NUEVA NORMATIVA

Los veterinarios, sobre las cámaras en los mataderos: "Es rentable, porque el bienestar animal está muy valorado"

  • La mayoría de las empresas ya cuentan con sistemas de vigilancia, pero la normativa hará que sea obligatorio en todas las instalaciones, grandes o pequeñas y en todo el proceso.

  • "Para nosotros es una herramienta más de un trabajo que llevamos años haciendo", indica Ángel Garde Lecumberri, presidente del Colegio de Veterinarios de Navarra.

Una granja industrial de porcino.

Una granja industrial de porcino.

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La aprobación, en el Consejo de Ministros de este martes, de un real decreto por el que se establecen medidas para el control del bienestar de los animales mediante la instalación obligatoria de sistemas de videovigilancia en los mataderos, ha sido bien acogida por los veterinarios españoles que lo consideran un complemento a su trabajo. Así lo asegura a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, Ángel Garde Lecumberri, presidente del Colegio de Veterinarios de Navarra. La colocación de cámaras "es una medida que ya estaba asumida por el sector que, en los últimos años, las ha ido instalando de forma progresiva. Los mataderos son los primeros interesados porque el consumidor valora mucho el bienestar animal y sus clientes, los proveedores, les piden que esos animales sean sacrificados en las mejores condiciones", explica.

La normativa aprobada por el Ejecutivo sitúa a España como el primer país de la Unión Europea (UE) con sistemas de videovigilancia obligatorios para el control del bienestar animal (SVBA). Según explican fuentes del Ministerio de Consumo, que encabeza Alberto Garzón, permitirá la realización de controles adicionales a los que ya se efectúan en los mataderos. Lo más novedoso, es que la implantación de cámaras será obligatoria en todas estas industrias, independientemente de su tamaño.

El real decreto permitirá establecer herramientas adicionales de control que garanticen que, en todos los mataderos españoles (incluidos los móviles).

El real decreto permitirá establecer herramientas adicionales de control que garanticen que, en todos los mataderos españoles (incluidos los móviles), se minimice el sufrimiento animal, por ejemplo, durante la descarga, el traslado, la estabulación o el aturdimiento de los animales. Tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), los grandes mataderos tendrán un año para adaptarse a la nueva normativa y los pequeños, dos. Los veterinarios recuerdan: llevan años trabajando en esa dirección cuando acuden al sacrificio de los animales. Y, si es necesario, levantando actas y aplicando sanciones ante las irregularidades. Por eso consideran que la nueva normativa es "un paso más, una herramienta que nos complementa". Resaltan que velar por el bienestar animal forma parte de su trabajo.

Grabación del escaldado

El nuevo texto, especifica que los sistemas de videovigilancia no serán obligatorios en las zonas de espera donde se encuentran los medios de transporte con animales antes del inicio de la descarga, pero las empresas sí deberán llevar un control del tiempo de permanencia en los vehículos. En el caso de aves y porcinos, la instalación de las cámaras deberá permitir la grabación del escaldado -un proceso que consiste en ablandar el cuero del cerdo para facilitar su depilado y, en los pollos, sumergirlos en agua caliente para desplumarlos- para poder comprobar que no se someten a esta operación a animales que presenten signos de vida.

Una granja industrial de porcino.

/ EPE

En la Comunidad Foral de Navarra, explica Ángel Garde Lecumberri, ya en 2020, antes del estallido de la pandemia, la ONG Equalia propulsó una iniciativa similar. Entonces, relata, el pleno del Parlamento aprobaba -con los votos a favor de Navarra Suma, PSN, Geroa Bai, Podemos e I-E-, una moción por la que se instaba al gobierno foral a comprometerse a presentar un proyecto de ley para la instalación obligatoria de circuitos cerrados de televisión en los mataderos de la comunidad, como complemento a la función de control de los servicios veterinarios oficiales. Se tomó en consideración, pero se quedó en un compromiso, añade Garde Lecumberri.

