ECONOMÍA

¿Evitará EEUU una nueva recesión? Las probabilidades están al 50%

Edificio de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), en una imagen de archivo.

Edificio de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), en una imagen de archivo.

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Las agresivas subidas de tipos de la Reserva Federal estadounidense en su batalla contra la inflación han acrecentado los temores de que la mayor economía del mundo entre de nuevo en una recesión el próximo año.

Sus funcionarios, con Jerome Powell a la cabeza, han reconocido que las subidas de tipos causarán un cierto daño a la economía, pero esperan que no el suficiente para una nueva entrada en recesión.

Los expertos, no obstante, no lo tienen tan claro. Según explica Paolo Zanghieri, economista senior de Generali Investments, los tipos seguirán subiendo y se mantendrán por encima del nivel neutral “durante mucho tiempo”, independientemente del golpe al crecimiento que esto pueda suponer a la economía.

El economista señala que “tras las pésimas cifras del primer semestre”, el producto interior bruto (PIB) se recuperará en el tercer trimestre gracias al aumento del consumo. “Los primeros indicios para el tercer trimestre apuntan a un repunte sustancial de la actividad impulsado por el consumo”, destaca. No obstante, el “lastre” de la política monetaria “persistirá y se intensificará” en el cuarto trimestre, lo que provocará una nueva desaceleración de la demanda.


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Generali espera que el PIB crezca solo un 1,7% este año. Para el próximo ejercicio, la restricción monetaria y la ausencia de nuevas ayudas fiscales limitarán el crecimiento a solo el 0,7%, mientras que “esperamos que en 2024 se mantenga por debajo de la tasa potencial del 1,8%. La subida de los tipos de interés y las perspectivas de un mayor endurecimiento aumentan el temor a una recesión”.

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“Creemos que hay una probabilidad ligeramente superior al 50% de que [la recesión] se produzca en el primer semestre de 2023, pero la ausencia de desequilibrios en la economía debería garantizar que no dure mucho tiempo”, cree Zanghieri.

A más corto plazo, “la economía se verá respaldada por un fuerte consumo: el crecimiento del empleo se ha moderado a un ritmo todavía sostenido y la caída de los precios del petróleo está impulsando la confianza. La lenta eliminación de los cuellos de botella de la oferta contribuirá a reducir la inflación, que, sin embargo, terminará el año en torno al 4,5%, ya que los precios de la vivienda seguirán subiendo rápidamente”.