“Está bien que el Gobierno apoye a las start-ups, pero hay que ayudar más a empresas que ya existen”

El sector tecnológico se sabe protagonista ineludible del imparable proceso de transformación digital global, el centro de la revolución económica y social que ya está en marcha y que sólo irá a más. Pero también es una de las industrias más directamente afectadas por los nubarrones que han disparado las incertidumbres sobre la economía global. De la inflación a los problemas de las cadenas de suministro mundial, de la crisis de los microchips a las crecientes tensiones geopolíticas de distinto cuño.

“En las situaciones de crisis y de incertidumbre es cuando se producen grandes oportunidades. Con ese espíritu afronta el sector su papel clave en la transformación digital en el escenario actual”, resume un optimista Pedro Mier, presidente de la patronal tecnológica española Ametic, que celebra desde este miércoles en Santander el Encuentro de la Economía Digital y de las Telecomunicaciones, tradicional arranque de curso para el sector y que alcanza este año 36 ediciones bajo el lema Reindustrialización sostenible y digital: El Gran Desafío.

“La crisis y la inflación nos afectan a todos por igual. El terreno de juego es global. España y su sector tecnológico se juegan salir bien de esta crisis en la capacidad de innovar y de tener una industria propia potente. Necesitamos una industria propia y que innove para que el país tenga un papel de actor en la transformación digital, no sólo de usuario”. Y para ello, la patronal tecnológica reclama al Gobierno que coloque la innovación y la industria como prioridades económicas del país y que impulse un entorno regulatorio, fiscal y de ayudas económicas que lo haga posible.

Vicepresidencia y ley propias

Con este objetivo, Ametic pone deberes al Gobierno de Pedro Sánchez para enmendar el armazón legislativo que se está armando, sobre cómo ejecutar los grandes proyectos ligados a los fondos europeos del Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia (PRTR) y sobre la propia organización del Ejecutivo. “En el Gobierno deberían estar unidas en un mismo departamento la innovación y la industria. El Gobierno debería tener una vicepresidencia de Reindustrialización e Innovación”

La patronal tecnológica reclama directamente el desarrollo de una Ley de Innovación específica para el desarrollo en este campo, y lo hace cuando acaba de aprobarse definitivamente en el Congreso la reforma de la Ley de Ciencia, de Tecnología y de Innovación. “La ley que se ha aprobado debería llamarse Estatuto del personal investigador. Ciencia e innovación deberían ir por separado. La innovación merece una ley propia. La ciencia y el conocimiento viene de las universidades, la innovación viene de las empresas y los empresarios, y es la que crea empleo y riqueza”, sentencia el presidente de Ametic.

“La empresa ha sido la gran ausente en la Ley de Ciencia”. Para corregirlo, entre otros aspectos, la asociación empresarial reclama focalizar los esfuerzos del Plan de Recuperación, con el que se articula los fondos europeos, en conseguir que la industria se centre en la innovación, en potenciar la formación de los futuros profesionales y en convertir en la Administración en un tractor de la demanda de la tecnología innovadora nacional.

En este sentido, la patronal reclama al Gobierno que el PERTE Chip priorice sus actuaciones destinadas fortalecer la industria y la investigación, y no tanto en pugnar por tener una factoría de microchips en España. “Lo más importante de todo es fortalecer la capacidad de las empresas españolas para diseñar los chips, más que luchar por que se fabriquen aquí”, sentencia.

Apoyo a empresas

El Gobierno también trabaja en la futura Ley de Start-Ups, con la que pretende impulsar la creación de empresas, potenciar el emprendimiento, al tiempo que atrae talento y retiene el que ya está en el país. Pero desde la patronal de las tecnológicas se pide al Ministerio de Asuntos Económicos, responsable de la futura norma, que priorice el apoyo a las empresas medianas ya en marcha y con potencial de crecimiento y de internacionalización.

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“La Ley de Start-ups está bien como iniciativa. Pero las start-ups son sólo una pequeña parte de un mundo empresarial y tecnológico mayor”, explica Pedro Mier. “Está bien que el Gobierno apoye a las start-ups, pero primero hay que ayudar a las empresas que ya existen y tienen vocación de crecer e internacionalizarse. Echamos en falta más apoyo a las scale-ups que a las start-ups”.

Y es que desde Ametic se subraya que “lo relevante para un país es que las empresas crezcan y se mantengan en el tiempo y generen riqueza, no que una start-up se convierta en un unicornio, se venda y haga ricos a los promotores. Me alegro por ellos, pero eso no es importante para el país”. “Apoyamos que las start-ups se conviertan en empresas y los emprendedores en empresarios. Eso es lo que crea riqueza y empleo”.