PRECIO DEL DINERO

La banca, en guardia para competir por los depósitos tras el fuerte aumento de tipos al 2%

La subida de 0,75 puntos en el precio del dinero por parte del BCE, hasta el 2%, provoca que vuelvan a sonar tambores de guerra comercial en el sector financiero

Depósitos

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La ruta alcista de los tipos de interés ha puesto otra vez sobre la mesa estrategias comerciales casi olvidadas por los bancos en los últimos años. El Banco Central Europeo (BCE) ha aplicado, en línea con lo esperado, un fuerte aumento de 0,75 puntos en el precio del dinero, hasta el 2%. El incremento, igual de histórico que el que se aplicó en septiembre para paliar la inflación, arroja algunos interrogantes: ¿Sitúa este nuevo entorno al sistema financiero español a las puertas de una guerra por el billón largo de euros que se acumula en depósitos en la banca? ¿Se incrementará, al menos, la remuneración de los ahorros, que ahora no llega ni al 1%? Los expertos vaticinan que las subidas de tipos continuarán.

Mientras, oficialmente, nadie se moja: nadie lo ve a muy corto plazo... pero en realidad todos esperan a ver quién disparará primero. "Es lo que dice la lógica", señalan fuentes del sector que también apuntan que este proceso se acabará activando: "En cuanto uno abra fuego, todos irán detrás. No se pueden quedar colgados. Desde luego, esto se va a animar". Actualmente, Caixabank, con el 30%; Banco Santander, con más del 20%; y BBVA, con casi el 15%, aglutinan casi dos tercios del mercado de los depósitos.

Santiago Carbó, director de estudios financieros de Funcas, apunta que sería extraño que, con esta subida de tipos, los grandes bancos no hiciesen ningún movimiento. Este experto también tiene claro que en el momento en el que uno ofrezca algo, el resto lo seguirá, porque hasta ahora nadie se había movido. Otras fuentes vaticinan que habrá ofertas agresivas pero más de carácter puntual y en entidades bancarias que no cuenten con altas estructuras de costes: "Los bancos más tradicionales ya tienen una rentabilidad más ajustada".

En España ya se vivió una situación de enorme competencia entre bancos en 1989, cuando el Banco Santander, por entonces presidido por Emilio Botín, rompió el statu quo financiero español. La entidad lanzó la Supercuenta Santander, la primera cuenta corriente de alta remuneración. El Santander rompió entonces el mercado bancario con un producto que pagaba un interés del 11%, mientras sus competidores ofrecían una media del 5%. Su base de clientes se disparó, así como su volumen de depósitos. La respuesta del resto de entidades no fue demasiado rápida y, en apenas unos meses, el banco de Botín pasó de una cuota de mercado en depósitos del 8,5%, al 14%.

De forma un poco similar ING ganó cuota de mercado al poco tiempo de aterrizar en España en 1999: su principal reclamo consistió en una buena oferta para remunerar depósitos que pudo mantenerse hasta que los tipos de interés comenzaron a bajar durante la crisis financiera de 2008.

Esta realidad de caminar hacia una posible guerra del pasivo se matiza en función del tamaño de la entidad. Desde uno de los principales bancos españoles señalan que, incluso aunque los tipos de interés se pongan al 2%, las entidades no querrán ni podrán remunerar ni al 1% este tipo de productos. "Los grandes bancos ni quieren ni van a incentivar esta guerra. En otras épocas había pelea por los depósitos porque faltaba liquidez", asegura esta fuente, que resalta que ahora es precisamente liquidez lo que le sobra a las mayores entidades. Además, también argumenta que los grandes bancos cuentan con mejores opciones que ofrecer a sus clientes. Lo que sí que podrán hacer es "trajes a medida" a sus clientes más importantes: ofertas de remuneración para retener los grandes capitales, probablemente a cambio de mayor compromiso de permanencia.

Manuel Romera, Director del Sector Financiero de IE Business School, sostiene que los grandes bancos españoles terminarán entrando seguro en esta competición una vez se inicie y que lo harán de forma disruptiva y buscando impacto en el consumidor. Este experto, sin embargo, destaca los movimientos de entidades como EBN Banco y Wizink.

Ciertamente, si se observa el mercado, se puede ver que en la actualidad no se han producido movimientos destacables en relación con la remuneración de los depósitos, salvo excepciones en algunos actores que se corresponden con neobancos, bancos digitales y bancos extranjeros con poca representatividad en la cuota de mercado y que están necesitados de ampliar su cartera de clientes y de ganar notoriedad.

Sobra liquidez

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En paralelo, fuentes de Myinvestor apuntan también: “En un momento en el que los bancos van sobrados de liquidez, no creemos que vaya a haber una batalla por la deuda motivada por necesidades de pasivo minorista”. Por su parte, otras fuentes del sector señalan, además de la buena capacidad de solvencia, otro factor añadido impide también que todavía no esté a la vista una guerra por los depósitos entre entidades bancarias: "Los bancos tardarán un año en actualizar los tipos de su cartera crediticia a tipo variable, momento en el que tendrá más sentido casar los ingresos financieros con los costes por remuneración del ahorro".

Además, en una coyuntura económica difícil, como la actual, con la crisis energética y con una más que probable recesión a la vuelta de la esquina en 2023, cada vez son más las voces que advierten del aumento del riesgo de morosidad, sobre lo que las fuentes de Myinvestor recalcan: "Por la parte de la financiación a tipo variable, es previsible que la morosidad vaya al alza. En este entorno, [los grandes bancos] no tienen mucho margen para remunerar depósitos si quieren salir del bache”.

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