COMERCIO

Uvas, turrón o juguetes: así fabrica la provincia de Alicante la Navidad

Es una tierra que se asocia con el turismo y la playa, pero en pocas zonas del país la Navidad tiene un impacto mayor

La fábrica de la propietaria de El Lobo y 1880 en Jijona

La fábrica de la propietaria de El Lobo y 1880 en Jijona / 'activos'

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David Navarro

Que el presidente de la Asociación de Fabricantes de Turrón, Derivados y Chocolate de la Comunidad Valenciana, José Manuel Sirvent, pertenezca a la undécima generación de la empresa familiar que preside -la actual Confectionary Holding, propietaria de El Lobo o 1880, con casi 300 años de trayectoria- ya da una idea de los siglos de tradición que acumula la industria turronera en Jijona.

Aunque hay vestigios de que este tipo de dulces ya se consumía en la antigua Mesopotamia, la tradición marca que fueron los árabes los que lo introdujeron en la Península Ibérica y en su actual formulación se tiene constancia de la existencia de obradores en esta población alicantina desde el siglo XVI. 

Desde entonces la fabricación de turrón ha marcado la vida de este municipio y, junto con la industria chocolatera que se empezó a desarrollar en la población vecina de La Vila Joiosa y con la que han diversificado su actividad los propios turroneros, han conformado en la zona uno de los mayores clústeres de producción de dulces de todo el país. Un sector que en su conjunto facturará este año alrededor de mil millones de euros en la Comunidad Valenciana, según los cálculos del propio Sirvent, y que llega a ocupar a más de 6.000 personas a lo largo del año.

Eso sí, un negocio que, a pesar de los siglos de historia, no escapa de la coyuntura económica y que este año se ha visto obligado a subir entre un 5% y un 10% sus precios ante el aumento generalizado de costes, con incrementos de alrededor del 60% en el azúcar, del 20% en el caso de la miel, o del 15% en las almendras, según apunta el empresario.

La industria del turrón, con siglos de tradición, también está marcada este año por los precios y el calor

Por si no fuera suficiente, tampoco el tiempo ha ayudado y el calor, que se ha prolongado en buena parte de la Península hasta bien entrado el mes de noviembre, provocó que la campaña del turrón arrancara con un descenso de alrededor del 15% en las ventas, que el sector confía en remontar en las semanas centrales de las fiestas. De esta forma, las previsiones del secretario general del Consejo Regulador del Turrón, Federico Moncunill, apuntan a un ligero aumento de la producción del 5%, hasta los 71 millones de barras.

En cualquier caso, el cambio en los patrones climáticos supone una presión más para un sector que se juega prácticamente el 80% de su facturación en apenas mes y medio, y en el que la provincia de Alicante supone aproximadamente el 60% de la producción nacional, a mucha distancia de otras zonas como Cataluña o Toledo.

A pesar de los volúmenes que maneja, una de las cosas que sorprende es que todas las empresas turroneras de la zona de Jijona continúan en manos de las familias fundadoras, tal y como destaca José Manuel Sirvent, aunque en las últimas décadas se ha producido una cierta concentración que ha dado lugar a firmas de mayor tamaño. Un crecimiento obligado, en parte, por la irrupción de la marca blanca -que ya copa cerca del 60% del mercado- y la necesidad de ganar capacidad de negociación con los grandes de la distribución.

No obstante, también hay empresas como la ya citada Confectionary Holding que sigue apostando por sus marcas propias, en este caso El Lobo y 1880, y que incluso han decidido poner en marcha una cadena de tiendas con la que potenciar su imagen, según explica el director general de la compañía, Rubén López.

Uno de los grandes retos es atraer a las nuevas generaciones, a los que van destinados los nuevos sabores. "Los jóvenes suelen iniciarse en el consumo con los turrones de chocolate y los pralinés, y luego se pasan a los sabores tradicionales", explica López. Además, la firma está realizando un esfuerzo para adaptarse a otras tendencias que demanda esta parte de la población, como la sostenibilidad, con envases de material reciclado o ingredientes como el azúcar moreno de caña integral.

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En cualquier caso, en lo que coincide todo el sector es en la importancia que ha adquirido la producción de chocolate dentro del negocio de las empresas del sector, cuya facturación ya supera con creces a la del turrón. Por dar una idea, frente a los 13,5 millones de kilos de este dulce que se fabrican en la zona anualmente, ya se elaboran 31 millones de kilos de cacao.

Una expansión que ha sido posible también gracias a la presencia en la población vecina de La Vila Joiosa de una importante tradición chocolatera, con Chocolates Valor como punta de lanza, que ha aportado el know how necesario. Un negocio para el que la Navidad también supone un revulsivo, ya que es en esta época cuando se concentra hasta el 60% de la venta de bombones y, por ejemplo, casi una cuarta parte de todo el chocolate a la taza que se consume en todo el año, con la Noche de Reyes como principal hito, tal y como recuerda el CEO de la firma, Pedro López.