CRISIS ENERGÉTICA

Diez millones de hogares afrontan otro año de subida récord del precio de la luz

  • El mercado de futuros y el fin de la rebaja de impuestos del recibo en abril anticipan que la tarifa regulada de luz puede subir un 45% en 2022 si no hay más medidas del Gobierno, tras marcar su máximo histórico el año pasado.

  • El Gobierno trata de atajar la subida con una reforma de la retribución que reciben parte de las renovables, sacando de la factura costes de las energías verdes y recortando ingresos extra de las eléctricas por el CO2.

  • El Ejecutivo deja la puerta abierta a prolongar la rebaja de impuestos del recibo y a rebajar aún más los cargos de la factura si es necesario. 

Una torre de la red de transporte de electricidad.

Una torre de la red de transporte de electricidad. / efe

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Más de 10,5 millones de hogares se enfrentan a un 2022 con otra subida récord del precio de la luz y asumiendo el pago del recibo más caro de la historia, después de que el año pasado se marcaran máximos históricos. Son en torno a cuatro de cada diez de todos los clientes domésticos del país y son los que tienen contratado el suministro eléctrico con la tarifa regulada, que tradicionalmente es más barata que las tarifas del mercado libre que ofrecen las compañías eléctricas, pero que el año pasado no fue así y muy probablemente el actual tampoco lo será.

El precio que se paga en la tarifa regulada depende directamente de la evolución del mercado mayorista eléctrico, que es justo el que se instaló el año pasado en una espiral permanente de subidas con máximos históricos desde el verano (con casi 383 euros por megavatio hora, MWh, como récord) y que este año sigue en niveles elevados (en el entorno de los 200 euros por MWh de manera consistente). Con el mercado mayorista (conocido como pool) desbocado por el encarecimiento de los mercados de gas y de los derechos de emisión del CO2, lo que pagan los hogares con tarifa regulada amenaza con marcar otro récord en el conjunto de este año.

Un cliente tipo con tarifa regulada -con una potencia contratada de 4,4 kilovatios y un consumo anual de 3.500 kWh- pagará en el conjunto de este año 1.356 euros, un 45% más que en el año anterior, según el cálculo Francisco Valverde, consultor energético de Menta Energía, con los datos reales de precios hasta ahora y una estimación hasta fin de año basada en el mercado de futuros y el impacto de las medidas del Gobierno aprobadas hasta ahora para contener la subida. En 2021 el coste de la tarifa regulada ya registró un incremento del 43%, hasta los 936 euros para un cliente con esas características tipo.

Los mercados de futuros -donde las eléctricas y los traders compran y venden electricidad con entrega en un plazo establecido y sirven para anticipar los precios esperados por el sector para semanas y meses posteriores- auguran que los precios altos persistirán durante todo el año. Las cotizaciones actuales para los próximos meses y trimestres anticipan que el precio de la electricidad seguirá en el entorno de los 200 euros por MWh todo el ejercicio, y hacen temer que el precio medio del pool puede acabar este año prácticamente duplicando el precio de 2021.

De momento, las medidas en vigor aprobadas por el Gobierno para contener la subida de la luz se circunscriben a una rebaja de impuestos incluidos en el recibo hasta abril (IVA, impuesto especial de la electricidad y del impuesto del 7% a la producción eléctrica) y al recorte de un 30% de media de los cargos que se incluyen en la factura durante este año. Si no hay más medidas, los clientes con tarifa regulada se exponen a un fortísimo encarecimiento de sus recibos.

El resto de clientes domésticos que no tienen tarifa regulada, los 16,2 millones de hogares con tarifas del mercado libre, pagarán el precio que han firmado con sus compañías eléctricas. La mayoría cuentan con un precio estable y fijo, y de momento no les ha afectado las subidas desorbitadas del mercado eléctrico (previsiblemente les acabará impactando más adelante, en la próxima revisión de las tarifas, que generalmente es anual o bienal).

Sin fecha para el fin de la subida

Hasta hace unos meses, inversores, analistas y el propio sector energético anticipaban que la espiral de subidas de los precios del gas y de la electricidad se templarían en primavera, confiando en que en marzo o abril habría un punto de inflexión que contendría las alzas. Unas previsiones que ya nadie mantiene y ya se maneja el escenario de altas cotizaciones durante todo 2022.

“No me atrevo a poner una fecha de fin a la escalada de la luz”, reconocía la vicepresidenta Teresa Ribera en una entrevista publicada en EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Y augurando que los altos precios de la energía se mantendrán más tiempo del que se manejaba, el Gobierno no descarta prolongar algunas medidas (singularmente las rebajas de impuestos de la factura eléctrica) o profundizar en otras (como aprobar mayores rebajas de la parte regulada del recibo).

“Me preocupa el impacto en el ámbito doméstico en España y ahí seguiremos trabajando sobre todo en la parte fiscal. No hay que prejuzgar hasta cuándo”, apuntaba Ribera. Y también “podríamos cubrir costes fijos del sistema, como los cargos. Éstos aparecen en la factura de la luz, junto al consumo de energía, la fiscalidad y los peajes. Ya rebajamos los cargos pero es legítimo plantearse si hay que reducirlos más”. En los últimos meses de 2021, el Ministerio aprobó una drástica rebaja extraordinaria del 96% de los cargos (que sirven financiar costes de la retribución de las renovables, el pago de deuda o el sobrecoste de los territorios extrapeninsulares) para combatir la subida del recibo.

Otras medidas

El Gobierno abre la puerta a mantener esas medidas ya en vigor, pero también trabaja en otras iniciativas que servirían para contener la subida de la factura. Transición Ecológica negocia de nuevo -lo intentó sin éxito el año pasado- con asociaciones del sector de renovables revisar la retribución y reducir los ingresos extra que reciben parte de las energías verdes por la subida de la electricidad.

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Se trata de las instalaciones del régimen retributivo específico de renovables, cogeneración y residuos (Recore), las que antes de recibían ayudas en forma de primeras por su producción y que ahora cuentan con una rentabilidad garantizada del 7,1% ligada a la inversión realizada. La revisión de la retribución se realiza cada tres años y la siguiente toca a finales de 2022, pero el Gobierno pretende adelantarla para destinar parte de los ingresos extraordinarios a bajar el recibo.

Por otro lado, el Gobierno prevé nuevos ingresos que recibirá el sistema eléctrico gracias a dos leyes que ahora están en tramitación en las Cortes y que deberían estar en vigor en la segunda mitad del año. El Gobierno pretende poner en marcha el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE), con el que se trasladará parte de los costes para pagar la retribución de las energías renovables reguladas del recibo de luz para cargarlo a petroleras o gasistas. También está tramitándose el proyecto de ley para la minoración de los ingresos de las eléctricas por el CO2 no emitido por nucleares, hidroeléctricas y eólica. En total, ambas leyes permitirán unos 1.140 millones extra que dejan de cargarse a la factura.