ENTREVISTA | CONSEJERA DELEGADA DE BANKINTER

Dancausa: "Hay un claro deterioro del marco institucional en España"

  • "El cambio que se produce con la subida de tipos es una normalización de la política monetaria"

  • "El nuevo impuesto a la banca es arbitrario, injusto, discriminatorio y confiscatorio"

  • "No habrá recesión, lo pasaremos mejor de lo que parece"

María Dolores Dancausa es consejera delegada de Bankinter desde octubre de 2010. Antes era consejera delegada de Línea Directa Aseguradora

María Dolores Dancausa es consejera delegada de Bankinter desde octubre de 2010. Antes era consejera delegada de Línea Directa Aseguradora

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María Dolores Dancausa es la primera ejecutiva del cuarto banco español por valor bursátil, Bankinter. Nombrada para su actual cargo en 2010, cerrará el ejercicio de 2022 consiguiendo el desafío que tenía previsto cumplir el año próximo: lograr un beneficio neto de 550 millones. Cree que en España no habrá recesión y pide menos intervencionismo en el sector bancario.

¿Cuál es el escenario más realista que prevé para la economía española y europea en 2023?

Ambas economías pasan por una situación complicada por diversas cuestiones, conectadas las unas con las otras. La guerra de Ucrania, la crisis energética y alimentaria que se deriva de ella y la elevada inflación que se prolonga más de lo esperado. Esto tiene el consiguiente impacto en la economía de empresas y familias, y como respuesta, unos tipos de interés al alza que pueden suponer un freno para la recuperación. En el lado positivo, si atendemos específicamente a España, los datos de empleo siguen siendo estables gracias, entre otras variables, a que arrastramos la inercia de un verano muy bueno en un sector clave como el turismo, y a unas empresas más competitivas y mucho más volcadas hacia el mercado exterior. El banco apunta a cerrar este año con un crecimiento del PIB del 4,3%, y un crecimiento mucho más débil para 2023, hasta 1,5%, ante la menor contribución de prácticamente todos sus componentes [consumo, inversión empresarial y actividad exterior]. En 2024, favorecido por una inflación más moderada, esperamos un crecimiento del 2%. 

¿Considera que el BCE actúa con demasiada prudencia, a diferencia de la Reserva Federal (Fed)?

Tanto el BCE como la Fed se han marcado como principal objetivo controlar la inflación, priorizando la estabilidad de precios al crecimiento económico. Están convencidos de que los tipos siguen lejos de donde necesitan estar para lograr que la inflación retorne a su objetivo. No es de extrañar que tengamos nuevas subidas en los próximos meses. Forzados a escoger entre doblegar la inflación o esquivar una recesión, los bancos centrales optan por lo primero. Lo han expresado con claridad, si bien es verdad que la Fed ha sido más contundente en sus subidas. Ha sido así porque la economía estadounidense parte de una situación mucho más sólida, sin la crisis energética como factor añadido, tal y como sí sucede en Europa, en donde se hará difícil esquivar una recesión en algunos países.

¿Cómo se prepara Bankinter para el cambio de paradigma del sector, producto de la acelerada subida de tipos?

Complejo fue desarrollar nuestra actividad de manera rentable en un periodo prolongado de tipos muy bajos, incluso negativos. Reorientamos nuestro negocio. El cambio de paradigma que se produce con la subida de tipos es una cierta normalización de la política monetaria, que debería mantenerse cuando la inflación se reduzca, dado que la situación anterior era absurdamente anómala. No se comprende que la materia prima de nuestra actividad tuviera un valor cero, incluso negativo. Estos movimientos han obligado a reorientar nuestra estrategia hipotecaria, ajustando precios en las modalidades fijas y primando nuestra oferta en variable.

¿Es inevitable una nueva competencia por obtener depósitos ofreciendo más rentabilidades?

