociar deuda y a la capacidad de prepararse para competir agresivamente en cuanto el mercado de la demanda empezó a abrirse.

En el caso de Meliá, la familia Escarrer decidió soltar lastre en la propiedad de sus activos inmobiliarios, proponiéndose ir vendiendo el ladrillo y centrándose en la gestión. Y, hace menos de una semana, anunciaba su intención de asumir la gestión de un símbolo hotelero de Barcelona, cerrado desde hace dos años: el hotel Juan Carlos I, al que propone rebautizar, tras reestructurarlo con el nombre de Miranda de Pedralbes. En los primeros nueve meses de 2022, Meliá ya ha facturado 1.273 millones y ganado 52,6 millones. En Bolsa, aun siendo la más pequeña de las empresas del Ibex, vale 1.240 millones. Su acción cerró ayer en 5,67 euros, con un 24% de revalorización en lo que va de mes.

¿Logrará Meliá en 2023 alcanzar las cifras de 2019? Es la pregunta de esta cadena y de un sector que se las promete muy felices para este año. La Feria de Turismo (Fitur) que empieza este miércoles en Madrid, se reanuda a pleno pulmón y con las alforjas llenas de optimismo. La ministra de Industria, responsable también del sector, Reyes Maroto, auguró en un foro organizado por la cadena Hotusa, que en 2023, España podría superar las cifras de viajeros y gastos turísticos de 2019. Este año, España recibió 83,7 millones de viajeros internacionales -solo por detrás de Francia, con 89 millones- y el gasto sumó 92.337 millones. Según el ministerio, el número de empleos turísticos ascendería ya a 2,4 millones, 160.000 más que antes de la pandemia. Exceltur calcula que el PIB turístico español en 2022 sumó 159.490 millones de euros, representando un 60,86% de la aportación al crecimiento nacional. El turismo representa un 12,2% del PIB en su conjunto. 

Entre las demandas del sector tras la pandemia: formar parte de un Perte -Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Estratégica- que los ponga al nivel de industrias consideradas claves para el futuro. Que solo se hayan presupuestado 3.400 millones, de los cuales se han repartido menos del 60% se considera una cifra minúscula.

Junto a las expectativas de Meliá, reflejadas en Bolsa, hay otras dos compañías del Ibex 35 que marcarán, por distintas razones, la evolución del turismo: IAG y Amadeus. Esta central de reservas, que es la sexta compañía con mayor valoración del Ibex 35 con una capitalización de 25.500 millones, es el principal barómetro del sector a nivel europeo. En 2022 habrá dado la vuelta a la cuenta de resultados, regresando a los números negros y facturando más de 4.000 millones. Desde principios de año gana en Bolsa un 16,5%.

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Uno de los valores con peor registro bursátil en los últimos cinco años de la bolsa española, IAG (entre los que se engloban British Airways, Iberia, Vueling), espera poder recuperar valor en 2023. Ya lleva ganado un 28% en el año, aun estando muy lejos de sus récords. Los ingresos van camino de superar los 20.000 millones en 2022 y los beneficios los 1.000. ¿En el radar? Los costes energéticos y la espera de que la tan prevista crisis sea menor de lo vaticinado. 

Recuperar el vuelo

Meliá, Amadeus y IAG, las tres empresas más relacionadas con el sector turístico del Ibex 35 han iniciado el año con relevantes subidas en la Bolsa. Tras superar los dos peores años de su historia, su objetivo es recuperar las pérdidas y enfrentarse a los nuevos desafíos de un sector que quiere olvidarse del coronavirus.