SECTOR INMOBILIARIO

Los búnkeres de datos en España mantendrán su crecimiento a pesar del colapso de las tecnológicas de EEUU

  • España se ha convertido en un enclave estratégico a nivel geográfico por los numerosos cables submarinos que conectarán Europa con América, Asia y África

  • Madrid ha sido la localización tradicional, pero la siguiente ola de inversión se producirá en Barcelona, Bilbao, Valencia, Málaga y Lisboa

Un centro de datos de Google.

Un centro de datos de Google.

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Gabriel Santamarina

Los centros de datos, conocidos como data centers en el argot inmobiliario, se enfrentan a una situación compleja en los próximos meses. La mayoría de estos activos están impulsados por grandes tecnológicas norteamericanas que, en la actualidad, están pasando por una crisis tras la subida de los tipos de interés. Gigantes como Amazon han caído cerca de un 50% en bolsa en lo que va de año, mientras otros como Facebook lo hacen un 65%. También han anunciado importantes recortes en sus plantillas y planes de expansión.

Sin embargo, José Guilleuma, director del departamento de Data Centers de la consultora Colliers, no cree que esto sea un impedimento para el desarrollo de los data centers en España: “Las tendencias de consumo de datos y la irrupción de nuevos negocios como el metaverso o los e-sports hacen más necesario, si cabe, el desarrollo de toda la infraestructura digital donde los centros de datos son esenciales. En caso de producirse un frenazo, vendrá más por la dificultad de acceso a la potencia eléctrica”.

Durante 2022, las empresas tecnológicas de Wall Street han anunciado varias inversiones en España. Por ejemplo, Google, Meta (Facebook), IBM o Amazon cuentan con planes en marcha. Fuera de estos, compañías especialistas como CyrusOne o Iron Mountain y fondos como Thor están construyendo los suyos. “La tendencia del mercado indica que esto es solo el principio y 2023 será el año definitivo del despegue del sector”, afirma rotundamente José Guilleuma, en declaraciones a este periódico.

Colliers no ha visto aminorado el ritmo inversor a pesar de la subida de tipos de interés. "No hemos percibido una caída del apetito por este tipo de activos. Todo lo contrario, se ve como un buen activo refugio, donde los fundamentales que lo sostienen, el consumo de datos, no se van a ver afectados", apuntan.

El último informe de la consultora pronosticaba una inversión de 5.000 millones de euros hasta 2025. La rentabilidad anual que se puede obtener de ellos supera el 7% y puede llegar hasta cerca del 20%, muy superior a otros activos como las viviendas en alquiler o las oficinas. Según un estudio de Spain DC, la asociación de los data centers española, "en el escenario en el que Madrid aumenta su capacidad hasta los 621 MW en 2026, la inversión directa acumulada hasta este año puede situarse en más de 6.000 millones de euros. A esta habría que añadir una inversión indirecta de, como mínimo, 10.000 millones de euros".

Sobre la llegada de nuevos jugadores a España, el director de Colliers anticipa: "Se espera que aterricen grandes operadores en nuestro país en los próximos meses. La posición estratégica de la Península es clave para los clientes de los operadores y la llegada de los hiperescalares ha generado un efecto llamada, que se tangibilizará en los próximos meses. Además, otros fondos de infraestructura y de Real Estate se están posicionando en este sector".

La costa cogerá el testigo a Madrid

Desde Colliers, destacan que la saturación del noreste de Madrid, al que consideran el “principal hub dentro de la península”, puede suponer “una oportunidad para otras localizaciones como Barcelona, Málaga, Valencia o Bilbao”. Según Spain DC, la capital acaparaba, hasta diciembre de 2021, el 91% de la capacidad total del país, aunque muy lejos de igualar otras ciudades europeas como Fráncfort, Ámsterdam, París o Londres.

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Madrid ha sido la localización tradicional para los centros de datos desde hace más de 20 años. La capital se ha aprovechado de su equidistancia a cualquier punto de la costa peninsular y ha actuado como una estación de amarre de cable submarino de facto. La red troncal de fibra tiene su origen y su fin en Madrid. A partir de ahí, la siguiente ola de inversión se producirá, donde están las verdaderas estaciones de amarre: Barcelona, Bilbao, Valencia, Málaga y Lisboa. La inversión acabará siguiendo los principales ejes de esta red troncal: Barcelona-Madrid-Lisboa, Santander-Bilbao-Zaragoza-Barcelona y Madrid-Bilbao”, añade el director de Data Centers de Colliers.

En la actualidad, Madrid cuenta con 100 megavatios (MW: unidad de medición de la potencia de un centro de datos) y 505 MW en desarrollo; mientras Barcelona tiene 20 MW en funcionamiento y 110 MW en construcción. Fuera del área metropolitana de las dos grandes ciudades españolas, Facebook invertirá en tener el suyo en Talavera de la Reina (Toledo) e Ingenostrum pondrá en marcha uno en Cáceres de 120 MW.