A corto plazo no creo que se produzca de forma generalizada en la gran banca una estrategia de remuneración del pasivo. Las entidades cuentan con suficiente liquidez como para empezar a pagar por ello, más allá de acciones puntuales que se puedan producir por parte de algunas entidades de menor tamaño. Estas tienden a ser más agresivas y deciden acometer estrategias de este tipo. Aunque ni siquiera entre ellas preveo que se produzcan remuneraciones elevadas por captar depósitos. En nuestro caso, estamos cómodos con nuestra posición de liquidez, con una ratio de depósitos sobre créditos muy elevada: 106%. En principio, no estamos pensando en modificar nuestra estrategia. Es cierto que tenemos una cuenta nómina que remunera el 5% el primer año y el 2% el segundo, pero no está concebida como un punto de llegada para el cliente, sino como un punto de partida hacia otro tipo de productos en los que ofrecer un mayor valor añadido.

"No prevemos a corto plazo grandes oscilaciones ni preocupación en el mercado en la tasa de morosidad"

¿Le preocupa un potencial incremento de la morosidad?

La ralentización del crecimiento económico y el efecto combinado de inflación y tipos de intereses más elevados es un campo abonado para que, teóricamente, pueda producirse un crecimiento de la morosidad, que por otra parte se encuentra actualmente en niveles mínimos de la presente década. Estamos tranquilos. Tenemos unos niveles de morosidad muy por debajo de la media sectorial. El perfil de cliente es más resistente al de otras entidades a los impactos macroeconómicos. Hemos llevado a cabo una correcta y rigurosa gestión de los riesgos. Considerando que la morosidad es siempre un indicador atrasado, no prevemos a corto plazo grandes oscilaciones. Por lo que se refiere al sector en su conjunto tampoco vemos una situación excesivamente preocupante. Los bancos están mejor preparados que en otras épocas para afrontar un potencial deterioro macroeconómico, con altos niveles de solvencia y millonarias provisiones dotadas durante la pandemia que en su mayor parte todavía no se han liberado por precaución. Asimismo, existe todavía una enorme bolsa de ahorro embalsado que dota de más resistencia a las familias ante un hipotético caso de empeoramiento.

¿Cómo considera que evolucionará el negocio hipotecario? ¿Habrá alguna corrección en el sector de la vivienda?

La evolución de la actividad hipotecaria en Bankinter en estos nueve primeros meses de 2022 ha sido buena. De momento no hemos notado mucha ralentización de las operaciones, con un crecimiento del 19% en la nueva producción respecto a las que se concedieron en los primeros nueve meses de 2021. Sí creemos que de cara a 2023 y 2024 se producirá una cierta ralentización, en línea con el enfriamiento que se prevé para el mercado inmobiliario en su conjunto, después de un ejercicio, como ha sido 2022, que acabará en niveles máximos de los últimos diez años, gracias a la fortaleza de la demanda doméstica y a la vuelta del comprador extranjero. Nuestro departamento de análisis estima unas caídas de transacciones de compraventa del 13% en 2023 y de un 5% para 2024. En cuanto a precios, prevemos caídas del 3% en 2023 y un 2% en 2024. Recordar que 2022 acabará cerrando con un incremento en los precios de algo más del 5%.

¿Por qué el dividendo sigue siendo atractivo en España?

La Bolsa española ha sido tradicionalmente la más generosa de Europa e incluso del mundo en su política de dividendos, por lo que el inversor español ha estado más acostumbrado que el de otros mercados a construir su cartera con el incentivo de recibir una rentabilidad periódica por esa vía. Esa dinámica se ha revitalizado en este último año después de que las empresas españolas volvieran a la senda de la remuneración tradicional tras el parón producido por la pandemia. Los altos niveles de inflación actuales junto a unas expectativas de beneficio más elevadas están incrementando el atractivo del dividendo para los inversores y, en consecuencia, incentivan a las compañías a mantener sus niveles o incluso a fortalecerlos.

¿Considera que las acciones bancarias en bolsa volverán a recuperar sus valores pretéritos?

La cotización de los bancos debería recuperar la senda de la normalización. No se entiende que la mayoría de las entidades españolas sigan cotizando por debajo de su valor en libros, un 0,68 de media, y eso a pesar de que los bancos europeos manejan ratios aún inferiores. Me enorgullece decir a este respecto que Bankinter es la única entidad española cuya capitalización bursátil está por encima de su valor contable; pero, aún así estoy convencida de que el mercado no recoge todavía ni la excelente situación del banco en términos de solvencia, rentabilidad y calidad de activos, ni todo el potencial que atesora nuestra estrategia de negocio. Afortunadamente, desde que el BCE decidiera en julio aprobar las primeras subidas de tipos, las entidades acumulan ganancias notables, si bien la situación está lejos de recuperar esos valores de antaño que, a corto plazo, veo difícil que se puedan llegar a alcanzar.

