Medio ambiente

Pozos y sequía: una relación complicada

Un experto de la UCO señala que el problema es solo la falta de lluvia y Ecologistas cree que existe una «sobreexplotación»

Pozo en una de las parcelaciones de Córdoba. 

Pozo en una de las parcelaciones de Córdoba.  / MANUEL MURILLO

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Noelia Santos

Existe relación entre los pozos y la sequía? Es decir, ¿contribuyen los pozos a que haya más sequía? La respuesta no está clara o, al menos, no hay una fuente oficial que la aclare. Juan Vicente Giráldez forma parte del área de Ingeniería Hidráulica del departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (UCO) y cuando se le hace la pregunta que comienza esta información habla alto y claro: «Si hay sequía es porque no llueve» y añade que «el que haya más o menos pozos no es ningún problema».

Giráldez centra su discurso en una falta de previsión de todas las administraciones (sean del color que sean) a la hora de intentar atajar, o al menos relajar, un problema que es conocido: la sequía. «He pasado por el centro y he visto que ya están poniendo las luces de Navidad», ironiza el profesor de la UCO, sin embargo, apostilla, «hemos visto que la sequía era un problema que iba a llegar y eso no lo hemos sabido prever». Giráldez critica, en la misma línea, que convocar la Mesa de la Sequía en el mes de agosto es «como empezar a preparar los dulces de Navidad el 24 de diciembre».

El experto cree que hay cosas que se podrían haber evitado, al menos llegar a los niveles actuales. Entiende que la responsabilidad individual debe existir, desde el uso que se hace del agua a nivel urbano (cada uno en su casa), hasta el agrícola o el industrial. Pero insiste en que el control debe venir desde arriba, desde la administración, porque hay que tener en cuenta, reconoce, que «no tenemos medios de mitigar la sequía, pero sí podemos hacer algo por prevenir la siguiente».

Desde Ecologistas en Acción, sin embargo, tienen una opinión bastante diferente sobre la relación sequía-uso de pozos. Juan Escribano, coordinador de Ecologistas en Acción en Córdoba, reconoce que ver la incidencia que tienen los pozos en la sequía a través de observar cómo afectan a los acuíferos de los que toman agua «es muy difícil de comprobar». Ahora mismo, incide, «es prácticamente imposible saber hasta qué punto un pozo afecta a un acuífero» y cree que es un trabajo que debería realizar el departamento de minas de la Junta de Andalucía.

Sin embargo, Ecologistas en Acción sí trabaja con la hipótesis, explica Escribano, de que los pozos inciden en el agotamiento de los acuíferos y pone un ejemplo muy claro, el del arroyo Bejarano. A finales del 2021, y por primera vez en años, el Bejarano, declarado Reserva Fluvial, se secó por completo. Según Escribano, esto se debió a una «sobreexplotación» de las parcelas de la parte alta del entorno, sin olvidar que la sequía también tuvo mucho que ver.

La sequía abre el debate de si los pozos influyen o no en que se agoten los recursos fluviales. 

/ CASAVI

La captación ilegal de agua del Bejarano es un hecho y no se puede negar. Es más, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha multado en varias ocasiones por coger agua del Bejarano a través de pozos ilegales y también ha anunciado controles mucho más duros en los pozos de la zona.

Pozos y parcelas

Para Juan Escribano, «no es lógico que en Córdoba, una ciudad tan afectada por la sequía, en la Sierra existan pozos en prácticamente cada una de las parcelas», sean legales o no.

El coordinador de Ecologistas en Acción recuerda que «el agua es de dominio público» y que no puede ejercerse un control privado sobre un recurso que pertenece a todo el mundo porque eso supone «que nos están robando el agua». Habla, sobre todo, de los pozos ilegales, que no puede negarse que existen en Córdoba y que más allá de un posiblemente agotamiento de los recursos fluviales también generan «problemas de salud pública», advierte Escribano. Ocurre, asegura, en muchas parcelas del entorno del aeropuerto, donde «la falta de control sobre pozos y también sobre las aguas residuales puede llegar a generar brotes de ciertas enfermedades».

Escribano también hace referencia al control administrativo que hay sobre el agua y afirma que «se juntan muchas administraciones» porque no solo entra en juego la CHG, sino que también tienen papeles importantes tanto la Junta de Andalucía como los diferentes municipios.

Juan Escribano considera que la solución más básica pasa por «replantearnos nuestra relación con el agua» y asumir la existencia de un problema muy grave como es la sequía. También entiende que hay que ser «rigurosos» a la hora de otorgar licencias para captación de aguas subterráneas, pero también a la hora de ejercer un control sobre las mismas.

Sin agua en los pozos

Si hay muchos pozos o no, si estos agravan el problema de la sequía o si tienen permisos o son ilegales es algo de lo que se puede escribir largo y tendido, pero también hay algo claro: los pozos se están secando. Lo asegura el Consejo del Movimiento Ciudadano (CMC), cuyo presidente, Juan Andrés de Gracia, ya lo advertía este verano y extiende el problema hasta el presente en relación a los pozos de las parcelas, que en muchos casos son las únicas tomas de agua que tienen estos vecinos de la ciudad. «La situación no ha mejorado, o se han secado o están bajo mínimos», dice De Gracia, que, además, asegura que el problema se extiende a todas las zonas de parcelaciones. «Ocurre incluso en las parcelas de Alcolea, que están pegadas al río, los pozos no tienen agua», apunta.

El presidente del Consejo del Movimiento Ciudadano ya avisó este verano de que habría que plantear la posibilidad de disponer cisternas para suministrar agua a los vecinos, entendiendo que la solución definitiva tiene que pasar por ofrecer servicios básicos a aquellas parcelaciones que no los tienen.

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También está claro que la sequía es uno de los grandes problemas que tiene la provincia de Córdoba en la actualidad. En lo que se refiere al consumo humano, en la zona sur de la provincia, si sigue sin llover, habrá agua como mucho para un año, según los datos que maneja Emproacsa. En el norte, el trasvase de La Colada a Sierra Boyera resolvería la situación. En la capital hay más margen y Emacsa tiene recursos para dos años y medio, aproximadamente.

Este periódico ha intentado, sin éxito, conocer la opinión de la CHG sobre la relación entre sequía y pozos y los datos que baraja en relación a los mismos, ya sean legales como ilegales.

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