JOAN GROIZARD, DIRECTOR GENERAL DEL IDAE

“No veo a ningún presidente del PP decir que quiere una nuclear en su región”

Joan Groizard (Palma, 1989), el director general del Instituto de Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), tiene un perfil eminentemente técnico, pero no rehúye las polémicas políticas y responde a los ataques de la oposición

Joan Groizard, director general del Instituto para el Ahorro y la Diversificación de la Energía (IDAE).

Joan Groizard, director general del Instituto para el Ahorro y la Diversificación de la Energía (IDAE). / José Luis Roca

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Es uno de los pesos pesados del Ministerio para la Transición Ecológica y forma parte del núcleo duro de confianza de la vicepresidenta Teresa Ribera. Y ahora es uno de los responsables directos de perfilar las medidas de los planes de ahorro energético, del que ya está en marcha (el de apagar los escaparates, regular los grados del termostato) y el nuevo plan de contingencia que se conocerá en unas semanas. Joan Groizard (Palma, 1989), el director general del Instituto de Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), tiene un perfil eminentemente técnico, pero no rehúye las polémicas políticas y responde a los ataques de la oposición.

Hace tres semanas que entró en vigor el primer paquete de medidas de ahorro energético (apagar escaparates, regular el termostato…) ¿Se está consiguiendo el ahorro previsto?

Al contrario de lo que parecía por ciertas declaraciones, algunas altisonantes, la respuesta de las empresas a las medidas está siendo la de aplicarlas con mucha normalidad. Las medidas sobre las que mas se ha discutido -las de cambiar un grado el termostato, el apagado de escaparates después de horas de cierre…- se aplican normalidad. En estas primeras semanas está registrándose un menor consumo energético que en las semanas anteriores y que el año anterior [de entre el 8 y el 9%, según los últimos datos oficiales], pero aún hay que analizar bien qué parte del ahorro se debe concretamente a las medidas del decreto y qué parte a la mayor sensibilización social por el debate público y mediático. No tenemos conclusiones definitivas con los datos de un día o unas pocas semanas, esperemos a la serie completa.

"Nuestro compromiso es no restringir el bienestar de las viviendas. Para hogares haremos recomendaciones"

El compromiso con la UE es reducir un 7% el consumo de gas, no de electricidad. ¿Se logrará más adelante también recortar la demanda de gas?

La tecnología marginal del mercado eléctrico, la última que sirve para cubrir la demanda necesaria y que marca el precio es el gas. Por lo tanto, el ahorro de consumo de electricidad servirán para ahorrar gas. Los ahorros que consigamos en energía eléctrica se traducen en un precio de casación algo más bajo y un menor uso de gas.

Además, tenemos a nuestros dos países vecinos en una situación energética complicada. Francia tiene más de la mitad de su parque nuclear parado y Portugal depende mucho de la hidráulica y está generando menos por la sequía. España está exportando energía eléctrica a ambos países, como es normal. Esa demanda adicional de electricidad para exportar a Francia y Portugal hace que aumente la generación con gas.

El Gobierno admite que las medidas adoptadas hasta ahora eran sólo un primer paso y que no son suficientes. ¿Habrá más obligaciones que consejos en el futuro Plan de Contingencia?

Habrá de todo en el Plan de Contingencia. Va a haber recomendaciones sobre todo en lo que respecta a viviendas, al sector doméstico. Nuestro compromiso es no tener que restringir el bienestar y el confort de las viviendas, por lo que en este ámbito haremos recomendaciones, sensibilización y maximizar las ayudas para que las viviendas instalen aerotermia, calderas de biomasa, solar térmica…

Ahora estamos en una fase de análisis de las medidas. Nos han llegado propuestas de comunidades autónomas, empresas, los grupos parlamentarios… Y hay de todo: hay propuestas que sí que sirven para ahorrar energía este invierno, que es lo que nos pide la Unión Europea, o en todo caso pensando en el invierno siguiente. Pero también también hay propuestas que son desiderátum y que plantean medidas con efectos dentro de varios años. Está muy bien abrir debates de política energética general, pero no es en lo que estamos ahora mismo.

GRADUAR LA DUREZA DE LAS MEDIDAS

¿Se va a graduar la dureza de medidas en función de cómo evolucione la crisis energética, con diferentes niveles de exigencia según evolucionen los precios o la efectividad de las propias medidas?

