Banca

Los bancos reservan 49.000 millones para cubrir impagos en plena guerra

Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankinter cuentan con créditos deteriorados por 72.000 millones

Archivo - Entrada a una oficina de Banco Sabadell en Madrid.

Archivo - Entrada a una oficina de Banco Sabadell en Madrid.

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Gemma Martínez

Los bancos también tienen sus huchas. Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankinter guardan más de 49.800 millones de euros para protegerse de la morosidad de sus clientes en un contexto de incertidumbre económica por el impacto de la guerra de Ucrania. Este es el importe de los fondos para insolvencias que los cinco disponen al cierre del primer trimestre del año. 

La cifra supone un incremento del 2,9% respecto al trimestre anterior, el cuarto de 2021, periodo en el que la economía crecía por la remisión de la pandemia, la mejora del mercado laboral o el despliegue de los fondos europeos. Tampoco se había producido todavía la invasión de Ucrania por Vladímir Putin. Ahora, en cambio, las entidades reconocen en sus cuentas que el optimismo que tenían a final del año pasado se modera.

Los fondos para insolvencias sirven para mitigar el riesgo de crédito de los bancos, es decir, la posibilidad de que los clientes a los que conceden financiación, ya sean empresas o particulares, incumplan sus obligaciones o se retrasen en el pago. Si este es el caso, los créditos de esos clientes reciben la calificación de dudosos y deben ser sometidos a vigilancia por parte de las entidades financieras. Éstas también están obligadas por ley a dotar los citados fondos con los que protegen la calidad de sus balances del impacto de las insolvencias de los clientes. La normativa fija una parte mínima obligatoria a desembolsar, que después las entidades pueden ampliar voluntariamente por criterios de prudencia.

De este modo, el aumento de la hucha de los cinco grandes bancos registrado durante el primer trimestre del año se produce en paralelo al crecimiento de los créditos dudosos. Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankinter cuentan con préstamos en esta condición por unos 72.000 millones de euros a 31 de marzo, un 4,8% por ciento más que tres meses antes. Al contar con más créditos deteriorados, han tenido que aumentar el colchón contra la insolvencia.

La mayor protección también coincide con cambios legales por parte de los reguladores, que, en algunos de los mercados que operan las entidades financieras, obligan ahora a un reconocimiento más temprano del deterioro de los activos. 

La invasión de Ucrania "tendrá un impacto sustancial tanto en la actividad económica como en la inflación, a través del encarecimiento de la energía y de las materias primas, un mayor tensionamiento de las cadenas de suministros globales y un deterioro de la confianza de los agentes", indica CaixaBank, que ha revisado a la baja el crecimiento del PIB español para 2022 hasta el 4,2% desde el 5,5%.

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El golpe en la economía será asimétrico, por regiones, y se espera una clara incidencia negativa sobre los países europeos. "A nivel sectorial, aquellos sectores intensivos en energía con mayor dependencia del gas, así como los que usan gas natural como insumo son los que muestran una mayor sensibilidad a este nuevo entorno. Destacan el aluminio, papel, acero y vidrio a nivel general, y la química básica, materiales de construcción y fertilizantes específicamente por el gas", afirma BBVA.

La preocupación por la calidad de los activos de las entidades ya viene siendo advertida por organismos como el Banco de España, que en su último informe de estabilidad financiera destaca que en 2021 la banca acumula 94.000 millones en créditos con alto riesgo de impago. Esta cifra equivale al 8,1% de la financiación que tenían concedida a empresas y hogares.