ENTREVISTA

Sanpera, de Sateliot: "En España tenemos todas las cartas en la mano para tener un gran sector del espacio"

La firma española se ha propuesto lanzar al espacio 250 nanosatélites para dar cobertura a los dispositivos del internet de las cosas (IoT) en zonas donde no llegan las operadoras con el sistema estándar

Jaume Sanpera, CEO de Sateliot, empresa de Nanosatelites.

Jaume Sanpera, CEO de Sateliot, empresa de Nanosatelites. / GERMÁN CABALLERO

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Ramón Ferrando

El CEO de Sateliot, Jaume Sanpera, asegura que la compañía aspira a captar un volumen de negocio de 1.000 millones de euros al año. La empresa fundada en 2018 y que no ha empezado a facturar, lanza su primer nanosatélite en febrero en un cohete de Elon Musk.

PREGUNTA (P). ¿Para qué quieren desplegar 200 nanosatélites?

RESPUESTA (R). Para dar cobertura de internet de las cosas (IoT) a bajo coste en cualquier lugar del mundo. En la conectividad de internet de las cosas hoy en día existen dos mundos completamente diferentes. Uno con cobertura móvil que llega al 10% del planeta con equipos extremadamente económicos y compatibles. Un equipo para IoT dentro de una ciudad con cobertura de un operador móvil cuesta 5 euros y ya hay 2.000 millones de dispositivos como estos. Después está el resto del mundo donde no hay cobertura de los operadores móviles y los dispositivos cuestan 500 euros. Ahora solo hay 5 millones de estos dispositivos.

P. ¿Dónde está ese 90% sin cobertura?

R. En España está en las zonas rurales. A nivel global, en los océanos o en África donde la cobertura es casi inexistente. En América del Norte y Sudamérica la cobertura es mucho menor que en Europa. En esos ámbitos, si quieres seguir un contenedor refrigerado de extremo a extremo desde que sale de Brasil hasta que llega a París tienes muchas zonas sin cobertura.

P. ¿Cómo lo hacen para resolver el problema?

R. Nosotros cogemos el sistema estándar que utilizan los operadores móviles, lo evolucionamos con ellos y desplegamos satélites que permiten utilizar los dispositivos de 5 euros en cualquier lugar del mundo. Eso significa que tienes un equipo estándar funcionando sobre una constelación de satélites. Esta tecnología, que es única, la vamos a demostrar en febrero con el lanzamiento del primer satélite en un cohete de Space X (firma que lidera Elon Musk). Con este satélite demostraremos la tecnología extremo a extremo con nuestro socio, que es Telefónica. Vamos a desplegar una constelación de lo que se llama baja órbita. Los satélites tradicionales van a 30.000 kilómetros de distancia. Los nuestros estarán a 550 kilómetros dando vueltas al globo. Eso significa que con un satélite ya tendremos cobertura en todas partes, con un tiempo muy alto de refresco entre que pasa una vez y otra. Iremos lanzando satélites para reducir ese tiempo. A finales del año que viene tendremos cinco satélites en órbita y ya entraremos en la fase comercial.

P. ¿Pueden empezar solo con cinco satélites?

R. Sí, en el internet de las cosas tienes tres grandes grupos de aplicaciones. Un grupo que no es sensible al retardo como la agricultura, ganadería e infraestructuras; otro que funciona con hasta un mensaje por hora como la logística marítima; y un tercer grupo de comunicación casi en tiempo real como la logística terrestre. Nosotros con esos cinco satélites iniciales daremos servicio a todas las aplicaciones que no son sensibles al tiempo de retardo. En el año 2024 lanzaremos 64 satélites y alcanzaremos la hora de tiempo de revisita. Con esto ya cubriremos el 70% del mercado de internet de las cosas y después quedará el otro 30% para lo necesitamos hasta 250 satélites para dar servicio en tiempo real.

"Tenemos una previsión de facturación de 1.000 millones"

PREGUNTA (P). ¿Cuál es su modelo de negocio?


RESPUESTA (R). Es un modelo de negocio superescalable. Cuando lanzas una constelación de satélites de baja órbita, uno de los grandes problemas es que cubres todo el globo y comercialmente tienes que atacar a todo el mundo. Eso es económicamente inviable. Llegar a un país y lograr que un cliente que no conoce la marca te confíe sus telecomunicaciones cuesta tres años y mucho dinero. Nosotros, como funcionamos con el mismo dispositivo que ya está utilizando el operador móvil, lo que hacemos es convertirnos en la extensión de cobertura de esa empresa de telecomunicaciones. Tenemos un acuerdo con Telefónica. Eso significa que los clientes de Telefónica en 17 países (como Perú o Argentina) cuando dejen de tener cobertura de la operadora se conectarán a nuestros satélites. En ese caso, nuestro canal es Telefónica.