La Comisión Europea establece ya varios niveles. Está el nivel de prealerta, que es en el que estamos, el punto de partida. Está el nivel de alerta, que implica que los objetivos comprometidos de ahorro se convierten en obligaciones vinculantes para los estados. Y está el estado de emergencia, que se declara en caso de problema de suministro y se podrían tomar medidas excepcionales por ley. En países como Alemania o Grecia, con mucha dependencia del gas ruso, puede declararse el estado de emergencia si hay un corte de suministro por parte de Putin. En el caso de España, tendría que suceder un cataclismo, como por ejemplo la destrucción física de las infraestructuras.

Con casi toda probabilidad no va a ocurrir nada de esto, pero tiene que haber procedimientos de seguridad. El objetivo último es proteger a las viviendas y proteger la actividad económica. Y por eso las medidas que planteamos inicialmente son aquellas que apenas requieren esfuerzo y que no requieren inversión. Si no llegamos al objetivo con estas medidas y estamos en riesgo de incumplir normativa europea, habrá que aplicar otras medidas. Hay medidas que quizá requieren más esfuerzo y hay que graduarlas en función de los distintos estados.

Joan Groizard, director general del Instituto para el Ahorro y la Diversificación de la Energía (IDAE).

/ José Luis Roca

¿Los temidos cortes de suministro en hogares y en industria sólo se aplicarían pues en caso de nivel de emergencia?

No los prevemos. No creemos que la eventual decisión de cerrar el grifo por parate de Putin implique que tengamos que aplicar restricciones de suministro en hogares ni en industria. Esa casuística no la contemplamos. España y Europa ya nos estamos preparando para un escenario en que Putin seguirá utilizando el gas como arma de guerra.

¿Veremos en invierno algunas farolas apagadas, luces de Navidad con horario reducido o con menos bombillas…?

Tenemos que verlo todo, pero obviamente vamos a ir priorizando aquellas medidas que tengan menos impacto para el ciudadano y la actividad económica. Italia, por ejemplo, ha planteado adelantar el cierre de los comercios. Entre cerrar antes las tiendas y sólo apagar determinado alumbrado, quizá es mejor lo segundo. Francia obliga a apagar los anuncios luminosos de las carreteras a partir de determinada hora, y en España no lo hacemos. Algunas comunidades autónomas nos han propuesto plantear objetivos indicativos a los ayuntamientos sobre luces navideñas, pues quizá este año hay que apostar por el alumbrado led más eficiente para tener las calles igual de iluminadas pero consumiendo menos energía, o se pueden ajustar un poco los horario o se puede reducir de 27.000 luces a 25.000. Se pueden tomar decisiones de ahorro razonables sin encontrarnos con el titular de que nos vamos a quedar sin Navidad.

"En España, tendría que haber un cataclismo, como la destrucción de infraestructuras, para llegar al nivel de emergencia"

MÁS RENOVABLES

El Gobierno insiste en que los objetivos del Plan de Contingencia contemplarán acelerar el despliegue de renovables ¿Cómo puede conseguirse a corto plazo? Tan a corto plazo como para que sirva para reducir consumo en invierno.

Hay dos vías clave para un despliegue rápido. Por un lado, es fundamental el cambio de combustibles utilizados por la industria, porque si la industria aprovecha las ayudas públicas en unos meses se puede cambiar parte consumo de gas por renovables en sus sistemas productivos. Esto no requiere largas tramitaciones ni necesita muchos permisos porque son trabajos dentro de la propia empresa.

Y, por otro lado, está el autoconsumo. El año pasado ya se instalaron 1,2 gigavatios de instalaciones de autoconsumo, y tenemos que conseguir incrementar el ritmo. Por lo general se trata de instalaciones pequeñas que no requieren tramitación administrativa y que se pueden implantar muy rápidamente. Podemos aspirar a instalar varios cientos de megavatios nuevos de autoconsumo de aquí a marzo. Y cada unidad de energía eléctrica que generamos con renovables equivalen a dos unidades de gas que nos ahorramos.

Si pensamos en el despliegue de renovables para más adelante, para el invierno del próximo año y siguientes, tenemos que mirar qué tipo de medidas normativas adoptar, cómo simplificar los procesos para ayudar promotores de proyectos renovables y acelerar proyectos de más envergadura. Tenemos que ver cómo acortar los tiempos de tramitación administrativa sin sacrificar controles ambientales y de patrimonio.