¿Será 2023 un paréntesis en el aumento de beneficios de la banca española?

Tras un año muy positivo, el próximo se anticipa algo más complicado. El empeoramiento del entorno macroeconómico tendrá inevitablemente su reflejo en el negocio. Nos enfrentamos con algunos cambios regulatorios sobrevenidos, y, especialmente, el impuesto extra a los bancos, que va a tener un impacto en el beneficio de las entidades. Dicho esto, mantenemos el objetivo que establecimos en 2020 de alcanzar un beneficio en 2023 superior a los 550 millones de euros, por encima de lo que obteníamos con Línea Directa Aseguradora en nuestras cuentas, antes de su salida a Bolsa en 2021.

¿Está la banca demasiado controlada por los supervisores? ¿Le preocupa que el negocio bancario acabe convirtiéndose en una commodity?

El bancario es uno de los sectores más regulados que existen. Esta regulación se ha ido endureciendo en los últimos años, con el consiguiente incremento de los gastos y esfuerzos de las entidades para hacerle frente. Estoy convencida de que la regulación es necesaria para el buen funcionamiento del sector, para evitar la inestabilidad del sistema y proteger a los clientes bancarios, pero una sobre exigencia regulatoria es claramente perniciosa. Frena la innovación y desincentiva la puesta en marcha de nuevos negocios o nuevas actividades. Puede ser claramente discriminatoria: penaliza a la banca tradicional y, en cambio, favorece a los nuevos actores que han entrado en este negocio y que no están sometidos a los mismos criterios ni a las mismas exigencias.

Usted ha sido muy crítica con el anuncio de la reacción de nuevos impuestos al sector. Si se acaba produciendo, ¿cómo afectará a los clientes?

Es un hecho objetivo que la banca paga ya muchos más impuestos que otros sectores económicos. El argumento en el que se basa la aplicación de esta carga, en el sentido de que vamos a obtener «beneficios extraordinarios» con la subida de tipos o que hemos recibido en el pasado ayudas que ahora deberíamos devolver, es una afirmación falaz que no se sostiene. El impuesto es arbitrario, injusto, discriminatorio y confiscatorio y supone crear incertidumbre e inseguridad jurídica para nuestro sector en un entorno complejo donde lo que se requiere es justo lo contrario. El propio BCE ha expresado su crítica a este nuevo impuesto que merma la competitividad de los bancos españoles frente al resto de las entidades en Europa. También reducirá su atractivo para los inversores, que pueden preferir huir de los valores de la banca en España para apostar por otros de Europa, que no sufrirán esta carga en sus cuentas.

¿Qué le parece la estrategia comercial de las sucursales cafeterías que están desarrollando las entidades bancarias?

No me gusta entrar a valorar iniciativas de competidores. Prefiero centrarme en las que desarrollamos en Bankinter, que está centrado en un modelo omnicanal de banca. ¿Qué significa? Que el banco atiende a los clientes por el canal que a estos les es más conveniente en cada momento, ya sea la app, la web, por Banca Telefónica o en la oficina con su gestor personal y, por cierto, sin cita previa. A pesar de ser un banco muy digital porque nuestros clientes lo son desde hace décadas -fuimos pioneros en banca electrónica-, creemos que cada cliente quiere ser atendido por un determinado canal en cada momento. El cliente acude a la oficina si tiene necesidad de consultar con su gestor o recibir asesoramiento personal en banca privada. Hemos optado por la funcionalidad y la accesibilidad de nuestras sucursales, que siguen siendo las mismas en número que hace una década. 

La oferta de fondos de inversión por parte de los bancos se ha convertido en un supermercado difícil de comprender. Las rentabilidades negativas de casi todas las familias de los fondos en 2022 han agravado su imagen. ¿Hasta qué punto la banca debe ordenar mejor su selección?

