COMERCIO Y MEDIOAMBIENTE

El nuevo impuesto al plástico entra en vigor pese al rechazo frontal del sector del consumo

  • España se convierte en el primer país de la Unión Europea en poner a funcionar este gravamen

  • Las empresas temen que el tributo encarezca todavía más el mercado y complique, en especial, la situación de las pymes

Calabacines envueltos en plástico en un supermercado.

Calabacines envueltos en plástico en un supermercado. / José Luis Roca

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El sector confiaba en un aplazamiento a última hora, pero, finalmente, el impuesto a los plásticos de un solo uso ha entrado en vigor. Lo hace pese a la oposición frontal de industrias como la de la alimentación, la moda, la logística o la automoción, entre otras, que en las últimas semanas han redoblado la presión para aplazar su puesta en marcha con el argumento de que la tasa empeorará todavía más la crisis inflacionista en general y la situación en particular de las compañías y las distintas industrias. Pero el Gobierno no incluyó una moratoria en su nuevo paquete de medidas anti-inflación, por lo que nada interrumpe sus planes de que el tributo empiece a rodar. Y lo ha hecho desde el 1 de enero, con el inicio del nuevo año.

Esto implica, entre otras cosas, que España se convierte en el primer país de la Unión Europea en tener en funcionamiento un impuesto demandado desde Bruselas. La Comisión Europea aprobó en 2020 una norma por la que cada estado tenía que pagar 80 céntimos por cada kilogramo de residuo plástico que no se reciclara al final de su vida útil. La idea era que todo el dinero recaudado con esta finalidad se dirigiera a financiar el plan de recuperación asociado a los fondos 'Next Generation', y la propuesta para los países fue que sacaran su parte de, entre otras cosas, un nuevo impuesto a los plásticos que no puedan reciclarse.

El Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez se puso manos a la obra enseguida, presentando aquel mismo año un anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos contaminados que se ha acabó aprobando la primavera pasada. Entre las medidas que se incluyen destaca un impuesto de 0,45 euros por cada kilogramo de plástico de un solo uso que tendrán que pagar fabricantes o importadores de este material en España. Entre los acuerdos a los que se había llegado era que este tributo empezara a aplicarse en 2023 para dar margen a los afectados a buscar alternativas o planificar la forma de hacer frente a la nueva carga.

“Todo esto cambia y moderniza cadenas de producción, pero además nos implica como consumidores a la hora de identificar y descartar aquellas prácticas más lesivas para el medio ambiente como puede ser el sobreenvasado de bienes y productos” justificaba en marzo la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.

La cuestión es que entonces empezó a dispararse de forma drástica la inflación y, consecuentemente, también lo hicieron los problemas que enfrentaban las empresas más sensibles al incremento de precio de la energía, del transporte o de las materias primas. Este iba a suponer un coste adicional. Solo quedan exentos del gravamen nuevo los medicamentos, los productos agrícolas y el reciclado mecánico certificado, así como las tiendas de barrio y los supermercados que no superen los 400 metros por metro cuadrado quedan exentos de aplicar esta nueva ley.

Sobrecostes y competencia

“Supondrá añadir sobrecostes a las empresas en un contexto especialmente delicado, una prueba más de resistencia para unos sectores que llevan meses sometidas a un gran incremento de costes a las que ahora, si la situación no se reconduce, deberán sumar una medida que tendrá un impacto directo de 690 millones de euros”, han denunciado ahora una quincena de organizaciones implicadas en los principales sectores de consumo.

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A su juicio, la medida impactará directamente en las exportaciones de sus sectores y pondrá en riesgo operaciones de inversión extranjera que podrían preferir destinos que salgan más asequibles. A ello añaden que el efecto será especialmente perjudicial para las empresas pequeñas, que no tendrán otra que asumir ellas el sobrecoste. “Las pymes españolas aportan el 62,2% del PIB nacional”, apuntan estas asociaciones. “Es sumamente importante no castigar más a un colectivo que está muy seriamente afectado por la coyuntura económica”, reclaman.

Sin embargo, todo eso parece no haber alterado los planes del Gobierno, animado además por una cierta moderación del nivel general de precios comparado con la media de la zona euro y de la Unión Europea (UE). La expectativa era que el Ejecutivo aplazara un año la aplicación del impuesto como una medida más del nuevo paquete anti-inflación, pero el Consejo de Ministros ha aprobado su plan y en él no hay rastro de moratoria. Es decir que España estrenará en Europa el impuesto al plástico de un solo uso, un tributo que esperan que se traduzca en una recaudación extraordinaria de entorno a 500 millones de euros.