ENTREVISTA

Kadri Simson, comisaria europea de Energía: "La descarbonización de Arcelor en Asturias puede ser un buen escaparate para Europa"

"La reducción del consumo de energía un 5% es alcanzable sin un impacto negativo para la industria porque los estados miembros van a tener margen de maniobra"

Kadri Simson.

Kadri Simson. / Alex Halada (CE)

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Pablo Castaño

La historiadora y politóloga Kadri Simson, nacida en la ciudad estonia de Tartu (1977), está a los mandos de la política energética europea en un momento en el que el temor a un corte del gas ruso condiciona todas acciones de la UE y tiene en vilo a los 27. En julio, Simson iba a asistir en Oviedo al foro de las regiones europeas del carbón en transición, pero un cambio de agenda en la Eurocámara le impidió viajar a Asturias, donde tenía también concertada una entrevista con LA NUEVA ESPAÑA, diario que pertenece al grupo Prensa Ibérica al igual que este medio. La Comisaria de Energía intervino en el congreso por videoconferencia y se comprometió a atender más adelante a este diario para hablar de las regiones carboneras en transición y de los temas de actualidad de su cartera. Pese al agitado verano, cumple el compromiso.

-¿Serán las regiones carboneras las grandes perdedoras de la transición energética?

La transformación que buscamos será más difícil para algunas regiones que para otras. Eso es comprensible y nadie afirma lo contrario. En toda Europa tenemos diferentes puntos de partida para este cambio. Ya sea en Asturias, en Silesia, en las Midlands irlandesas o en mi región natal de Ida-Virumaa en Estonia. Esta es la razón por la que es tan importante garantizar una transición socialmente justa. Es una prioridad para esta Comisión desde que comenzamos a trabajar hace tres años. El objetivo de nuestro Mecanismo de Transición Justa es que nadie se quede atrás.

-¿Y cómo se logrará?

No partimos de cero. Muchas regiones del carbón pueden confiar en una sólida columna vertebral empresarial y de fabricación y están bien equipadas en infraestructuras relacionadas con la energía. Las tecnologías inteligentes y de eficiencia energética que se desarrollen aquí pueden tener potencial de exportación tanto en la UE como fuera de ella. Deberíamos trabajar juntos para estimularlo.

-¿Ve potencial?

Según nuestras estimaciones, para 2030 el potencial de empleos en energía limpia en las regiones carboníferas de la UE alcanzará los casi 200.000 empleos que están hoy relacionados con el carbón. Para 2050, la creación de empleo puede más que duplicar esa cifra. Ese es nuestro objetivo, y Asturias forma parte de él. Con esto podemos asegurar que ninguna región se quede atrás.

-¿Qué hará la UE para ayudar a estas regiones?

La cooperación entre los estados miembros y las regiones se encuentra en el centro de una transición energética inclusiva y sostenible. La Comisión Europea está facilitando el diálogo y con el Mecanismo de Transición Justa el Pacto Verde alcanzará una nueva dimensión. Con sus tres pilares movilizará hasta 60.000 millones de euros para apoyar el proceso de transición de las regiones intensas en uso de carbón en toda la UE. En general, estamos bien equipados para embarcarnos en este desafiante viaje. Sabemos que algunas regiones tendrán más desafíos que otras. Estamos aquí para ayudar con el intercambio de conocimientos, asistencia técnica y dinero.

-¿Tendrán los Fondos de Transición Justa la capacidad de transformar regiones como Asturias?

Los esfuerzos a nivel europeo por sí solos no harán que la transición sea un éxito. Necesitamos a todos a bordo para definir estrategias regionales y locales, y para diseñar proyectos que tengan el potencial de generar un cambio positivo y duradero en las regiones. Esto, por supuesto, también incluye fondos a nivel local, regional y nacional, así como del sector privado. El Fondo de Transición Justa no es para financiar la transición completa, sino para ayudar a mitigar los impactos socioeconómicos y ambientales que se esperan. El Fondo puede, por ejemplo, ayudar a abordar los desafíos de la transición porque se necesitan inversiones para implementar tecnología e infraestructuras para energía limpia asequible, reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, eficiencia energética y energía renovable.

-ArcelorMittal proyecta una ambiciosa descarbonización de su planta siderúrgica en Asturias con el uso masivo de hidrógeno verde que producirá el consorcio HyDeal. ¿Es ese el tipo de proyectos que la UE apoya para ayudar a las regiones en transición?

Este proyecto es un muy buen escaparate para Europa de cómo descarbonizar los procesos industriales intensivos en carbono mediante el uso de hidrógeno verde. Necesitamos una ambición clara de industrias como la del cemento, los productos químicos, los fertilizantes y, como en este caso, del acero para descarbonizar su producción. Además, este proceso de transformación cuenta con el apoyo de la UE. Pero, ante todo, debe ser la propia industria la que tenga intención de transformarse y acogemos con gran satisfacción la ambición de ArcelorMittal de hacerlo. También en lo que respecta al creciente mercado del "acero verde". Sería genial que la planta de Asturias pudiera ser una de las pioneras en este desarrollo.