La rentabilidad de los fondos está ligada a la evolución de los activos en los que invierten. Es cierto que, en este ejercicio, marcado por la invasión de Ucrania que comenzó en febrero y que ninguno supimos prever, tanto los mercados de renta fija como de renta variable se han visto afectados. A esto se ha añadido el brusco ascenso de la inflación por los precios de la energía y la incertidumbre por el crecimiento económico. No se trata de ordenar mejor la selección sino de ofrecer una amplia gama al cliente para que pueda elegir dónde invertir y la opción de recibir asesoramiento por parte de la entidad. En Bankinter fuimos pioneros al integrar en nuestra oferta fondos de terceras gestoras reconocidas, con el fin de que los clientes tengan acceso a todas las posibilidades de inversión. Cuando la rentabilidad de los mercados no acompaña, lo mejor es aplicar políticas de preservación del capital salvo que el inversor quiera persistir en posiciones con mayor riesgo.

"Bankinter no está en el tema de las fusiones europeas y, mucho menos, en las de ámbito nacional"

Los movimientos y fichajes en la banca privada han abundado estos últimos años. ¿Reforzar esta banca más dirigida a clientes de nivel adquisitivo alto es el nuevo objetivo del sector?

La movilidad de los profesionales de banca privada es inherente a este negocio. Es un perfil muy demandado por su especialización y la existencia de una fuerte competencia entre las entidades. Somos uno de los principales actores en banca privada, y tanto el mercado como los clientes nos identifican como tal. Es una de nuestras principales líneas estratégicas. 

¿Qué venderán los bancos dentro de 10 años y a través de qué plataformas?

Es difícil aventurar un pronóstico acertado de cómo puede ser el futuro de los servicios bancarios. Si hay una seña de identidad que seguirá caracterizando a la banca es la necesidad de adaptarse con gran agilidad a los cambios, no ya del negocio bancario, sino de los hábitos de consumo y de pago de la sociedad. La realidad cambia a un ritmo de vértigo y creo que eso no se va a modificar en 2032; más bien se acelerará. Lo importante no serán las plataformas sino el valor que proporcionen los servicios bancarios a los ciudadanos. Las únicas entidades financieras que sobrevivan serán aquellas capaces de sobreponerse a cambios drásticos y adaptarse a ellos con celeridad. En Bankinter sabemos bastante de ello, no en vano hemos logrado superar una trayectoria de más de medio siglo ajenos a fusiones, manteniendo nuestra independencia. Tener accionistas estables ha sido fundamental.

 ¿Volverá a reanudarse el proceso de concentración en el sector? ¿Qué puede impulsarlo?

Queda por estrenar un ámbito no explorado, como son las fusiones europeas. Para que suceda no basta con tener un supervisor único, sino que deben emerger sinergias claras entre entidades de mercados de diferentes países que, al final, no son simétricos. Como ya comentaba, España es un ejemplo de feroz competencia en banca minorista, algo que en otros mercados no se da con esa intensidad. Prueba de ello es que la gran mayoría de bancos europeos y estadounidenses que han intentado competir con las entidades españolas, salvo dos o tres ejemplos, han tenido que abandonar y han cerrado sus negocios de banca para personas físicas, aunque mantengan algunos otros, como banca de inversión. En cualquier caso, Bankinter no está en el tema de las fusiones europeas, ni mucho menos de ámbito nacional.

¿Cuál es el papel que debe tener Bankinter en el nuevo marco financiero español? ¿Planea sacar a bolsa a la filial EVO?

El banco posee una característica que le confiere muchas fortalezas: su tamaño. Somos una entidad mediana que compite con las grandes en términos de igualdad, y que incluso las supera en diversos ámbitos. Dicho tamaño nos permite ser una entidad de reacción rápida ante los cambios del mercado y del negocio. Somos la demostración de que el tamaño no es importante. Lo relevante es la eficiencia, la solidez, el buen servicio al cliente y la rentabilidad para los accionistas. Por nuestro volumen, contamos con amplias posibilidades de crecimiento orgánico. En ocasiones muy puntuales, también adquiriendo negocios que hagan avanzar al banco, como han sido las escasas y siempre seleccionadas compras que hemos llevado a cabo, tales como la adquisición de EVO Banco y la filial irlandesa Avantcard, hoy Avant Money, en el año 2019, y el negocio de banca minorista de Barclays en Portugal, en 2016. Y no, no contemplamos la salida a Bolsa de EVO.

Defíname cuál debe ser el perfil del próximo empleado de banca, bancario.

