SEQUÍA EN ESPAÑA

El coste de tu vida en agua: producir un filete gasta más que poner 75 lavadoras

  • Water Footprint Network (WFN), una organización sin ánimo de lucro holandesa, se dedica a evaluar el coste líquido de la actividad humana alrededor del mundo

  • Según un informe de Unesco, la vida de cada español cuesta cada año de media 2,5 millones de litros de agua.

  • Dejar de desperdiciar alimentos, de consumir moda rápida y de comprar productos de un solo uso, clave para reducir la huella hídrica

La huella hídrica de cada ser humano se marca por su consumo de agua directo e indirecto

La huella hídrica de cada ser humano se marca por su consumo de agua directo e indirecto / IGNACIO GARCÍA

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Todo lo que vistes, comes y tocas tiene su precio en agua. Desde los 132 litros que cuesta elaborar la taza de café de la mañana hasta los 3.800 del filete de ternera para cenar esa noche, el día se va convirtiendo en una enorme factura líquida. Y no solo se compone de lo que comes o bebes: fabricar unos pantalones vaqueros, por ejemplo, conlleva un gasto medio de entre 2.000 y 3.000 litros de agua.

“Es lo que se llama la huella hídrica. Está la más evidente, es decir, la que tiene que ver con lavar la ropa, ducharnos o cocinar, pero también hay que tener en cuenta la indirecta, que es la cantidad de agua que se necesita para producir los productos que consumimos y que, en ocasiones, ni siquiera nos damos cuenta de que existe”, explica a El Periódico de España Rick Hogeboom, director ejecutivo de Water Footprint Network (WFN), una organización sin ánimo de lucro holandesa que se dedica a evaluar el coste líquido de la actividad humana alrededor del mundo.

Según el último informe disponible, el que publicó la UNESCO en 2011, la vida de cada español cuesta cada año de media 2,5 millones de litros de agua. Visualmente, si una piscina de 10 metros de largo, 5 de ancho, profundidad máxima de 2 metros y mínima de 1 tiene una capacidad de 75 metros cúbicos, el consumo medio de agua de un español al año equivale a más de 33 piscinas. Y la mayor parte de ese agua consumida no aparece reflejada en la factura que llega a casa.

Para saber cuántos litros consume el estilo de vida concreto de cada uno, WFN ha habilitado esta herramienta personal que ayuda a estimar la huella hídrica.

“Se trata de ser responsable, y yo sinceramente creo que la población general está concienciada con ello. A nadie le hace feliz tener el grifo abierto mientras ve la televisión, pero tenemos que ser conscientes de lo que cuestan las cosas. No se trata solo del número de duchas o lavadoras que ponemos, sino de consumir lo que necesitamos”, apunta a este periódico Santiago Martín, coordinador del área de agua de Ecologistas en Acción.

Así, una ducha de 10 minutos consume 200 litros de agua según la Organización Mundial de Salud (OMS), por lo que se necesitan alrededor de 20 duchas para compensar lo que cuesta producir un filete de ternera de 250 gramos. Una lavadora con 7 kilos de carga, por su parte, gasta de media 50 litros de agua según el Ministerio para la Transición Ecológica, por lo que ese mismo filete equivaldría a 76 lavados.

De toda el agua que cuesta la vida cotidiana, la que se consume de forma directa representa una cantidad ínfima. La ropa, el papel, el combustible, la comida… todo ella conlleva un gasto de agua ingente que, en muchos casos además, se produce fuera del país en el que finalmente se consume.

El chocolate es un ejemplo muy claro. Teniendo en cuenta que se compone habitualmente de cacao y azúcar de caña el coste de producir un kilo es de 17.196 litros, es decir, 1.719 litros por tableta de 100 gramos. 

De ellos, una parte importante corresponden al cultivo y el transporte, un coste hídrico que asumen principalmente los países en los que se produce y que afecta tanto a nivel social como medioambiental, pues la contaminación y la sobreexplotación conducen a la reducción de la biodiversidad y la destrucción de ecosistemas.

“Europa depende mucho del agua que se utiliza en otras partes del planeta, pues una gran parte de las industrias que más recursos hídricos consumen y contaminan están en los países más pobres. Hablamos de industrias como la minera o la textil, por ejemplo”, asegura Hogeboom.

Un impacto que se podría reducir si, además, el agua se utilizase eficientemente. Por ejemplo, fabricar una camiseta de algodón en algunas partes del mundo cuesta alrededor de 2.000 litros de agua, mientras que la misma camiseta llega a costar 5.000 litros en otras.

“En cualquier caso no debemos olvidar que esa prenda la puedes utilizar durante cuatro o cinco años, pero, ¿cuánto te dura un filete de ternera?”, señala el coordinador de Ecologistas en Acción.

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Ahí es donde sí que entra la posibilidad de que la responsabilidad individual en el consumo marque una diferencia.

"Tenemos que ser conscientes. La vía obvia para reducir la huella hídrica es la del consumo directo, pero, por ejemplo, también podemos comer menos carne, tomar frutas y verduras de temporada y evitar, en la medida de lo posible, la industria de la moda de consumo rápido y los productos de un solo uso. Es difícil, pero con la ayuda de las empresas y los gobiernos se puede ayudar a los consumidores a tomar la decisión acertada", asegura Hogeboom.