Apunta la necesidad de que la industria sustituya el gas por otros combustibles. ¿Qué medidas pueden adoptarse para conseguirlo de manera rápida?

En el sector industrial hay un potencial enorme de ahorro con medidas que se podrían adoptar de forma inmediata y con los con los programas de ayudas que tenemos en marcha. Ya está en marcha un programa de ayudas para la eficiencia energética que lleva un par de años, y al que ya se han acogido más de 2.600 empresas industriales. También está en marcha un plan de ayudas para impulsar las renovables térmicas para que la industria pueda sustituir su consumo de gas por consumo renovable, ya sea biomasa, biogás o solar térmica. Y también tenemos ayudas de autoconsumo con placas solares.

Para impulsar este combo de planes de eficiencia energética, de sustitución de gas por renovables y de más autoconsumo vamos a hacer una tournée para darlos a conocer al sector industrial. Vamos a intensificar al máximo la comunicación y ser un poco más innovadores en comunicación. Vamos a intensificar en lo que queda de año esa esa labor de didáctica, técnica y explicativa para que las empresas pueden aprovecharse.

Desde el PP se ha criticado que las medidas adoptadas hasta ahora eran “frivolidades”. ¿Entre las propuestas recibidas interpretáis que también hay frivolidades?

"La frivolidad es hacer política espectáculo constantemente en lugar de proponer"

Si damos por bueno el marco mental que entiende que ajustar el termostato y apagar alumbrado son frivolidades, pues seguramente entre las propuestas de todas las comunidades autónomas, incluidas las del PP, hay también frivolidades. Pero lo que yo cuestiono es que esas medidas lo sean. De hecho, son cuestiones que proponía el propio líder de la oposición en julio, diez días antes de la reacción de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Son propuestas que la propia Comisión Europea contempla en sus comunicaciones y sobre las que propia presidenta de la Comisión Europea ha felicitado a España. Y Francia, Alemania e Italia están adoptando medidas muy similares. No sé si el gobierno Scholz o el de Macron son frívolos por hablar de alumbrado y de termostato. Para mí la frivolidad es hacer política espectáculo constantemente en vez de proponer. A lo largo de agosto ha evolucionado el debate para bien y ahora tenemos propuestas concretas encima de la mesa, y es en lo que nos vamos a centrar.

EL DEBATE SOBRE EL ‘APAGÓN NUCLEAR’

PP, Vox y Ciudadanos llevan meses insistiendo en que se revise el calendario de cierre de las nucleares como medida para ganar soberanía energética a medio plazo. ¿Es razonable?

Ése es un debate de política energética más amplio. Es curioso que quieran sacar el debate nuclear cuando hablamos de cómo ahorramos energía para este invierno. Miremos qué pasa este invierno: Francia, la gran potencia nuclear europea, tiene en los mercados de futuros precios superiores a 900 o 1.000 euros por megavatio hora. No sé si ésa debe ser la gran referencia.

Ahora mismo no hay ninguna central nuclear en las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular. Y no he visto a ningún presidente del PP dispuesto a decir ‘yo quiero en mi región una central nuclear o varias’ o ‘quiero almacenar ese material nuclear que queda vivo durante cientos o miles de años’.

En España, la generación eléctrica desde hace muchos años está liberalizada. Son las propias empresas, con criterios de rentabilidad, la que deciden mantener o no sus centrales o apostar por una u otra tecnología. Ninguna empresa eléctrica en España ha propuesto la instalación de una central nuclear desde hace décadas y el calendario de cierre de las centrales que tenemos está acordado con las empresas. Las compañías están apostando por las renovables porque saben que son la fuente más barata y la más rápida de instalar.

Joan Groizard, director general del Instituto para el Ahorro y la Diversificación de la Energía (IDAE).

/ José Luis Roca

Ahora son los partidos los que ejercen la presión en este sobre ampliar la vida de las nucleares. ¿Si las eléctricas plantearan una revisión de ese calendario de cierre, el Gobierno estaría dispuesto a valorarlo?

