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¿Qué hacemos con los salarios?

CCOO se abre a ligar las alzas no solo al IPC sino a la marcha de las empresas

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Manifestantes convocados por CCOO y UGT para exigir subidas salariales, en la Plaza Mayor de Madrid.

Manifestantes convocados por CCOO y UGT para exigir subidas salariales, en la Plaza Mayor de Madrid. / EP/ JUAN BARBOSA

No es por los salarios que la inflación está en niveles elevados. Ciertamente, 2022 acabó en una cota muy inferior (5,7%, una décima menos de lo anticipado por el INE) a la que llegó a marcar en verano (10,8%), pero el problema es que lo que comenzó como una escalada de los precios de la energía se ha trasladado luego a los alimentos, a la cesta de la compra, con un incremento superior al 15%. Y eso obligó al Gobierno a tomar medidas para aliviar la carga de las familias y de las empresas, si bien está por ver que sean del todo efectivas.

La verdad es que los salarios suben a una velocidad muy inferior a la de los precios. En concreto, el 2,8% frente a una inflación media del 8,4% el año pasado. Eso supone la mayor pérdida de poder adquisitivo en dos décadas.

Es evidente que se requiere incrementar la velocidad de escalada de los salarios porque es poco probable que la reducción de los precios se acelere hasta caer al ritmo de ascenso de los primeros. Nadie propone que suban exactamente igual que la inflación. Lo reflejan las estadísticas sobre los convenios, con excepciones como el sector del metal de la provincia de Barcelona, criticado desde ámbitos empresariales. En todo caso sí que hay iniciativas que resultan interesantes y que merecería la pena tener en cuenta, como la de Pimec, de vincular las subidas a la productividad.

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O el caso de CCOO, que ha recogido el guante lanzado por la patronal CEOE, pero con matices. En esencia se trataría de vincular los salarios a la marcha de las empresas, es decir a la evolución se sus márgenes y beneficios, pero mediante un índice lo más objetivo posible. Por ejemplo, los datos del IVA con los que cuenta Hacienda.

En resumen, de lo que se trataría es de que las alzas salariales no estuvieran basadas solo en los datos que maneja la empresa, es decir, una de las partes, sino que hubiera un contraste mas "científico". En esencia, que un árbitro (neutral) fijara reglas para mejorar las retribuciones de los trabajadores, que el aumento del coste de la vida hace necesario adecuar.

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