Inversión

¿Pensando en invertir? Conoce las ventajas de la gestión discrecional de carteras

Más de un millón de ahorradores delegan en las entidades financieras su dinero para conseguir la mejor rentabilidad sin preocupaciones

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Mayte tiene 35 años y es una buena ahorradora. Tras años dándole vueltas a la idea, por fin ha tomado la decisión de destinar parte del ahorro a la inversión, pero ¿por dónde empezar? El universo de carteras y posibilidades para invertir hoy en día es muy elevado. Ha oido muchas veces eso de “no poner todos los huevos en la misma cesta”, es decir, diversificar para repartir los riesgos. Pero lo cierto es que no tiene experiencia, sus conocimientos sobre inversión son básicos y su ritmo de vida no le deja tiempo para confeccionar y estar pendiente de una cartera propia. Le gustaría contar con la ayuda de profesionales con un conocimiento exhaustivo de los mercados financieros, los productos que se pueden contratar y las opciones existentes. Por suerte, su entidad bancaria le ha ofrecido la solución que responde a sus necesidades: la gestión discrecional de carteras. 

¿En qué consiste la gestión discrecional de carteras?

Mayte representa a muchos inversores en nuestro país y explica el auge de esta fórmula, que hoy tienen contratada más de un millón de personas en España.? En líneas generales, “se trata de una forma de gestión de inversiones en la cual las decisiones de comprar y vender activos las toma un profesional experto en nombre del cliente, para que este consiga la mayor rentabilidad posible por su dinero”, explican desde ABANCA.

Para que una gestión discrecional funcione es necesario crear un clima de “confianza total entre inversor y asesor” y, por supuesto, “tener claro el perfil de este inversor para que las estrategias de inversión se adecúen a sus necesidades”, añaden. En otras palabras, conocer su aversión al riesgo, sus objetivos, situación financiera y horizonte temporal de la inversión. Con esos datos, “se le incluye en una cartera u otra y se toman las decisiones de inversión”, apuntan desde la entidad.

La entidad, referente en este modo de inversión, lanzó su servicio GDC en 2016, inicialmente solo para los clientes de ABANCA Privada. Posteriormente, en 2018, se extendió al segmento de clientes de ABANCA Personal, reduciendo el patrimonio mínimo de entrada hasta los 50.000 €. Y en 2021 dio un paso más con la creación de CARTERA ABANCA 360, situando la inversión mínima de entrada en los 3.000 euros y democratizando el asesoramiento y la gestión más profesional, años atrás exclusiva para altos patrimonios. 

Ventajas de las carteras gestionadas 

Este vehículo de inversión es, por tanto, la puerta de acceso a herramientas y activos que de otra forma serían inaccesibles para el inversor particular. En ABANCA, la arquitectura abierta de estas carteras gestionadas permite al cliente diversificar, por ejemplo, invirtiendo “en una selección de los mejores fondos de inversión internacionales de gestión activa, así como en fondos indexados y de gestión activa marca ABANCA, los cuales tienen menores comisiones”, detallan desde la entidad. 

Además, este banco se ajusta a la normativa MIFID II e incluye la sostenibilidad como uno de los criterios fundamentales de su gestión. 

A cierre del segundo trimestre de 2022, el servicio de GDC de ABANCA suma un volumen gestionado de 1.300 millones de euros y 12.600 clientes

Y todo ello de manera sencilla y sin preocupaciones. La contratación es muy simple y “en ABANCA puede realizarse a distancia y digitalmente gracias al servicio Firma ABANCA”. Una vez formalizado el contrato, el inversor delega toda la operativa en los profesionales y, por tanto, no siente la presión de tener que administrar su patrimonio. No necesita estar alerta respecto a los mercados, las nuevas oportunidades o cambios de tendencia, pues son expertos en finanzas quienes lo harán definiendo las mejores estrategias para optimizar la rentabilidad. Además, al no necesitar la autorización previa del cliente antes de efectuar cualquier movimiento se logra mayor agilidad y flexibilidad.

La transparencia es otro de los factores cruciales, ya que, como subrayan desde ABANCA, “el cliente conoce de manera periódica la estrategia que sigue su inversión, la rentabilidad obtenida y el coste de la gestión, que en todo caso será explícito”. 

Tipos de carteras de inversión

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Pero no todas las carteras valen para todos los clientes, sino que el servicio se ajusta al perfil de riesgo del inversor. Siguiendo este criterio, “en ABANCA existen hasta cuatro perfiles de carteras: Conservador, Moderado, Decidido y Arriesgado, que se diferencian entre sí por el porcentaje de pérdida máxima esperada y la exposición a la renta variable, así como por el horizonte temporal estimado para obtener la rentabilidad objetivo. En las carteras Conservador y Moderado, este horizonte temporal se establece en tres años, mientras que en el Decidido y Arriesgado sube hasta cinco. Cada cartera estará formada por entre cinco y diez fondos, que se rebalancean periódicamente para ajustar el posicionamiento”, explican. 

Desde la entidad especifican también que su servicio GDC se basa en Alpha360, “un modelo que combina algoritmos e inteligencia artificial con la aportación de las personas, y en el que el análisis y la toma de decisiones son independientes”. Pero además de las Carteras Alpha y Cartera ABANCA 360, ABANCA ofrece a sus clientes otras opciones de inversión bajo el paraguas de la Gestión Discrecional de Carteras: GDC Multiactivos, dirigido a los clientes de ABANCA Privada (que además de fondos de inversión incorpora acciones, ETFS, bonos de deuda y renta fija) y ABANCA Unit Linked Alpha GDC, que es un seguro de vida ahorro.