Es una decisión que tienen que tomar las empresas. Pero tenemos que ser muy claros sobre quién va a asumir los costes de que sigan funcionando y del desmantelamiento. Hay debate, pero habría que analizar muy bien la situación para asegurarnos de que los costes no recaen en la ciudadanía, que no consiste en privatizar las ganancias y socializar las pérdidas. Podemos poner en el centro del debate una cuestión con efectos dentro de unos años [el primer cierre de un reactor está previsto para 2027], pero no es lo se necesita ahora mismo, los tiempos nos exigen otra cosa.

La apuesta de España tiene impulsar su recurso autóctono principal, que es la renovable; apostar por la industria nacional, que son las renovables. Somos una gran potencia industrial, y por tanto laboral, en renovables. España exporta ya más tecnología fotovoltaica que vino, por ejemplo.

"Son las eléctricas, con criterios de rentabilidad, las que deciden mantener o no sus centrales nucleares"

LA ‘EXCEPCIÓN IBÉRICA’

Tras un año de negativas, la UE ahora se abre a medidas urgentes y estructurales para reformar el mercado eléctrico. ¿Lo que hoy es una excepción ibérica será un mecanismo generalizado en Europa?

Bienvenida sea esta reacción a nivel europeo. Obviamente nos habría gustado que llegara antes. El presidente del Gobierno y la vicepresidenta tercera vienen defendiendo desde hace un año que hay que repensar el mercado eléctrico y que había que hacerlo a nivel europeo para evitar 27 soluciones distintas.

España es tal vez más sensible a que el mercado sea tan dual por haber avanzado más en despliegue renovable que otros estados miembro. Aquí tenemos una parte importante de producción con renovables y con costes operativos bajos, y una pequeña parte del mercado eléctrico con costes muy altos, como es el gas ahora mismo, lo que genera un efecto contagio: se dispara el precio del gas y se incrementa el precio de todas las energías. Era una problemática que ya veíamos en España y en Portugal por las características de nuestro mercado, y ahora lo están viendo en Berlín, Viena o Bruselas.

En España esta desvinculación parcial del precio del gas y el de la electricidad ya está en marcha con la excepción ibérica. ¿Qué ventajas reales tiene para nosotros si se aplicara un mecanismo similar en toda Europa?

A corto plazo podríamos incluso pensar que es una ventaja competitiva para España tener precios más bajos que en otros países, pero eso va a ser igualmente así gracias al mayor despliegue de renovables. España no tiene ningún interés en que en el resto de Europa el desarrollo económico esté lastrado por esta situación. A España le va a ir bien económicamente si al resto de Europa le va bien también. En un mercado único europeo tiene sentido que las soluciones sean comunes y sean estructurales.

"La estimación de ahorro de la 'excepción ibérica' se hizo con los datos que existían. Ahora hay datos nuevos"

El Gobierno anticipó que la excepción ibérica serviría para rebajar el precio del mercado eléctrico en torno a un 30%, pero el recorte está siendo de entre un 15 y un 20%. ¿No se están consiguiendo los objetivos planteados?

Las estimaciones se hicieron con los datos disponibles en ese momento y están evolucionando de una forma distinta. Entonces no se preveía la escalada de precios que ha sufrido el gas. Tampoco esperábamos que Francia no tuviera su parque nuclear operativo y que necesitara todo lo que le podamos dar con la interconexión. Si Francia generara energía nuclear y España no estuviera exportando, las centrales de gas no entrarían tanto en el mercado y se consumiría menos gas, y por tanto el precio del mercado español sería menor y el ahorro del mecanismo sería mayor.

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Se hizo una estimación en base a los datos que existían. Ahora hay datos nuevos como la mayor indisponibilidad de Francia y la mayor subida del precio del gas, pero el efecto del mecanismo sigue siendo positivo. Los consumidores españoles están más protegidos que otros ciudadanos europeos, y lo están no a costa de impuestos y del estado del bienestar, sino a costa de un menor beneficio de las empresas que habían vuelto a políticas de reparto de dividendos y a las que, parece, no les va mal la cosa.

Hasta ahora el ahorro para los consumidores del mecanismo es de unos 2.000 millones de euros desde su aplicación. Si se extrapola el dato al año completo, podríamos hablar de un ahorro total de unos 10.000 millones, aunque hay hacer un análisis más fino para tener una estimación total. Menos mal que tenemos el mecanismo y no estamos viendo los mismos precios que en otros países, lo cual no quita que estemos viendo unos precios altísimos y que tengamos que seguir trabajando para protegernos.