Pues yo me siento muy orgullosa del perfil de los empleados que trabajan en Bankinter. Sin ellos, Bankinter no sería el banco que es hoy. Creo que la característica diferencial de nuestra plantilla es que son personas muy preparadas, comprometidas con el banco, con su propósito y con sus objetivos y que saben trabajar muy bien en equipo. Sobre características más específicas de cómo debe ser el perfil, entiendo que debe tener vocación de servicio, lo que en la red comercial significa generar cercanía con el cliente, ser versátil, con agilidad para aprender y alta capacidad de adaptación a los cambios. Y por supuesto, como en cualquier otra industria, contar con una actitud positiva siempre es valioso.

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¿Cuál es su deseo confesable para 2023 para Bankinter?

Como he comentado anteriormente, mi deseo es volver en el año 2023 al beneficio que tenía el banco antes de la pandemia y llegar a los 550 millones de euros. No es tan solo un deseo, es un esfuerzo en el que todos estamos implicados en el banco y que, estoy convencida, vamos a lograr. Aunque ahora se vea mal hablar de beneficios en la banca, hay que decir que una banca sana y rentable es fundamental para el desarrollo económico de un país.

"España no va a entrar en una recesión"

María Dolores Dancausa (Burgos, 1959) accedió a su actual cargo en medio de lo que define como un "tsunami" financiero y económico. Era octubre de 2010. Había pasado algo más de dos años desde la quiebra de Lehman Brothers y el horizonte estaba repleto de nubarrones negros. ¿Qué diferencias hay entre esta crisis y aquella? "Son periodos que no tienen nada que ver. Aquella fue muy larga y profunda. Desaparecieron muchos bancos. Tuvo un origen muy claro en la explosión de la burbuja inmobiliaria. Esta crisis es consecuencia de una pandemia agravada por las consecuencias de la invasión de Ucrania, la crisis energética y el repunte de la inflación. Pero, hoy estamos mejor. Comparado con 2008 y la gestión de riesgos, la banca ha corregido la mayor parte de las deficiencias y de los errores cometidos. La banca española está mucho más sólida y robusta que en el pasado". Dancausa respira optimismo siendo consciente de que hay un factor político y geoestratégico difícil de valorar: la evolución de la guerra. "No veo a España entrar en recesión. Habrá ralentización económica, pero pasaremos este momento mejor de lo que pensamos". Menciona que la morosidad no sube y que las empresas siguen pidiendo y recibiendo financiación. "Hay liquidez en el mercado". ¿Y cuál es su gran preocupación? Sin dudar, responde: "Como ciudadana, me preocupa el marco institucional de España. Hay un claro deterioro. Y un país se mide por la calidad de las instituciones".

"No soy partidaria de las cuotas a las mujeres"

María Dolores Dancausa es un caso único en las exclusivas cúpulas de las 35 empresas que integran el Ibex. Solo otras tres mujeres: Ana Botín (Santander), Marta Ortega (Inditex) y Beatriz Corredor (Red Eléctrica), ocupan la posición de presidenta o consejera delegada de una de estas empresas. Pero así como a Botín y a Ortega les pesó el apellido en su nombramiento y a Corredor su posicionamiento político como ex ministra de Vivienda en el Gobierno Zapatero, Dancausa alcanzó su posición en octubre de 2010 tras su éxito como consejera delegada de Línea Directa Aseguradora, filial de Bankinter. En medio del debate y la recomendación de la CNMV para que un 40% de los consejos de Administración de empresas cotizadas sean ocupados por mujeres y aumente el peso en la alta dirección, Dancausa es muy clara: «No soy partidaria de las cuotas que obliguen a la presencia de la mujer. Nos valemos por nosotras mismas para alcanzar estos puestos. Y si aún no se han alcanzado algunos objetivos se debe al decalaje que hay debido a la incorporación más tardía de la mujer al ámbito laboral. Es cuestión de tiempo". Destaca que en el equipo de dirección de Bankinter el 50% ya son mujeres. "Defiendo, como feminista, a la mujer como la que más. No queremos diferencias. No me gustaría pensar que he llegado a esta posición debido a unas cuotas". El último informe de la CNMV indica que un 34,2% de los consejos de las empresas del Ibex 35 ya están ocupados por mujeres.