SOSTENIBILIDAD

Edificar con madera para ampliar el parque de vivienda social más rápido: "Se construye una planta en cuatro días"

España se posiciona como uno de los países europeos con menor parque de vivienda, sólo el 2,5% es de protección oficial. Para cambiar esa realidad, algunos arquitectos proponen acelerar procesos gracias a la madera: "En seis u ocho meses podríamos tener un edificio", destaca Federico Sáez Baos, del COAM

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El bloque de 35 viviendas en Girona que utiliza paneles de madera  contralaminada.

El bloque de 35 viviendas en Girona que utiliza paneles de madera contralaminada. / MASS-MADERA

Ana Ayuso

Ana Ayuso

Si está en su casa leyendo desde su móvil o desde su ordenador este reportaje, tómese un minuto para mirar las paredes y techos que le rodean. Seguramente, los muros que le rodean habrán sido construidos a base de hormigón, ladrillo y acero. Si, en cambio, se encuentra en la calle y tiene algún edificio delante, obsérvelo. Lo más probable es que se repitan estos materiales. En el casual de que tenga una obra al lado, acérquese y mire a las personas que en ella están trabajando y los desechos que genera esa labor.

Piense ahora en que su hogar, el edificio que tiene enfrente o el bloque que están construyendo estuviesen parcial o totalmente hechos con madera. ¿Le parece extraño? ¿Le surgen dudas? ¿Cuánto se tarda en construir un edificio de madera? ¿Qué pasaría con nuestros bosques? ¿Habría más posibilidades de que mi casa pudiese incendiarse si fuese de madera? ¿Qué pasaría con los cambios meteorológicos, afectarían a las estructuras del lugar en el que vivo? ¿Es medioambientalmente sostenible? ¿Me resultaría más caro comprar un piso en un edificio de madera?

El Pabellón Endesa en Barcelona, diseñado por el IAAC.

El Pabellón Endesa en Barcelona, diseñado por el IAAC. / IAAC

Como casi todo, esas dudas están estudiadas y las respuestas pueden llegar a sorprenderle. El tiempo de construcción de un edificio de madera es mucho menor que el de los bloques que se realizan con materiales convencionales. "Si la industria facilita el proceso, en seis u ocho meses podríamos tener un edificio, frente a lo convencional, que ascendería al doble", destaca Federico Sáez Baos, director del curso Construido con madera, que imparte el Instituto de Formación del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM).

La madera es un material altamente industrializado, por lo que una parte importante del proceso de construcción se desarrolla en fábrica, antes de que esos paneles se monten en un camión. A pesar de que el tiempo de industrialización es mayor que para una casa tradicional, el montaje es mucho más rápido.

El edificio con estructura de madera más alto de España, el Cirerers, situado en el barrio de Roquetes de Barcelona, fue construido en 22 meses. Con ocho plantas y 32 viviendas, este bloque cooperativo tiene como objetivo ofrecer casas a precios asequibles, con una aportación inicial de capital retornable de entre 19.000 y 29.000 euros y mediante cuotas mensuales de entre 450 y 720 euros.

"Podemos montar una planta cada cuatro días", afirma Daniel Ibáñez, director del IAAC (Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña), que lidera la red de reciente creación MASS-MADERA. Él participa actualmente, junto al también arquitecto Vicente Guallart, en la creación de Terrazas para la vida, un edificio en Barcelona que será el bloque de viviendas sociales más alto del país y que superará al Cirerers, con ocho plantas, además de la baja, y un invernadero solar en la cubierta de 10 metros de alto.

Si ese edificio, cuya estructura tardará en construirse alrededor de un mes, estuviese formado por los materiales habituales, "se multiplicarían por cinco o por seis" los tiempos de obra. No obstante, la edificación con madera "exige una reestructuración de la totalidad del proceso", desde las estrategias industriales a la obra, expone Federico Sáez Baos.

