ENERGÍA

Poner la lavadora por la noche ya no es lo más barato

La compensación por el tope al gas eleva el precio de la luz a horas nocturnas y amenaza los hábitos recién adquiridos por muchos consumidores

Una cesta con ropa.

Una cesta con ropa. / Unplash

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Poner una lavadora por la noche ya no es sinónimo de ahorro. Un año después de que el Gobierno y la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) revolucionasen la factura eléctrica al dividir el precio de la luz según la hora del consumo y cuando muchos consumidores habían adaptado ya sus hábitos para consumir electricidad por la noche, la denominada 'excepción ibérica' da un vuelco a una realidad que ha durado poco. El periodo nocturno pasa a ser uno de los más caros del día, después de la hora punta por excelencia, entre las 21 y las 22 horas, mientras que el periodo de precios bajos se reduce a las primeras horas de la tarde, entre las 15 y las 17 horas.

El motivo de este cambio es porque la compensación por el tope al precio del gas en el mercado eléctrico es más elevada en las horas de menor consumo (por la noche) que en las de mayor consumo (por el día). “Por la noche, como no hay energía solar y ha sido un mal año hidrológico, si hay poco viento, las energías fósiles ocupan un porcentaje muy alto de la generación y al dividir la compensación de esa hora entre los consumidores, al ser pocos esta (compensación) resulta muy alta”, explica el director general de Transición Ecológica de la Comunidad Valenciana, Pedro Fresco.

No hay más que ver cualquiera de las gráficas que publica diariamente el operador del mercado ibérico (OMIE) sobre esta compensación para entender el efecto. El precio más alto siempre suele ser entre las 4 y las 6 de la mañana y el más bajo entre las 15 y las 17 horas. Esto es así porque a primera hora de la tarde suceden dos cosas, la demanda es mayor, por lo que el importe de la compensación está más repartido, pero sobre todo porque es el periodo con mayor generación solar y, por tanto, menor generación fósil.

Puede haber días que esa tendencia varíe. La clave es el viento porque por la noche no hay sol. Pero Fresco avisa que el verano no es una época especialmente ventosa, “a no ser que haya una borrasca”, por lo que se pueden prever precios nocturnos en las próximas semanas que se mantendrán altos para la compensación. Otras cosa diferente será lo que ocurra en otoño, cuando la eólica empiece a funcionar a pleno rendimiento. Entonces, es probable que el porcentaje renovable se acelere y la compensación sea inferior. “El verano no es lo ideal para el mecanismo, lo normal es que funcione mejor según vayan pasando los meses”, añade.

El precio que paga por la electricidad un consumidor regulado con una tarifa PVPC está formado por tres variables principales: el precio del mercado diario (subasta), que suele ser normalmente más barato por la noche que por el día; el precio de los peajes y los cargos, que son más elevados durante el día que por la noche y que ahora están contenidos para evitar un mayor incremento en el precio final, y el precio de la compensación a las centrales de ciclo combinado por la diferencia entre el tope al gas y el coste real, que es más caro por la noche que por el día.

El resultado de esta ecuación dependerá de la cantidad de generación fósil del día, del precio del gas y del número de consumidores afectados por el ajuste de la compensación al gas. Tal día como hoy es más barato poner una lavadora entre las 10 y las 13 horas (en plena hora punta) que haberla puesto entre las 3 y las 8 de la mañana (hora valle). “Ya no será la lavadora a las 3 de la mañana, ahora es mejor a las 3 de la tarde”, confirma Fresco.

Un año de cambios

El Gobierno y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tardaron dos años en crear el mecanismo que establecía tres franjas horarias –hora punta, de 10 a 14 y de 18 a 22 horas; hora llana, de 08 a 10, de 14 a 18 y de 22 a 00 horas y valle, de las 00 hasta las 08 horas, días festivos y fines de semana--. El sistema tuvo una enorme controversia porque las horas de mayor consumo eran las más caras y las de menor consumo, las más baratas, pese a que ese es precisamente su objetivo: fomentar el cambio de hábito de los consumidores para, así, aligerar la curva de carga de la red eléctrica.

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Sin embargo, la fatal coincidencia entre su entrada en vigor y el alza de los precios del gas natural (por la reducción del flujo de Rusia) llevó al Gobierno a que estos tramos se mantuvieran menos de cuatro meses: de junio a septiembre. El 14 de septiembre, con varios récords de la luz sobre las espaldas, el Ministerio para la Transición Ecológica puso en marcha nuevas medidas para reducir el precio de la factura eléctrica. Entre ellas, la reducción del 96% de los cargos del recibo, que se asumirían con el recorte de los ‘beneficios caídos del cielo’ a las eléctricas, aunque el recorte nunca fue tal y que hizo desaparecer las diferencias de precios entre horas aunque la noche seguía siendo el periodo más barato del día.

En enero de este año, el Ejecutivo redujo esa rebaja del 96% de los cargos al 30,9% y eso llevó a las franjas horarias a mantenerse desaparecidas, aunque las horas punta se elevaron ligeramente por encima de los tres meses anteriores, pero muy lejos de los precios del periodo punta de junio de 2021. Lo más barato seguían siendo las horas nocturnas, aunque empezó a unirse entonces también la primera parte de la tarde (entre las 15 y las 17 horas) por la entrada en generación de nueva energía solar. Ahora, el mecanismo ibérico vuelve a forzar un cambio en las reglas del juego y la noche desaparece como un periodo barato para dejar solo a la tarde.