CRÍTICA
'Caledonian Road', de Andrew O’Hagan: como Dickens
El autor escocés plasma en esta novela una ficción creíble del Londres actual, una comedia humana británica de nuestro tiempo con todos los ingredientes

El escritor Andrew O'Hagan, autor de 'Caledonian Road'. / Tricia Malley
Luis M. Alonso
King’s Cross cambió de la noche a la mañana, escribe Andrew O’Hagan (Glasgow,1968). Significa más que un simple lugar. Evoca terribles contrastes: nuevos y elegantes edificios de cristal, personas vulnerables comprando drogas saliendo de la comisaría, niños sin hogar en sacos de dormir desalojados por la Policía, etcétera. Ese Londres de O’Hagan emerge como un lugar de oportunidades, hipocresía y creciente desigualdad: un mercado de valores de cualquier reputación con hambre insaciable de novedad. Es el Londres post brexit, dickensiano a su manera. Turbio y aturdido. Algunos han comparado "Caledonian Road" con "La hoguera de las vanidades", que Tom Wolfe escribió en el siglo pasado sobre el Nueva York de los años ochenta. No se puede negar que existan semejanzas; ambos autores emprendieron sus carreras en el periodismo y sus novelas abren suficientemente el foco para presentarnos múltiples escenarios y un nutrido elenco de personajes provenientes tanto de la alta como de la baja sociedad. Dickens y Balzac perviven en ellas. Pero "Caledonian Road", acorde con los tiempos, refleja un panorama mucho más sombrío que aquel otro retablo neoyorquino disparatado de Wolfe, con figuras como sacadas de un guiñol. La novela de O’Hagan solo podría parecerle surrealista a cualquiera que no estuviera al tanto de lo que sucede en nuestros días. Por ejemplo a un marciano que pusiese los pies en la Tierra, pero no a los terrícolas avisados, mucho menos a los británicos que han considerado "Caledonian Road" como una traslación literaria del debate sobre el estado de la nación. Algo parecido a lo que, con otro sentido del humor, hizo Jonathan Coe respecto al brexit en "El corazón de Inglaterra" (2018).
La creíble ficción de la novela de O’Hagan abarca todos los aspectos de la década de 2020: oligarcas rusos, camarillas artísticas elitistas, pandillas urbanas, éxito, fracaso, vergüenza, crisis inmobiliaria, inmigración, luchas de clases, enfermedad, relaciones que nacen y mueren, crimen, carreras profesionales, cancelación, corrupción, drogas, verdad y mentira. Describe una Gran Bretaña dividida política, económica, racial y culturalmente, aunque en ningún momento defiende una perspectiva específica ni revela de un modo abierto un único punto de vista. Al contrario de lo que ocurre con "Mayflies", su anterior novela, una obra de cámara en vez de una sinfonía coral; la interpretación queda a criterio del lector, aunque tímidamente se pueda llegar a sospechar que el escritor escocés interpela a algunos de los protagonistas como si quisiera salvarlos de sí mismos o del peligro al que otros los conducen.
Del mismo modo que el autor, el protagonista, Campbell Flynn, procede de la clase trabajadora. Ha dejado su triste infancia atrás. Cincuentón, profesor universitario, ahora viste trajes de Savile Row y es un famoso historiador de arte. Ha alcanzado una elevada posición social gracias a su intelecto, sus agallas y alianzas, en particular el matrimonio con Elizabeth, cuya madre es condesa. Su cuñado es duque y hace tratos con oligarcas rusos. De Flynn se sirve O’Hagan para ir planteando las preguntas que asoman por las páginas y que el protagonista pretende responder por medio de un libro de autoayuda. Campbell Flynn entabla relación con su alumno más destacado y transgresor, Milo Mangasha, que lo asesora sobre algunos aspectos oscuros de la vida subterránea. En medio de una crisis existencial, crece la incertidumbre que le lleva a cuestionarse sus privilegios y también su papel dentro del statu quo. Revolotean constantemente los asuntos que se han debatido en los medios británicos en los últimos años, desde la propiedad de arte extranjero hasta el dinero ruso en Londres, y todo ello se somete a escrutinio. De ahí que la novela de O’Hagan no haya dejado de ser la comidilla en el Reino Unido desde que se publicó en 2024. La trama es ingeniosa, por llamarlo de alguna manera está poblada de ideas de nuestro tiempo y al estar tan pegada al terreno da que hablar. Mayor mérito si se tiene en cuenta que son muchos los autores contemporáneos que han intentado, sin conseguirlo, atrapar el espíritu de una época. Andrew O’Hagan, en cambio, se consolida como un escritor sensible a la comedia innata de la experiencia humana, a lo bueno y lo malo, lo feliz y lo triste. Son casi 700 páginas bien escritas para llenar las horas en los días largos que se avecinan del verano y el tiempo de vacaciones. ¿Qué más se puede pedir?

Caledonian Road
Andrew O’Hagan
Traducción de Rubén Martín Giráldez
Libros del Asteroide, 664 páginas, 29,95 euros
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