Redes sociales

BeReal o Moments: la eclosión de las redes sociales alternativas

Una parte de los usuarios demanda nuevos modelos descentralizados de plataformas, cuyo control deje de estar en manos de las grandes compañías tradicionales

Una adolescente consultando su móvil

Una adolescente consultando su móvil / 'activos'

3
Se lee en minutos
Irene Juárez

Es momento de convulsión en el ecosistema de las redes sociales. Las veteranas llevan meses generando debate social, el más reciente ocasionado por el cambio de propiedad de Twitter, ahora en manos de Elon Musk. Las inquietudes de los usuarios ponen en jaque a los modelos tradicionales, y en el tablero aparecen nuevos jugadores como Mastodon, BeReal o Moments, que se erigen como alternativas a las redes más consolidadas. La pregunta es si, en este contexto, las nuevas absorberán a las antiguas, ante la constatación de que, cada cierto tiempo, se producen migraciones masivas de usuarios de una a otra. 

"Cuando surgen crisis, las redes se redefinen para sobrevivir. Algunas lo consiguen, otras desaparecen prácticamente de forma definitiva. De Facebook huyeron las generaciones más jóvenes porque entraron sus padres. Es un proceso natural", explica el profesor de comunicación de la Universitat Pompeu Fabra, Frederic Guerrero-Solé. Y sus modelos de negocio también varían a lo largo del tiempo. Uno de los más típicos es el que se basa en la publicidad. Y es precisamente del que quiere huir Musk cuando apuesta por el pago de los usuarios verificados. Otro, menos popular, es la venta de datos personales a terceros. De cada usuario de una red social se pueden extraer hasta 1.000 datos personales, según Guerrero-Solé. Y, aunque existen leyes regulatorias, "muchas veces su lucha es tibia, para no tener un impacto negativo sobre las redes".

Sistema descentralizado

Frente a estos sistemas tradicionales, surgen voces que demandan sistemas descentralizados, abiertos, donde el control de la red no recaiga sobre una compañía, sino sobre los propios usuarios. De ahí la eclosión de Mastodon, cuyos usuarios pueden usar un código libre para construir comunidades sociales que giren en torno a un interés concreto. En noviembre, Mastodon superó los dos millones de usuarios activos. "Su emergencia obedece directamente a la compra de Twitter. Musk no es un propietario cualquiera, tiene una ideología muy marcada, y eso ahuyenta a muchos usuarios", explica Guerrero-Solé. Pero no cree que esta red social "llegue más allá de donde ha llegado, porque el usuario no tiene la sensación de estar donde está todo el mundo".

Sin embargo, según la profesora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Silvia Martínez, ambos modelos pueden convivir. Aunque las tradicionales tienen usuarios muy fieles, hay otros que se decantan por esta fórmula "como una forma de decir que no les gusta lo que está pasando".

Y no es solamente a Twitter, sino que a Instagram (IG) también le han salido competidores. Una de ellos es BeReal, que se posiciona como alternativa al uso generalizado de los famosos filtros. En esta red social los cerca de 20 millones de usuarios que la plataforma asegura tener en activo comparten fotos de forma espontánea, haciendo bandera de la naturalidad.

Otra de las competidoras de IG, que ya ronda los 385.000 usuarios activos mensuales, es la catalana Moments, que permite planificar, compartir y almacenar momentos, intercambiando fotos y audios, "y dinero, en un futuro". Esta especie de cápsulas se crean colaborativamente y pueden incluir una parte privada y otra pública. Lo explica Miquel Castany, uno de los tres fundadores. Nacida en 2021, la nueva plataforma es gratuita, pero la idea es que incluya un sistema de pago para no depender de la publicidad. Con una inversión inicial privada de 200.000 euros, conviven con Instagram, aunque pretenden ser su competencia.

Pérdidas millonarias

Noticias relacionadas

Las redes sociales alternativas cogen fuerza, también, a costa de los problemas económicos de las tradicionales. Twitter registra pérdidas cifradas por el propio Musk en 4 millones de dólares al día. El año pasado, de hecho, perdió 221 millones. Y el multimillonario, que ya no es el hombre más rico del mundo, ha decidido dejar de pagar el alquiler de sus oficinas para recortar gastos. Un panorama que no va a ocasionar su desmantelamiento, a ojos de los expertos. "No es la red más popular, ni la que tiene más usuarios, pero tiene una posición estratégica", argumenta Martínez. Para ella, el problema reside en la elección del modelo de negocio. "Hay que ver qué protagonismo da ahora Twitter a las publicaciones patrocinadas. Una empresa no hará una inversión publicitaria si no obtiene rendimiento".

En el lado opuesto está TikTok, que crece a pasos agigantados. Según las previsiones, registrará este año más de 11.000 millones de dólares en publicidad. "Tiene el mejor algoritmo, y a los creadores más creativos", dice el profesor. "Es una muestra de éxito", concluye Silvia Martínez