BANCA

La incertidumbre económica anticipa un aumento de la morosidad en el primer trimestre

El ratio de morosidad de las entidades financieras de crédito, que son las que proporcionan crédito al consumo, se situó en el 6,35% en octubre, casi el doble que la falta de pago registrada en los préstamos concedidos por entidades bancarias a familias y empresas

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A nadie se le escapa que se avecinan tiempos complicados en el panorama económico. Tras el primer verano en dos años sin restricciones sanitarias y las primeras Navidades postpandémicas, parece que la cuesta de enero va a complicarse para muchas familias. “La economía se está desacelerando y es previsible que tras las fiestas veamos un incremento de la mora en el crédito al consumo, que siempre será más alta que la bancaria”, asegura Francisco Uría, socio responsable del sector financiero de KPMG en España, quien añade que las entidades se han aprovisionado bien y no debería haber problemas. Estas compañías aún mantienen las provisiones extraordinarias realizadas durante el covid. La persistencia de la inflación y la crisis de precios energéticos añaden desasosiego al panorama económico. “Es difícil anticipar la evolución de la morosidad por la elevada incertidumbre, pero los bancos ya anticipan el riesgo de un aumento de la misma con una mayor dotación en provisiones en los últimos años frente al promedio europeo”, señalan fuentes de la Asociación Española Bancaria (AEB).

Los últimos datos disponibles indican que el ratio de morosidad de las entidades financieras de créditos (EFC), que son las que proporcionan el crédito al consumo, se situó en el 6,35% el pasado mes de octubre, prácticamente el doble que la falta de pago registrada en los préstamos concedidos por entidades bancarias a familias y empresas, que marcó en el noveno mes del año su mejor registro desde diciembre de 2008 y se situó en 3,77%. La financiación proporcionada por los EFC en 2021 ascendió a los 60.733 millones de euros en 2021, según un informe elaborado por la consultora PwC para Asnef (Asociación Nacional de Establecimientos Financieros).

Ante los tambores de recesión y el sombrío escenario económico con el que amenaza 2023, el Banco de España ya ha advertido a los bancos de que no reduzcan sus provisiones. En términos similares se expresaba a finales del año 2022 el presidente de la Autoridad Bancaria Europea, José Manuel Campa, que, aunque reconocía que la tasa de mora en los bancos europeos se ha mostrado más baja de lo esperado, alertó de que existe aún una “cierta bolsa de activos potencialmente defectuosos que puede resurgir como morosidad” y aseguró que algunos indicadores adelantados ya empiezan a reflejar este aspecto. “Podrían aguantar muy bien durante una primera oleada de impagos, tendrían más problemas en una segunda tanda. Por ello siempre es importante reestructurar a tiempo las carteras más dudosas”, señala Eduardo Areilza, director de la consultora especializada Alvarez&Marsal.

A pesar de ello, los últimos datos del Banco de España indican que las provisiones del total de entidades de crédito se redujeron ligeramente a 32.727 millones de euros en octubre, con un descenso de 11 millones en el mes y de 6.099 millones de euros en el año.

El volumen de créditos dudosos en octubre era de 46.048 millones de euros, un 0,59% menos que en septiembre y un 13,06% menos que en octubre de 2021, según los registros del Banco de España. Los datos que maneja la AEB apuntan a la morosidad del crédito al consumo en las entidades de depósito se encuentra en el 4,9%, según los datos del segundo trimestre del año, algo por debajo que antes de la crisis sanitaria, cuando se situó en el 5,6%. La tasa de morosidad de consumo en relación a la cifra total del crédito es del 0,3%, pero hay que tener en cuenta que muchas entidades mantienen fuera de sus balances este tipo de préstamos al presentar un mayor riesgo de impago. “La tasa de morosidad en el crédito al consumo siempre es más elevada que la hipotecaria, es una categoría que representa un mayor riesgo de financiación”, indica la AEB.