-¿Cuándo podrá el hidrógeno verde ser una alternativa viable desde el punto de vista económico?

Nuestra estimación es que veremos un aumento sustancial tanto en la producción como en la demanda de hidrógeno verde, combinado con una expansión de las fuentes de energía renovables para producirlo, de la capacidad de electrolizadores y de la infraestructura de almacenamiento. Dada la competitividad de la electricidad generada a partir de fuentes de energía renovables, de la huella de carbono, de la dependencia de las importaciones de gas natural y de la creciente disponibilidad de aplicaciones del hidrógeno en la industria, esperamos una expansión significativa del mercado con una mayor competitividad en precios del hidrógeno verde. Curiosamente, vemos el cambio al hidrógeno verde antes en las industrias intensivas en carbono que en el propio sector energético, ya que se espera que la demanda aumente más rápido que la oferta.

-Ahora, con la crisis provocada por la guerra en Ucrania, la prioridad es contener los altos precios de todas las energías...

Hemos estado lidiando con los altos precios de la energía desde el otoño pasado y tanto la situación como nuestras soluciones están en constante evolución. Desafortunadamente, el verano no ha ofrecido un descanso de la crisis energética. Los flujos de gas desde Rusia han disminuido aún más desde julio. La manipulación de los suministros está ajustando el mercado y empujando los precios del gas a nuevos récords. Estas tensiones están teniendo un efecto dominó en el mercado eléctrico. Y esto se ha visto agravado por otros desafíos, incluido un verano extraordinariamente caluroso y seco que nos da una idea del impacto del cambio climático. Como resultado, los precios de la electricidad se encuentran en niveles insostenibles. Esto está perjudicando a nuestra gente y a la industria.

-¿Qué medidas deben tomarse a corto plazo?

Los estados miembros continúan tomando medidas para proteger a los consumidores y apoyar a las empresas de energía que experimentan problemas de liquidez. Pero dada la escala de esta crisis, se puede agregar una intervención coordinada a nivel de la UE. Esta es la base de las propuestas que la Comisión Europea presentó al gran público el pasado 14 de septiembre con el objetivo de reducir la factura eléctrica de los europeos.

-¿Cuáles destacaría?

En primer lugar, estamos alentando a los estados miembros a continuar con sus esfuerzos para mantener bajo control el consumo de electricidad. Estamos impulsando sus esfuerzos al establecer un objetivo general claro del 10 % para la reducción voluntaria y al exigir una acción obligatoria en las horas pico. Los estados miembros tendrían que reducir el consumo durante el momento más caro –cuando el gas suele fijar el precio– en al menos un 5%. En segundo lugar, los estados miembros han tomado medidas para mitigar los aumentos de precios con un costo considerable para sus presupuestos, y están buscando nuevas formas de sostener ese esfuerzo. Estamos proponiendo una corrección temporal al funcionamiento del mercado eléctrico, que les ayudará a hacer eso. Nuestro plan establecería un límite a nivel de la UE para la remuneración de las tecnologías eléctricas inframarginales. Hoy en día, el gas, o en ocasiones el carbón, suele fijar el precio final mayorista de la electricidad. Una empresa que produce electricidad con costos más bajos se beneficia enormemente de esto y obtiene unos ingresos excesivos. Al mismo tiempo, los consumidores no obtienen en sus facturas el beneficio de la creciente proporción de energías renovables asequibles. Un tope en toda la UE de 180 euros el megavatio hora sobre los ingresos de diferentes tecnologías como las energías renovables, la energía nuclear y el lignito generará fondos que se pueden canalizar para ayudar a los consumidores.

-No son los únicos recortes a los ingresos de las empresas que platean…

Las empresas de petróleo, gas y carbón, que también están obteniendo ganancias enormes e inesperadas, deberían ser parte del esfuerzo para enfrentarse la crisis. Por lo tanto, estamos introduciendo una contribución solidaria excepcional del sector de los combustibles fósiles que se dirige a estos beneficios excedentes. Sería recaudado por los estados miembros sobre los beneficios de 2022 que estén por encima del 20% de incremento sobre los beneficios medios de los tres años anteriores, a una tasa de al menos el 33%. Creemos que todo esto es justo y proporcionado, dejando un margen para la inversión.

-¿Teme una respuesta negativa de las empresas eléctricas al límite de sus beneficios?

Las empresas, que están obteniendo ganancias enormes e inesperadas, deberían ser parte del esfuerzo para abordar la crisis. En este momento es importante ayudar a los ciudadanos de la UE, especialmente a los hogares y empresas vulnerables.

-¿Saldrá fortalecida la UE con la estrategia que se acuerde?. ¿Cuando esperan aprobarla?

Los ministros de energía de la UE se reunirán extraordinariamente de nuevo el 30 de septiembre para discutir nuestras propuestas. Agradezco que se estén reuniendo con rapidez y estoy segura de que estas nuevas propuestas ayudarán a navegar por las dificultades.

