CRÍTICA

‘El viaje inútil’, de Camila Sosa Villada: la escritura como viaje

La autora transita por el género autobiográfico para situarlo en el terreno de la indagación y de la reflexión

La escritora Camila Sosa Villada.

La escritora Camila Sosa Villada. / EPE

Anna Maria Iglesia

Decía Jorge Luis Borges que la literatura es un acto de amor; lo recuerda Camila Sosa Villada (La Falda, Argentina, 1982) en las páginas finales de El viaje inútil, páginas donde reconoce que ese acto de amor al que se refería el escritor bonaerense es ante todo un acto hacia uno mismo. La autora se da cuenta de ello releyendo sus primeros textos, que le descubren «que madurar no siempre es mejorar. Que por mucho que pasen los años la escritura no es mejor ni peor, solo cambia. Que todo esto que escribo no es más que un acto de amor para conmigo misma y que a veces soy tan estúpida que no puedo verlo».

Escrito antes de Las malas, novela con la que la escritora argentina fue reconocida con el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, y, sin embargo, publicado posteriormente, El viaje inútil es un breve texto que se mueve entre lo autobiográfico y el ensayo, un texto en el que lo autobiográfico está estrechamente ligado a la escritura.

'El viaje inútil' es de un texto perfecto que se lee lápiz en mano y cuyos bordes se llenan de anotaciones

Porque si Walter Benjamin construía su retrato y su biografía a través de los libros de su biblioteca, Sosa Villada construye este relato de su vida a través de su relación con la escritura, una relación en la que, evidentemente, aparecen los libros y esos primeros autores –Marguerite Duras, Carson McCullers, Truman Capote–, pero que tiene su origen en sus padres, en esa madre que le enseña a leer y en ese padre que le enseña a escribir: «Enseñarme a escribir es el gesto de amor que mi papá tiene para mí. Cuando yo anticipaba una respuesta o lo sorprendían mis avances respecto a la escritura, él daba saltos de alegría», recuerda la autora, para la cual su necesidad de escribir se resume en esa «imagen de un padre con su cría, ocupándose de ella, protegiéndola del analfabetismo, del no saber leer, que debe ser de las cosas más tristes del mundo».

Punto de encuentro

La escritura es el punto de encuentro entre el padre y la niña, pero es también el espacio en el que se materializa la separación entre ambos: «Partimos de ese gesto de amor y terminamos muy lejos el uno del otro. Yo acabo por ser todo lo que mi papá nunca hubiera querido para un hijo». De esta manera, en la historia de su escritura Sosa Villada imprime su propia historia, una no se entiende sin la otra: no solo porque la escritura es aquello que la une y la separa de su padre, sino porque la escritura es el espacio del tránsito que, en el caso de este libro, es múltiple: se refiere al tránsito de varón a mujer de la autora, pero también al tránsito entre presente y pasado en la reconstrucción de una vida y, asimismo, al tránsito de la propia escritura, que, como señalaba la autora, no mejora, pero se modifica.

El alcoholismo del padre, la precariedad económica, la soledad y la protección de la propia habitación, la tristeza infantil que se postergó a lo largo de los años, el ejercicio de la prostitución en los primeros años universitarios, los primeros textos, el éxito en el teatro… Sosa Villada repasa todos estos episodios de su vida y su narración está atravesada por la indagación en el ejercicio de la escritura.

«Escribir implica una rebeldía porque escribir supone la reflexión. Y la reflexión es inadmisible en tiempos de producción. Conlleva una pausa, volver a los recuerdos, volver a una misma». Transita por el género autobiográfico para llevarlo a otro lugar, para situarlo en el terreno de la indagación y de la reflexión, para convertirlo en un gesto de rebeldía y de crítica a través de una escritura que no solo quiere narrar, sino que ensaya y se piensa a sí misma. El viaje inútil es de un texto perfecto que se lee lápiz en mano y cuyos bordes se llenan de anotaciones por todo aquello que sugiere al lector.

El viaje inútil

Camila Sosa Villada

Tusquets 

112 páginas

18 euros