En aquellos días, cuando preguntaron a los veterinarios su opinión sobre la medida que ahora, con la normativa nacional, será una realidad, respondieron lo mismo que ahora: "Hay que recordar que la inspección de los alimentos no empieza en la tienda. Abarca todos los tramos: la crianza de los animales, el transporte, el sacrificio... Hasta que llega a los lineales de consumo o los restaurantes, que también se inspecciona. Eso lo lleva haciendo la administración toda la vida", señala este profesional.

Imagen de archivo de un matadero en Cataluña.

/ Joan Cortadellas

En el caso de los mataderos, ya no existen los municipales, recuerda el presidente de los veterinarios navarros. La mayoría son de titularidad privada. "Nosotros somos veterinarios oficiales, empleados de la administración, que estamos en un ámbito privado. Eso a veces no se comprende, incluso por parte de los empresarios. Cuando en esa cadena, de la granja a la mesa hay deficiencias o actuaciones, tomamos medidas: levantando actas que pueden acabar en sanciones graves o muy graves", asevera.

El papel de las cámaras

Según el tipo y tamaño de matadero, los servicios veterinarios están formados por uno o varios profesionales que, de entrada, deben controlar en qué condiciones llegan los animales. "Nuestro trabajo empieza cuando el matadero abre, a las cinco de la mañana, y vas tú a la cuadra, que ya han ido llegando animales durante la noche para empezar el sacrificio. Inspeccionamos si llegan limpios o sucios, si los han descargado bien, si están enfermos y pueden ser causa de contaminación, si vienen identificados con su crotal (como su DNI) o los tratan a puntapiés... Eso es lo que se llama inspección ante morte", explica. Los grandes, por ejemplo de porcino o pollos, trabajan casi 24 horas seguidas. Los más pequeños, por tramos horarios.

Garde Lecumberri considera positivo la obligatoriedad porque, aunque los veterinarios están presentes en el sacrificio, no pueden controlarlo todo.

En ese sentido, Garde Lecumberri considera positivo la obligatoriedad de la instalación de cámaras para seguir todo el proceso porque, aunque los veterinarios están presentes en el momento del sacrificio, no siempre pueden controlarlo todo, sobre todo si sólo hay un profesional para esa instalación. Las grabaciones despejarán dudas, añade. Lo más destacado del real decreto es la obligatoriedad que marca, pero el presidente de los veterinarios navarros recuerda que ya eran muchos los mataderos que tenían instalados este tipo de sistemas de videovigilancia.

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"Ahora mismo, el bienestar animal está muy valorado por el consumidor. ¿Qué ocurre? Un proveedor quiere que su leche se produzca en buenas condiciones. Porque, además, el bienestar animal, no nos engañemos, vende. El mismo proveedor exige al matadero las mejores condiciones higiénico-sanitarias pero, además, que los animales estén lo más tranquilos posible, que se conduzcan bien, que no se les grite, se les pegue o empuje. Eso lo pide el cliente. Y el matadero, acepta las condiciones sin ningún problema, por lo que el sector acepta la instalación de esas cámaras".

"Una gran instalación es plenamente consciente de que le resulta más rentable la instalación de ese sistema de videovigilancia", señala el veterinario.

Es más, añade que "no hay nada que esconder" y que cualquier gran instalación es plenamente consciente de que le resulta más rentable la instalación de ese sistema de videovigilancia "porque tiene tal salida comercial que sería muy perjudicial que salieran unas imágenes aturdiendo mal a los animales o sangrándoles cuanto todavía están sin matar. Una mala publicidad de un minuto les echa por tierra el trabajo de años de buenas prácticas". En el caso de los pequeños mataderos, normalmente establecidos en núcleos rurales, donde ya se convive con una cultura ganadera que implica de por sí el bienestar animal, tampoco considera que tengan ninguna reticencia ante esa obligación.