La industrialización de estas técnicas permite que las constructoras avancen en "dos líneas paralelas", la de fabricación y la de construcción, asegura José María Quirós, delegado de Industrialización de AEDAS Homes, que ha presentado recientemente la promoción industrializada Fioresta en Alicante junto a la constructora 011h.

Los expertos consultados por EL PERIÓDICO DE ESPAÑA coinciden en que la velocidad a la que se construyen los edificios de madera maciza industrializada permitiría que el parque público de vivienda aumentase en menos tiempo, para así acercar a nuestro país a la media europea.

Actualmente, en España sólo el 2,5% de la vivienda es de protección oficial, recuerda Eduardo González de Molina, investigador doctoral de la Universidad Pompeu Fabra sobre políticas de vivienda. En cambio, la media europea se sitúa en el 9,3%, aún alejada del 30% de Países Bajos o del 24% de Austria, como reflejan datos del Boletín Especial de la Vivienda Social de 2020.

Además de los edificios que se están construyendo en Cataluña, el Ayuntamiento de Madrid está impulsando otro proyecto de vivienda protegida de madera en el barrio del Aeropuerto. La propuesta Petit Village ganó la segunda edición del concurso Reinventing Cities, cuyo objetivo es recuperar espacios degradados. Desde el Área de Urbanismo han lanzado una licitación en esta legislatura para construir 2.000 viviendas a precio asequible, en la que se valorarán los nuevos sistemas de industrialización y sistemas constructivos que ayuden a reducir los plazos de edificación.

El papel de los consistorios para priorizar las propuestas más sostenibles y rápidas es muy relevante de cara a que se puedan construir más viviendas de madera con ayuda pública. El Ayuntamiento de Barcelona, en concreto, "exige a las empresas que utilicen más materiales climáticamente sostenibles, como la madera", apunta Eduardo González de Molina. "Es el sector público, mediante el mecanismo de la contratación, el que está moldeando el mercado para que empiece a utilizar este tipo de técnicas", añade. 

Cortar madera y plantar más

Este material contribuye a resolver los dos grandes retos que actualmente tenemos como sociedad, dice Daniel Ibáñez: el cambio climático y la población creciente. La madera es "la mejor herramienta que tenemos" para eliminar los residuos de CO2 que hay en el ambiente porque absorbe las partículas que hay en la atmósfera y las transforma. "Resta carbono atmosférico", porque tiene la capacidad de absorberlo.

José María Quirós recalca que "la madera es el material de construcción más sostenible que existe". Se fabrica en la naturaleza y es totalmente reciclable al final de su vida útil, así como biodegradable.

Existe una percepción de que, al construir edificios de madera, se van a vaciar los bosques, pero "es exactamente lo opuesto", dice Ibáñez. "Lo que está demostrado es que, cuanto más se construye en madera maciza industrializada, más se cuida el bosque en esos territorios para mantener bosques productivos, que puedan crecer más y que puedan seguir secuestrando más carbón y generando más materialidad", señala.

En Austria, donde se emplea más madera para este fin, la masa forestal ha crecido. Cada vez que se cortan árboles para construir casas, se plantan más. La reforestación y la vigilancia constante de esos bosques reducían las posibilidades de que se produjese un incendio que dejase a una zona sin vegetación, como ocurrió el verano pasado en España.

El miedo al fuego no se limita únicamente a los bosques. También se instala en el interior de las casas y en el exterior. En España, "vamos atrasados" en este asunto, mientras que en otros países de Europa ya cuentan con medidas específicas contra los incendios para los edificios de madera, apunta Federico Sáez Baos.

En el continente, las construcciones de madera de hasta seis plantas tienen aspersores en las viviendas para que se sofoque el fuego en el punto en el que empieza. Lo que se encuentra dentro del inmueble "arde inmediatamente", pero la madera de la estructura tarda más y presenta los mismos problemas que "si el edificio fuese de hormigón o de acero, como ocurrió con el edificio Windsor, que era de acero y se derritió", razona.

Esos materiales "no parecen las mejores alternativas", dado que, al aumentar la temperatura, los 'huesos' de acero que están dentro del hormigón se dilatan y rompen la estructura. Actualmente, en España, la normativa es "prescriptiva y no prestacional", critica el profesor del Instituto de Formación del COAM.

