INVERSIONES

Iberdrola, Santander y Telefónica, las compañías más expuestas del Ibex en la crisis política de Brasil

Aunque la asonada de los bolsonaristas parece sofocada, los analistas alertan de que puede generar volatilidad para los valores españoles más expuestos en el país

Manifestantes afines a Jair Bolsonaro toman la sede del Congreso, el Palacio de Planalto y el Tribunal Supremo Federal en Brasilia, Brasil

Manifestantes afines a Jair Bolsonaro toman la sede del Congreso, el Palacio de Planalto y el Tribunal Supremo Federal en Brasilia, Brasil

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La crisis política en Brasil hace contener el aliento a las empresas españolas. Este país es la quinta economía mundial por tamaño y población: un mercado de 208 millones de personas y una economía líder en la región que cuenta con materias primas y recursos energéticos. Para España se trata de uno de los destinos más importantes para la inversión y acumula un stock de inversiones de unos 40.000 millones y cerca de 180.000 empleos directos, según los datos que maneja el Ministerio de Industria y Comercio. Además, es el segundo destino de las exportaciones españolas en América Latina, con ventas de hasta 2.360 millones, solo por detrás de México, según la Cámara de Comercio Brasil-España.

Por ello, valores como Santander, Iberdrola o Telefónica son los que más están sufriendo en los mercados este lunes y la bolsa española ha cerrado en negativo mientras los índices europeos han cotizado con subidas. Milán ha avanzado un 0,81%; Fráncfort, el 1,25%;  París, el 0,68% y Londres sube el 0,33%. De hecho, el Banco Santander se ha dejado un 0,89% en la sesión de este lunes mientras que Iberdrola ha retrocedido un 0,60%. También Repsol se ha llegado a dejar un 1% en la jornada de esta mañana, aunque ha remontado posteriormente y ha cerrado con una pérdida de 0,034%. Telefónica se ha mantenido en verde gran parte de la sesión, pero ha cerrado en negativo 0,056%. "La conflictividad en Brasil tras el ataque al Congreso que cuestiona el liderazgo de Lula da Silva solo una semana después de su toma de posesión tiene visos de no ir a más, pero podría generar volatilidad en los valores más expuestos en el país", señalan los analistas de Renta 4 en su informe de este lunes. Los de Bankinter señalan que se trata de una "noticia negativa" y recuerdan que el asalto a Brasilia recuerda al del Capitolio de Estados Unidos hace dos años.

Por su parte, las acciones brasileñas han cotizado a la baja en la apertura de este lunes, los valores de la minera Vale y la petrolera estatal Petrobras, los dos grandes valores del corro brasileño han sufrido caídas de 1% y del 1,4%, respectivamente. La Bolsa de Sao Paulo caía un 0,30 % en la apertura de este lunes y se ubicaba en los 108.500 puntos. En el mercado de divisas, el dólar estadounidense se apreciaba un 0,88% y cotizaba a 5,281 reales para la compra y 5,282 reales para la venta, en el tipo de cambio comercial.

El temor a una desestabilización política podría empañar a corto plazo las perspectivas macro de Brasil, convertido desde el estallido de la guerra en Ucrania en uno de los mercados emergentes favoritos de los analistas. No en vano, tanto la renta variable (Bovespa) como su divisa (real brasileño) destacaron entre las mejores inversiones a nivel global de 2022. De cara a 2023, las firmas de renta fija sitúan la deuda de Brasil entre sus apuestas para este nuevo año.

Y todo lo que huela a inestabilidad política puede traducirse en problemas para los negocios. En el caso de Banco Santander, el mercado brasileño se ha convertido en una de sus principales fuentes de ingresos, por delante incluso de España. Santander Brasil logró un beneficio de 2.027 millones entre enero y septiembre de 2022 y cuenta con 53.700 empleados y casi 60 millones de clientes. Telefónica también ha cosechado en este país y ahora mismo es su filial más importante fuera de España. La operadora ha alcanzado los 99 millones de clientes en Brasil, gracias a los 5,5 millones de líneas adicionales que se ha anotado con la compra de Oi. Brasil duplica en clientes a Alemania, en el que la empresa tiene 48 millones, y a España, país en el que cuenta con 41 millones, según el último informe trimestral de la compañía.

Iberdrola cuenta en el país con la filial Neoenergía, que es la mayor eléctrica de Brasil. Además, la compañía tiene previsto instalar en este país a través su filial la primera plante solar flotante. Este proyecto supondrá una inversión de unos dos millones de euros, según ha explicado la compañía. Otras energéticas, como Naturgy o Red Eléctrica, también tienen intereses en este país.

La cadena de supermercados Dia tiene en Brasil su tercer mercado, por detrás de España y Argentina. En el caso del sector turístico, también Meliá ha realizado inversiones en Brasil con la gestión de una docena de hoteles. El país latinoamericano se ha convertido en el segundo mercado que más ha aportado al beneficio de la asegurado Mapfre en los nueve primeros meses del año, con 93 millones de euros, un 86% más que en el mismo periodo del año anterior, por la menor siniestralidad del covid y la mayor rentabilidad de la carteras de inversión. La compañía mantiene en el mercado brasileño primas por valor de más de 3.000 millones de euros, casi la mitad de las que tiene en España. Otras empresas industriales españolas con presencia en Brasil son Cie Automotive o ArcerlorMittal.

NECESIDAD DE CRECIMIENTO

Brasil es una de las mayores potencias agrícolas del mundo, el segundo mayor producto mundial de soja después de Estados Unidos y es uno de los mayores exportadores del mundo de carne de vacuno y de pollo. También produce petróleo y energías renovables. A pesar estas potencialidades, el principal problema “económico” del país es su dificultad para seguir creciendo.

El país decreció en 2016 un 3,3% y entre 2017 y 2019 no consiguió crecimientos superiores al 2%, según datos del Banco Mundial. La pandemia supuso un varapalo y el decrecimiento alcanzó el 3,9%. En 2021, la economía rebotó y se consiguió un crecimiento de hasta el 4,6%.

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Entre 2003 y 2010 el gasto social se incrementó bajo los gobiernos de Lula con el objetivo de reducir la pobreza de las clases populares. En 2010 se llegó a registrar un crecimiento de hasta el 7,5%. Pero la crisis financiera llegó y el sector público se quedó sin margen de maniobra por la subida de la deuda y el déficit. El gasto se convirtió en un lastre. En 2016 Dilma Rousseff, sucesora de Lula da Silva, abandonó el gobierno por los escándalos de corrupción y centrista Michel Temer y el ultraderechista Jair Bolsonaro han intentado desde entonces introducir reformas para limitar el peso del Estado en la economía, introducir un techo de gasto, reformas las pensiones o privatizar Electrobras, principal compañía energética del país.

La pandemia, la inflación y la crisis energética se han convertido en un lastre para impulsar el necesario crecimiento del país, que este año se situará cerca del 2,7%, aunque en 2023 parece que volverá a quedarse por debajo del 1%. El frenazo de China, que ha moderado su crecimiento en los últimos años, también puede afectar a Brasil, ya que es uno de sus principales socios comerciales.