CRÍTICA
‘El vuelo del hombre’, de Benjamín G. Rosado: variaciones entre lo real y lo posible
Esta novela, con la que el autor ganó el premio Biblioteca Breve 2025, es un juego donde el final de una historia es el principio de la siguiente

El escritor Benjamín G. Rosado, autor de 'El vuelo del hombre', premio Biblioteca Breve 2025. / Javier Salas
Ricardo Baixeras
Es francamente difícil escribir una reseña de esta novela de Benjamín G. Rosado (Ávila, 1985), con la que ha conseguido el premio Biblioteca Breve 2025, sin desvelar la trama de la misma o sin querer contar el centro neurálgico del libro. No poder hacerlo indica el modo en que Rosado ha querido pergeñar las tramas que conforman esta novela que juega hasta la extenuación con la noción misma de lo que supone contar una historia.
El vuelo del hombre es una suerte de poliédrica narración ensamblada bajo el molde de Las mil y una noches en la que se narra la historia de Diego Marín, filólogo que, tras un viaje a Valparaíso en busca del origen perdido del lenguaje con la pretensión de realizar una tesis doctoral en relación con la disparatada hipótesis de que ese origen está en relación con el vuelo de los pájaros, cambia de rumbo y se convierte, por arte de birlibirloque, en el autor de una primera novela –Ciudad Café– con la que obtiene un éxito brutal. Paralizado en la dificultad legendaria de escribir un segundo libro e instalado en Nueva York, la llamada de su editor hará que las historias se vayan sucediendo a un ritmo vertiginoso y bajo la forma de un juego especular de narraciones que se conectan unas con otras como si la clave de la partitura musical que se está interpretando fuera como emparejar una narración con la siguiente.
Metaficción
En la selva de Colombia, Marín tendrá que averiguar y escribir sobre la desaparición y muerte de quien ha logrado con su novela algo que «solo podía leerse como un instrumento del destino, una profecía que, tarde o temprano, acabaría cumpliéndose». Ciudad Café se había convertido en una espada de doble filo: éxito pero también «renuncia, desasimiento y muerte». O lo que es lo mismo: la ficción colándose indiscriminadamente en la realidad haciendo que aquel libro más que un final tuviera «también una finalidad» en esa pretensión de Rosado de convertir su libro (¿el real? ¿el imaginario?, ¿el que ha ganado el Premio Seix Barral?, ¿el que lleva a la muerte al autor de Ciudad Café?, ¿el que estamos leyendo?, ¿el que está escribiendo Diego Marín?) en un continuo juego de variaciones musicales donde el final de una historia es el principio de la siguiente. En eso Rosado nos ha ganado porque ha sabido mantener el flujo constante entre lo real y lo posible.
La idea del plagio, de cómo la vida imita la literatura, la idea del destino, de la ambición literaria en torno a un primer libro, de la fuerza de la metaficción, de cuál es el origen perdido del lenguaje, de qué significa contar una historia, de cómo el azar domina la existencia y de cómo la idea de la subjetividad no es más que una impostura que a todos nos habita son asuntos que atraviesan El vuelo del hombre. Y todo ello bajo el influjo de una estructura no lineal evocando un tiempo discontinuo y fragmentado insuflando a la narración un continuo vaivén de idas y venidas a las que hay que estar atentos porque ahí radica la lógica imposible del libro: los hechos del pasado tienen una conexión no evidente con los del presente y descubrir esa lógica en el rompecabezas de la obra, incluso en su final, tiene algo de inevitable enfatizando que «para que la vida pueda ofrecernos finales alternativos, estos han de ser contados».

El vuelo del hombre
Benjamín G. Rosado
Premio Biblioteca Breve 2025
Seix Barral
376 páginas
20,90 euros
- Castañuelas y zapateos a Eurovisión: la 'vieja España' de Melody gana el Benidorm Fest con un batiburrillo de clichés
- Isabel Allende: 'Palabra a palabra, libro a libro, voy averiguando quién soy
- Librería Alcaná, donde los libros esperan pacientes
- Crítica de 'Jane Austen arruinó mi vida': a vueltas con el romanticismo
- La marquesa salió a las cinco
- Franco y yo', de Jesús Ruiz Mantilla: nosotros y el hombre al que le gustaba hacerse el bobo
- Cultura española en democracia', de Sergio Vila-Sanjuán: años muy bien aprovechados
- Melody, más clichés a Eurovisión: la nueva versión de 'Esa diva' es aún peor que la original