El temor a los agentes externos se prolonga también hacia las lluvias, puesto que la madera es sensible a la humedad. La solución no es excesivamente complicada: la estructura de los edificios de madera se recubre de una fachada que mejore la impermeabilización de lluvias.

"Ahora mismo, todos los edificios construidos en madera están demostrando una durabilidad estupenda y unas prestaciones de estructura y aislamiento igualmente estupendas que cualquier otra construcción", sostiene Daniel Ibáñez.

Para el líder de la red MASS-MADERA, "la madera funciona muy bien siempre que está ventilada o no esté en contacto con superficies húmedas". Por ello, las cimentaciones generalmente deben ser de hormigón y, sobre ellas, se monta la estructura de madera.

"El acero y el hormigón dan prestaciones muy buenas para la edificabilidad, pero el costo ambiental de producirlos es extremadamente elevado", destaca Ibáñez. Estos materiales se crean en hornos gigantes que generan una cantidad de emisiones "brutales", pero pueden combinarse con la madera para construir un edificio más estable y robusto ante los agentes externos.

Ensamblaje de los componentes de madera de 011H.

Ensamblaje de los componentes de madera de 011H. / 011H

Falta madera en España

Aunque "sobre el papel", la madera se convierte en la opción más interesante, existe en nuestro país un problema crucial que complica la construcción a alto rendimiento de este tipo de edificios: faltan suministros.

El bosque tiene una capacidad limitada y en estos momentos no hay material para construir un parque de vivienda pública tan basto. En España, "tenemos algo de producción, pero el grueso de la madera que se está empleando viene del resto de Europa, de Francia, de Austria, de Alemania o de Finlandia. Es un material que, en un 70 u 80%, hay que traerlo de fuera", dice Sáez Baos.

"La industria española está haciendo un esfuerzo por incorporarse al proceso, pero el problema es que nosotros no tenemos los bosques que hay en Austria, los que hay en Finlandia y la materia prima siempre será más reducida de suministrar con producto nacional que con producto centroeuropeo", añade. España se encuentra a la cola del proceso, porque hay mucha demanda de este material dentro y fuera del continente.

Entre los meses de enero y mayo de 2019, 2020, 2021 y 2022, las importaciones de Austria y Finlandia a España de productos de madera, corcho, cestería y espartería asciende a más de 65,2 millones de euros, mientras que las exportaciones se encallan en los 7,4 millones de euros, según datos provisionales del Ministerio de Comercio.

Industrialización de los componentes de madera de 011H.

Industrialización de los componentes de madera de 011H. / 011H

Trabajo en fábricas y no en la calle

España acucia una falta de tejido industrial para hacerse cargo de la producción industrializada de viviendas, ya sea de madera o de otro tipo de material. Las fábricas generan módulos que salen listos para ser ensamblados para proyectos más complejos o para otros más pequeños, como baños.

"Ahora no se puede dar cobertura a grandes proyectos", afirman fuentes del sector, por lo que sólo el 1% de las viviendas que se hacen en España están totalmente industrializadas. Señalan que se trata de una oportunidad económica para el sector secundario, ya que se pueden "aprovechar" los fondos europeos, que valoran la innovación y la sostenibilidad.

Asimismo, el trabajo en las obras a pie de calle "se está acabando", dicen estas mismas fuentes. La población activa apuesta más por buscar empleo en fábricas, esto es, en un lugar fijo y bajo techo. "No hay otro camino que la industrialización porque no hay mano de obra", apuntan. 

La transformación del sector de la construcción hacia la industrialización la está fomentando el sector público, principalmente, que es el que "está apostando por nuevas fórmulas de edificación", mientras que el privado va "retrasado", concluye Eduardo González de Molina, que compaginaba en la última legislatura de Ada Coalu su puesto como investigador en la UPF con su trabajo en la Gerencia de Vivienda del Ayuntamiento de Barcelona.