PERFIL | MARÍA HELENA ANTOLÍN

Una innovadora mundial para una empresa con más de medio siglo

Empresaria nacida en Francia y formada en EEUU e Inglaterra. Llegó a la vicepresidencia de Grupo Antolín en 2013 en el tercer relevo generacional de la empresa que fundó su abuelo en 1950

María Helena Antolín.

María Helena Antolín.

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A Helena Antolín, una empresaria educada y curtida en el extranjero, le ha tocado buscar su propio lugar en una compañía familiar con una dilatada trayectoria a sus espaldas. Desde 2013 es vicepresidenta del Grupo Antolín, empresa fundada en Burgos, en 1950, por su abuelo. Lo que empezó como un pequeño taller se ha convertido hoy en día en una multinacional especializada en el diseño y la fabricación de componentes para coches que cuenta con 25.000 empleados, 4.055 millones de euros en ventas y 140 plantas de producción.

Antolín pertenece a esa tercera generación que ha sabido tomar las riendas de la empresa y otorgarle un carácter internacional. Ella misma lleva en sus orígenes y su formación esa faceta: nació en Francia y se formó en Estados Unidos, donde estudió Negocios Internacionales y Administración de Empresas. Más adelante completó un MBA en Inglaterra. Gracias a estas experiencias puede comunicarse en francés, español, inglés, italiano y alemán.

Tras su etapa formativa, sus inicios en Grupo Antolín no fueron fáciles. En 1992, recién graduada, regresó a España para ayudar en la empresa familiar. Sus primeras tareas tenían que ver con la atención a los clientes extranjeros, gracias a sus conocimientos de idiomas. "Mi padre mi pidió que asistiera a la Feria de Sevilla aquel año para traducir lo que hiciera falta. Y esos fueron mis primeros pasos en la compañía, como traductora", señala.

Precisamente, su conocimiento de varios idiomas y su facilidad para conectar con los clientes permitieron a Antolín seguir progresando en el grupo. "Decidí irme a Alemania para aprender su lengua y saber cómo se realizaba allí el negocio", explica. A base se visitar las líneas de producción, cada vez fue entendiendo más el alemán y conociendo a fondo el producto. "En aquella época que hubiera una mujer en un territorio industrial era una cosa muy inusual", reflexiona la empresaria.

Reto tras reto

Tras esa experiencia, el siguiente encargo de su padre fue que se fuera a Francia para supervisar la marcha de la fábrica de asientos que había adquirido el grupo. "Aunque mi padre me mandaba traducir, en aquella época ya empezaba a tener un conocimiento más profundo del negocio y me introducía en nuevos segmentos de negocio. En Francia afiancé mis conocimientos y me di cuenta de que lo que más me gustaba era el trabajo en la fábrica".

El siguiente reto que asumió fue la gerencia de una fábrica en València, donde pasó seis años. En 2002, tras el nacimiento de su primer hijo, se trasladó a Burgos, donde se encuentra la sede del grupo. Allí asumió las riendas del Departamento de Recursos Humanos.

A estas responsabilidades en la compañía familiar, también hay que sumar su implicación en asociaciones como Sernauto, la Asociación Española de Proveedores de Automoción, de la que ha sido presidenta. Y, recientemente, su designación, por Antonio Garamendi, como vicepresidenta de la mayor organización empresarial española, la CEOE. "Estoy muy ilusionada con esta nueva etapa al asumir este cargo en un momento de grandes desafíos económicos y empresariales. Mi trabajo en la organización se orientará a intercambiar con las administraciones todo lo que tenga que ver con el diseño de las nuevas políticas de movilidad", resume.

El secreto del éxito

Con este importante bagaje profesional a sus espaldas y esta nueva faceta dentro de la CEOE, esta empresaria mantiene que el secreto del éxito del grupo del que es vicepresidenta reside en una apuesta constante por la innovación. "En el sector en el que trabaja Grupo Antolín hay muy pocos clientes, los que fabrican vehículos son menos de 40. Hay que conocer sus habilidades para adaptarse a lo que necesitan y así desarrollar la innovación y la tecnología necesarias. Es imprescindible una apuesta firme por la innovación permanente. Precisamente Grupo Antolín creció gracias a un invento de mi padre y mi tío, que diseñaron una rótula que ayudaba a mejorar la seguridad de los vehículos de la época. Ese ejemplo nos ha servido para adaptarnos permanentemente a los cambios que ha vivido la industria", señala.

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En este sentido, también apuesta por posicionar a España como uno de los principales polos del sector del automóvil y advierte de la elevada competencia que existe por hacerse con los proyectos más punteros del momento, aquellos relacionados con el coche eléctrico. "Además, España cuenta con una dificultad añadida y es que los centros de decisión de todos los fabricantes de vehículos están en el extranjero", indica. Para vencer esa desventaja, Antolín apuesta por crear una estrategia de país que impulse al sector. Pese a las dificultades, Antolín considera que España cuenta con una industria automovilística de gran calidad. "Es muy eficiente y con unos costes competitivos y una mano de obra muy cualificada. Tenemos una buena base para liderar el proceso de transformación hacia el vehículo eléctrico", asegura.

Antolín señala que la pandemia ha golpeado muy fuerte al automóvil. Otro de los objetivos que no olvida mencionar está relacionado con la descarbonización del sector.

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