-¿Cuál de ellas considera más decisiva para el ahorro energético?

Las medidas deben verse como un todo y no existe una solución milagrosa que funcione por sí sola. Durante el año pasado, brindamos a los estados miembros muchas opciones y todos ellos introdujeron al menos alguna medida que ayudó a mitigar la difícil situación actual. Ningún Estado miembro es igual, por lo que necesitamos diferentes opciones y depende de los países decidir qué funciona mejor para ellos.

-¿Será necesario cortar el suministro energético a las industrias?

El objetivo de reducción de electricidad del 5% es alcanzable sin un impacto negativo en la industria. Los estados miembros tendrán un margen de maniobra muy importante en cuanto a cómo lograr el objetivo. No necesitan imponer todos los esfuerzos a su industria y también pueden tomar medidas para reducir el consumo de los hogares o en el sector público. Además, organizando licitaciones en las que determinadas categorías de consumidores pujen por una compensación a cambio de trasladar su consumo de las horas punta a las horas valle, pueden identificarse fácilmente a aquellas empresas que estén interesadas en buscar la reducción del consumo al menor coste posible.

-¿Se logrará controlar los precios de la energía?

Nuestro objetivo es hacer frente a la crisis energética y conseguir precios más asequibles para el consumidor final. Nuestras propuestas dan a los estados miembros más flexibilidad para lograrlo y ayudar a las personas y las empresas. Nuestra nueva propuesta también ofrece a los estados miembros la opción de ampliar los precios regulados de la electricidad al por menor a las pequeñas y medianas empresas y establece que dichos precios regulados pueden ser inferiores a los costes de la electricidad. Esto aporta claridad y seguridad jurídicas sobre lo que los estados miembros pueden hacer en este ámbito.-¿Y la llamada "excepción ibérica" para controlar el precio del gas no es extensible a toda la UE?

Todos los modelos tienen ventajas e inconvenientes, y la semana pasada presentamos uno que creemos que funciona mejor para la UE en su conjunto. El modelo ibérico tiene una serie de ventajas, pero funciona bajo algunas condiciones, como el fácil acceso al suministro de gas natural licuado y las limitadas interconexiones con otros mercados eléctricos, que lo hacen no replicable a nivel europeo.

-En Asturias, la planta de regasificación de El Musel se construyó hace diez años y nunca ha entrado en funcionamiento. Ahora quiere abrirse para abastecer a Europa. ¿Tiene sentido con las limitadas interconexiones de gas entre España y Francia?

Para diversificar los suministros de gas, las importaciones de gas natural licuado (GNL) juegan un papel crucial. España tiene un papel estratégico con sus seis terminales de GNL operativas. La puesta en marcha de la planta de regasificación de El Musel es una decisión que deben tomar las autoridades nacionales y el propietario del proyecto. El Plan REPowerEU subraya la importancia de mejorar las interconexiones eléctricas transfronterizas con la Península Ibérica. Las inversiones adicionales para conectar las terminales de importación de GNL en la Península Ibérica y la red de la UE a través de una infraestructura preparada para el hidrógeno pueden contribuir aún más a diversificar el suministro de gas en el mercado interior y ayudar a aprovechar el potencial a largo plazo del hidrógeno renovable.

-¿Recupera el carbón protagonismo para garantizar el suministro energético?

Los anuncios sobre el carbón de algunos estados miembros deben verse en el contexto de las circunstancias extraordinarias en las que nos encontramos después de la invasión rusa y las interrupciones del suministro de gas. Confiar en el carbón para reemplazar algunas importaciones de gas debe considerarse solo como una solución a corto plazo para la seguridad energética.

-¿No hay marcha atrás en los objetivos de descarbonización?

El carbón no es una solución viable a largo plazo ni para la seguridad del suministro ni para cumplir los compromisos climáticos de la UE. Los estados miembros no han cuestionado sus compromisos a largo plazo de eliminación del carbón en la situación actual, lo que pone de relieve su entendimiento de que los combustibles fósiles no tienen futuro y no hay justificación para poner un signo de interrogación sobre los planes de eliminación del carbón que los estados miembros tienen. Las energías renovables y la eficiencia energética siguen siendo nuestra mejor solución a largo plazo para la seguridad energética y para nuestras ambiciones climáticas y deben acelerarse.

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-¿La guerra en Ucrania provocará avances hacia un mercado energético único en Europa?

La guerra en Ucrania ha puesto de relieve la importancia de que los estados miembros trabajen en estrecha colaboración para resolver los problemas, sin quitar el derecho de cada país de la UE a elegir su propia combinación energética. Y solo trabajando en estrecha colaboración y coordinando nuestras respuestas a los desafíos actuales podemos encontrar las soluciones más eficientes y efectivas, ya sea para reducir la dependencia general de las importaciones rusas o encontrar formas de abordar los altos precios de la energía.