P. ¿Qué previsión de facturación tienen?


R. Mil millones al año. Nos damos cuenta de que la previsión de facturación es inmensa. Hemos analizado cómo va a crecer el mercado del internet de las cosas. Telefónica acaba de publicar que su negocio de IoT ha crecido en un millón de clientes. El IoT se está disparando de forma exponencial y parte de ese negocio está fuera de cobertura de forma natural. Por ejemplo, en el mundo hay mil millones de torres de alta tensión, que se tienen que monitorizar. No va a haber más de dos o tres constelaciones de internet de las cosas funcionando bajo estándar 5G. Hemos sido conservadores a pesar de ser los primeros y decimos que vamos a tener un tercio del mercado. Esto es lo que nos da mil millones.


P. ¿Tienen ya preacuerdos? 


R. Claro. En este momento es cuando te preguntas si el mercado existe. Porque claro, Telefónica te dice: "Yo soy tu canal, pero si a mí no me compra el agricultor yo no te voy a vender". Nosotros lo que hemos hecho ha sido comprobar si existe el mercado. Hace nueve meses comenzamos a contactar con el cliente final a través de ingenierías. Les informamos del servicio y les preguntamos por su previsión de necesidad a tres años. En nueve meses hemos conseguido preórdenes firmadas por clientes finales por valor de mil millones. Eso valida que efectivamente nosotros podemos estar en mil millones de ventas en 2026. Nuestras preórdenes alcanzan 700 millones de euros en 2025.


P. ¿Qué le puede costar el servicio a un cliente final como un granjero?


R. Nosotros estamos de media en un euro al mes por dispositivo. El servicio cuesta 30 euros al mes. Cuando nosotros nos sentamos con las grandes explotaciones agrarias y les decimos: "Oye, de 500 euros el dispositivo y 30 euros al mes de servicio va a pasar a costar un euro el dispositivo y cinco euros al mes el servicio". Ahí se dan cuenta de que el salto es disruptivo.


P. A una granja de Asturias con 100 vacas, ¿para qué le es útil el internet de las cosas?


R. En ese caso se pone un dispositivo por vaca y se ve que la mortandad de los animales cae en un 10% porque permite detectar de una manera más rápida cuando un animal está enfermo. Además, mejora la producción de leche. La ventaja que nosotros tenemos es que hay gente de agricultura que ha comprobado que puede ahorrar un 50% en agua, un 40% de fertilizantes, y aumentar la productividad un 15%.

P. ¿Cuánta financiación han captado hasta ahora?

R. Hemos captado 12,5 millones de euros. Hicimos primero una ronda semilla y luego una de serie A en la que entraron tres grandes accionistas: Indra (la compañía aeronáutica del Ministerio de Defensa) que tiene el 9% del accionariado; Cellnex que dispone del 3%; y Sepides (vinculada al Estado) con un 5% de los títulos.

P. ¿Cuánto cuesta lanzar un nanosatélite?

R. Nosotros utilizamos satélites muy pequeños. Ocupan 30 centímetros por 20 y por 10 cuando no tienen desplegados los paneles solares y pesan unos doce kilos. Hoy en día los grandes lanzadores, como Space X, tienen cohetes para lanzamiento de pequeños satélites. Hemos llegado a un acuerdo con Space X para que nos lance el próximo satélite el 15 de febrero. Ahí va por peso. Lanzar el satélite en febrero nos cuesta 150.000 euros. 

P. ¿Y el satélite en sí?

R. El satélite en sí unos 700.000 euros. Llevamos invertido aquí mucho dinero. Antes un satélite costaba 250 millones de euros. Ahora cuesta un millón de euros con el lanzamiento incluido. La reducción ha sido brutal, pero a pesar de eso estar en el espacio es caro.

P. ¿Cómo está de avanzada España en soluciones espaciales?

R. En España tenemos todas las cartas en la mano para tener un gran sector del espacio. Disponemos de tecnología propia, capacidad y talento gracias a las universidades. Nos falta un mercado inversor como el americano. Es una tecnología que necesita mucho tiempo de maduración y eso para un fondo es mucho más complicado. Creamos la compañía en 2018 y llevamos cuatro años sin facturar. Eso es mucho tiempo. Es una inversión muy importante sin haber llegado a mercado. 

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P. ¿Qué sentido tiene una agencia espacial española?

R. Tiene todo el sentido y más ahora. Hasta la fecha el espacio ha sido un ámbito de grandes corporaciones y de empresas semipúblicas. Ahora que hay una eclosión y que el número de compañías se multiplica por cien es imprescindible tener una agencia espacial española que marque una estrategia de país.