Hacienda recaudará 1.500 millones, la mitad de lo estimado, con el impuesto a las grandes fortunas

El Gobierno espera aprobarlo este jueves en el Congreso, junto al gravamen a eléctricas y banca - Montero defenderá en el Congreso también el tributo a las energéticas y a los bancos para ingresar 7.000 millones

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero.

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero.

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El Ministerio de Hacienda recaudará unos 1.500 millones de euros en concepto del nuevo Impuesto Temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas entre 2023 y 2024, la mitad de lo inicialmente previsto en octubre y que fue matizado por la AiREF (Autoridad de Responsabilidad Fiscal) días después. Es el resultado de una de las enmiendas introducidas el jueves pasado por los Grupos Parlamentarios del PSOE y Unidas Podemos, en la que se incluye una reducción de hasta un 80% de la cuantía a pagar por el nuevo impuesto si la suma de lo que se debe pagar por grandes fortunas, patrimonio y renta (llamada cuota íntegra) supera el 60% de la suma de todas las rentas por las que paga IRPF cada año (base imponible).

El Congreso aprueba este jueves el Impuesto Temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas. El objetivo de este nuevo tributo del Gobierno es gravar a aquellos patrimonios superiores a tres millones de euros que están eximidos del pago del Impuesto de Patrimonio por la supresión del mismo por parte los algunas autonomías, como es el caso de Andalucía o la Comunidad de Madrid.

En esta misma sesión también se debatirán los nuevos impuestos a banca y energía. El objetivo inicial de recaudación serán 4.000 millones con el nuevo gravamen a las energéticas, aunque algunas fuentes reducen a la mitad lo que acabaría ingresando el Ejecutivo. En el caso de la banca, las entidades afrontan el pago de 3.000 millones de euros en impuestos adicionales.

Respecto al impuesto a las grandes fortunas, este gravamen será del 1,7% para los patrimonios de entre 3 y 5,3 millones de euros; del 2,1% para los patrimonios entre 5,3 y 10,6 millones, y del 3,5% para aquellos patrimonios superiores a 10,6 millones de euros.

Los grupos políticos que forman el Gobierno de coalición han caído en la cuenta de que la mayoría de los contribuyentes afectados por el nuevo impuesto podría enfrentarse a una carga fiscal inasumible con respecto a sus rentas anuales (tanto del trabajo como del ahorro) a tenor de lo que las estadísticas más recientes apuntan. A partir de los datos publicados por la Agencia Tributaria correspondientes al Impuesto sobre el Patrimonio (el último dato corresponde a 2020) se ve cómo el grueso de la recaudación se obtiene en el tramo que va desde 1.500.000€ a 6.010.000€, concretamente el 51,3% del total. Dentro de este tramo, a partir de los 3.000.000€ se situarían los contribuyentes del nuevo impuesto gemelo a este ya existente. En el caso de patrimonios de los siguientes tramos (por encima de los 6.000.000€) la recaudación disminuye de una forma considerable (33% de los ingresos totales).

Tomando las cifras medias del tramo sobre el que más incide Patrimonio, el límite del 60% se establece en 107.232€, es decir, es la cuantía máxima que el contribuyente debería pagar. Sin embargo, la suma de las cuotas de IRPF, Patrimonio y Grandes Fortunas (tomando la cifra que aparece en la Proposición de Ley) arroja como resultado 127.539 euros, con lo cual, excede del límite del 60% que en su momento se estableció como una de las medidas fundamentales para no convertir Patrimonio en un impuesto confiscatorio. Este techo es también conocido como ‘escudo fiscal’.

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Este exceso que supondría pagar dos veces por el mismo concepto (la Proposición de Ley deja muy claro que los dos impuestos sobre la riqueza son el mismo) es el que corrige la redacción del nuevo artículo 3 de la Proposición de Ley por la que se crean los gravámenes extraordinarios sobre empresas energéticas, entidades de crédito y grandes fortunas. Concretamente, sería necesario reducir un 50% la cuota a pagar del impuesto de Grandes Fortunas para que la suma de las tres cuotas (Grandes Fortunas, Patrimonio e IRPF) se coloque en el 60% de la base del IRPF.

Dados los datos de declarantes de Patrimonio, su simetría prácticamente total con el nuevo impuesto e incluso teniendo en cuenta hipótesis conservadoras sobre los datos (probablemente haya diferencias negativas entre la estadística última de 2020 y los datos reales de 2023), cabe esperar una reducción muy sustancial de la recaudación prevista para 2023 y 2024: de los 3.000 millones proyectados por el Ministerio de Hacienda a 1.500 millones. Contribuirá positivamente al cálculo del impuesto la probable recuperación de los valores bursátiles y las revalorizaciones catastrales que se esperan para el año que viene. Pero a pesar de esto, los contribuyentes pueden contar con ciertos márgenes para configurar de una manera distinta su patrimonio y, con ello, evitar si quiera en parte, el pago del nuevo impuesto y, de paso, el de Patrimonio en aquellas autonomías donde sigue existiendo.