OPINIÓN

Solución para Nissan, ¡al fin!

El interés de la australiana Goodman demuestra que BCN está lejos de la irrelevancia

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La Barcelona del lamento, del nunca volverá a ser lo que fueperdió ayer uno de los argumentos a los que más recurre a la hora de emitir el certificado de defunción de la ciudad y que no es otro que la falta de atractivo para la inversión extranjera. Qué equivocada debe estar, entonces, la empresa logística australiana Goodman, que aliada con QEV Technologies y BTech en el grupo D-Hub, ha presentado una oferta para quedarse con los antiguos terrenos de Nissan en la Zona Franca para su reindustrialización.

Ha sido la única propuesta en firme, sí, porque otros interesados, como el Port de Barcelona, Mecalux y Merlin, no concurrieron de forma vinculante. También es cierto que el cierre del plazo para presentar ofertas ha llegado después de tres prórrogas en una licitación compleja que todavía no ha acabado. El Consorci de la Zona Franca, propietario de los terrenos, tomará la decisión final el día 17.

Pero todo ello no es óbice para reconocer que el interés de D-Hub es una buena noticia que ha evitado que la licitación quedara desierta y que ha acelerado una reindustrialización clave para la economía de Barcelona y de Catalunya. También, para el millar de empleados de la antigua Nissan que ahora mayoritariamente cobran el subsidio de desempleo pero que desean reincorporarse al mercado laboral. Y lo ha hecho apostando por destinar buena parte de los terrenos a ensamblar vehículos eléctricos, furgonetas, en un proyecto que está en línea con la transición ecológica que promueve Europa y que recibirá fondos del PERTE. El resto del espacio será para uso logístico.

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Ahora, cabe esperar que el proceso de adjudicación sea transparente, que se aclare cómo se va a financiar la inversión y que se desglose el uso de los fondos europeos. También es conveniente clarificar el papel que tendrá en la iniciativa el empresario Enrique Bañuelos, el tiburón del ladrillo, sin olvidar que está por ver si de verdad se ocupará todo el espacio. En caso de no ser así, sería aconsejable negociar con las empresas interesadas que finalmente no presentaron ofertas para sumarlas al proyecto.

En todo caso, hay que celebrar que la solución a la antigua Nissan llega, al fin, y que la inversión extranjera sí está interesada en instalarse en una Barcelona que está muy lejos de la irrelevancia.