En el caso de Banco Santander, la entidad mantiene Santander Consumer Finance como una unidad de negocio especializada en crédito al consumo. El ratio de mora de Digital Consumer Bank, que aúna al segmento especializado en créditos al consumo y Open Bank, se situó en septiembre en el 2,20%, lo que representa una subida por de cinco puntos respecto al año pasado. "Si la situación macroeconómica se complica, es normal esperar un alza de la morosidad y nosotros continuaremos monitorizando nuestras carteras para prevenir el impacto que pueda tener una subida del paro en 2023 o una paralización del mercado de consumo", señalan fuentes de Santander Consumer Finance.

Desde el año 2014 los Establecimientos Financieros de Créditos (EFC) dejaron de incluirse en la categoría entidades de crédito por parte de el Banco de España. Mientras la morosidad de los préstamos concedidos por el total de entidades de crédito a empresas y particulares se situó en el 3,77% en septiembre, si se incluyeran los EFC como antes de 2014, la morosidad se situaría en el 3,86%.

Cambio de tendencia

Aunque las cifras de morosidad se mantienen en niveles bastante bajos, parece que hay un cambio de tendencia. El primer año sin restricciones tras la pandemia ha animado a los consumidores a salir y gastar el ahorro embalsado que se había acumulado durante el confinamiento. “Hay un cambio de tendencia. Los consumidores han gastado mucho en verano, desde viajes y vacaciones hasta compra de electrónica, y ahora muchos de ellos se van a ver en dificultades para devolver los préstamos para consumir que han asumido”, explica Montse Cespedosa, directora de The Gossip Banker, una consultoría financiera que ayuda a los consumidores a reestructurar sus deudas. “Tanto mis clientes como proveedores de préstamos al consumo me indican que se están multiplicando las situaciones de morosidad o inminente morosidad”, asegura Cespedosa.

"Es posible que veamos un cambio de ciclo a inicios de 2023. Si la inflación y el desempleo golpean a las familias podríamos empezar a ver que estas tiran de las tarjetas de crédito para consumir para llegar a fin de mes", apunta Eduardo Areilza, de Alvarez&Marsal.

También desde el comparador financiero Sincomisiones.org comparten esta visión. "No parece que vaya a haber impagos a corto plazo, pero el diferencian entre la tasa general y al consumo se está ampliando, con lo que algo de movimiento hay. No quiere decir que ya haya muchos créditos al consumo que se estén dejando de pagar, pero que éstos no están bajando al ritmo que lo hace la tasa general (hipotecas…) es una realidad. Puede ser algo pasajero...o no", explica Gabriel Rodríguez, fundador del portal Sincomisiones.org.

Rodríguez remarca que la tasa de ahorro de las familias está por primera vez en negativo desde hace tres años. "Si tenemos en cuenta la inflación y la escalada del euríbor, es posible que las familias vayan a experimentar dificultades. Si esto sigue así, es posible que veamos impagos en el crédito al consumo, la parte más débil de toda la cadena de crédito", concluye.

Préstamos ICO

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Las dificultades para afrontar las deudas también afectarán a las pymes (pequeñas y medianas empresas). Muchas de estas compañías consiguieron sortear el covid-19 gracias a la concesión de créditos ICO. El efecto de las subidas generalizadas de tipos de interés y el fin de la moratoria concursal el pasado 30 de junio supuso que en julio aumentasen un 25% los concursos, según un informe de Hiscox, aseguradora internacional especializada en empresas.

Aunque solo dos de cada diez pymes solicitó algún préstamos ICO, el 45% de ellas ahora no sabe si será capaz de devolver el préstamo solicitado en los términos en los que le fue concedido. Hasta un 3,4% prevé directamente el impago, mientras que el 13,1% considera que la solución pasa por la refinanciación de la deuda y otro 9,8% por la reestructuración. El 19,2% no ha pensando aún medidas para cuando venza el plazo.