Tribuna

Un nuevo camino para universalizar la innovación terapéutica

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Imagen de una farmacéutica.

Imagen de una farmacéutica.

Estamos viviendo una edad de oro de la innovación en medicina, tanto para las enfermedades raras como para las más prevalentes que suponen un reto para el Sistema Nacional de Salud. Las nuevas tecnologías que desarrollan las empresas del sector biotecnológico ofrecen esperanza para enfermedades que hasta hace muy poco no tenían tratamiento.

Docenas de nuevas terapias obtienen la aprobación cada año gracias a una fuerte inversión en investigación. Este significativo avance se ve obstaculizado para el acceso de los pacientes debido a que las autoridades sanitarias y la industria farmacéutica no siempre caminan al mismo ritmo a pesar de que compartan un mismo objetivo final: mejorar la vida de los pacientes tratando o previniendo enfermedades, de una manera sostenible que beneficie al mayor número de pacientes posibles.

Sin embargo, dado que llegamos a este objetivo desde lugares diferentes, es inevitable que nuestros enfoques difieran y, a menudo, el acceso de los pacientes a los últimos tratamientos se ve limitado o retrasado. Es evidente que estas terapias de vanguardia tienen un impacto presupuestario significativo y eso hace que las autoridades sanitarias se preocupen tanto por la sostenibilidad del sistema, lo que a su vez hace que conseguir la financiación pública sea una batalla ardua. No es un debate nuevo, pero es un hecho que ha cobrado importancia con la llegada de terapias innovadoras.

La consecuencia es que se ha dado el caso de medicamentos innovadores y que no han llegado a los pacientes en algunas partes de Europa, lo que ha provocado el fracaso comercial de algunas empresas de biotecnología, y la pérdida de prometedores proyectos de terapias en el proceso. En otros casos, estos vientos en contra hacen que muchas empresas se centren en otros mercados, lo que significa que los pacientes de España no se benefician de los tratamientos que sí reciben sus homólogos de otras partes del mundo.

La innovación farmacológica de hoy nos ayuda a repensar cómo puede ser la asistencia sanitaria de mañana. Esta nueva realidad en la que vivimos ha sido posible gracias a empresas como Alnylam Pharmaceuticals, que ha sido pionera en una clase totalmente nueva de medicamentos llamados terapias de ARNi, que desactivan o "silencian" la expresión de proteínas que causan enfermedades. Reconociendo tanto la necesidad de replantear la metodología de negociación para todas las partes, como el beneficio potencial de los pacientes en Europa a través de la búsqueda de un punto de encuentro, Alnylam Pharmaceuticals trabajó con los principales economistas europeos y otros expertos en salud para desarrollar lo que llamamos el Marco de Negociación Basado en el Valor (VBNF, por sus siglas en inglés).

El VBNF es tanto una metodología como una herramienta que facilita alcanzar acuerdos MEA (un mecanismo que permite el acceso a tratamientos que no serían reembolsados por los métodos convencionales de las autoridades sanitarias, pero que actualmente carecen de procesos estructurados de evaluación y negociación).

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El objetivo de esta nueva metodología de negociación no es sólo facilitar el acceso a los productos de Alnylam, sino que queremos ayudar a cambiar la mentalidad con la que se evalúan los tratamientos innovadores y resolver los problemas que afectan al acceso de los pacientes en general. El VBNF es un primer paso hacia un proceso transparente, científico y colaborativo para facilitar negociaciones constructivas y oportunas entre las autoridades sanitarias nacionales y las empresas innovadoras.

Hemos visto recientemente que es posible que la colaboración público-privada facilite el acceso a terapias muy necesarias: la pandemia de la COVID19 obligó a una colaboración rápida y creativa entre reguladores, empresas innovadoras, investigadores y autoridades sanitarias para desarrollar vacunas y garantizar un acceso amplio y sostenible a las mismas. Necesitamos más colaboraciones público-privadas de esta naturaleza, y el VBFN es un paso de gigante en esa dirección.