REPORTAJE

El mundo rural, un fértil campo de cultivo para la novela negra

Dentro del creciente interés por las tramas negras que se desarrollan en el entorno rural, las escritoras Marta del Riego Anta y C. J. Nieto ofrecen una mirada renovada con una clara perspectiva femenina

He venido a hablar de mi libro: Marta del Riego Anta, autora de 'Cordillera'

La escritora Marta del Riego Anta, autora de 'Cordillera'.

La escritora Marta del Riego Anta, autora de 'Cordillera'. / Vincenzo Penteriani

Marta Marne

Si bien la novela negra ha estado históricamente ligada a los escenarios urbanos, en los últimos años hemos asistido a un creciente interés por las tramas que se desarrollan en el mundo rural. Sin desbancar el éxito que tienen las historias que transcurren dentro de los muros de las ciudades (no solo físicos, sino también simbólicos, que representan la segregación y el aislamiento), el interés por lo rural ha ido en aumento en los últimos años.

No obstante, son muchas las novelas que, al abordar tramas rurales, persisten en una mirada que evoca el arquetipo del wéstern: relatos donde el hombre, casi siempre blanco y occidental, subyuga la naturaleza e instaura su propia ley. Este esquema, con sus variaciones, mantiene paralelismos inquietantes con la novela urbana, donde también se busca erradicar el caos, imponer la voluntad de unos pocos y subyugar a los más vulnerables.

Bajo esta perspectiva, hay dos elementos que suelen quedar excluidos: lo femenino y lo salvaje. La vida de las mujeres en el campo presenta problemáticas distintas a las de la ciudad, pero su margen de autonomía sigue condicionado por lo masculino. Lo salvaje, por su parte, se concibe como algo que debe ser dominado y regulado, cuando la historia ha demostrado que ciertas transformaciones son más destructivas que beneficiosas: desviar el cauce de los ríos, modificar ecosistemas o alterar la regeneración natural de los bosques, por citar tan solo algunos ejemplos. En muchas de estas narraciones, la lucha no es tanto contra otros seres humanos como contra las leyes de la naturaleza.

Mirada renovada

Como alternativa a esta visión, dos autoras de orígenes dispares —Marta del Riego Anta, de La Bañeza (León), y C. J. Nieto, de Arucas (Gran Canaria)— han creado universos literarios que se alejan de los códigos tradicionales del wéstern y ofrecen una mirada renovada sobre la vida rural. En Cordillera, Nidia, la última pastora trashumante de su linaje, se enfrenta a los desafíos de un entorno hostil y lucha por la supervivencia de su ancestral modo de vida. Mientras tanto, un biólogo —hombre, perpetuando un sesgo de género en el estudio de los grandes carnívoros— llega al pueblo para observar el comportamiento de los osos.

En Gambuesa, Jorge, un observador casual, nos adentra en el fascinante mundo de las apañadas y nos muestra la vida de las cabras majoreras semisalvajes que habitan las costas de Fuerteventura. Aunque esta historia de fondo cobra protagonismo, la novela también explora conflictos territoriales, la lucha por preservar la tradición y la precariedad laboral, todo ello desde una perspectiva que desafía los estereotipos del género negro.

En las historias de Marta del Riego Anta y C. J. Nieto se da un mayor peso a lo femenino y se muestra lo salvaje y lo rural en su estado puro

En sus historias, se da un mayor peso a lo femenino y se muestra lo salvaje y lo rural en su estado puro, desde la adaptación en lugar de la dominación. ¿Podemos considerar que la mirada femenina y feminista está redefiniendo la narrativa rural? Según Del Riego Anta, es evidente que sí. En Cordillera, la autora quería que "todos los personajes estuvieran al mismo nivel: los humanos y los no humanos; los osos, las hayas y la montaña; al mismo nivel que la pastora, el biólogo y los ancianos del pueblo. Quería alejarme de la pirámide antropocéntrica donde el ser humano está arriba del todo y la naturaleza a su servicio para explotarla".

La escritora C. J. Nieto, autora de 'Gambuesa'.

La escritora C. J. Nieto, autora de 'Gambuesa'. / ARCHIVO

Nieto reflexiona sobre que "uno de los aspectos de la novela negra es, precisamente, la observación del comportamiento humano. Sin embargo, no suele abordarse la idea de que las personas forman parte de la naturaleza. Partiendo de este hecho se produce una búsqueda de la identidad. Eso no quiere decir que sea un mundo pastoril y bucólico. La vida sigue mostrando sus desafíos y sus conflictos, pero se encuentran otras herramientas para enfrentarlos".

Lo femenino, redefinido

De igual modo, el concepto de lo femenino se redefine en sus novelas. C. J. Nieto crea personajes femeninos complejos y multifacéticos —como Conchi— que desafían los estereotipos tradicionales de la mujer rural. Su lucha contra los problemas de salud mental en el entorno rural resuena con la realidad de mujeres que, como ella, buscan refugio en la naturaleza. Conchi "refleja una realidad que se está produciendo en entornos rurales. Se trata de personas que han sido dañadas por el sistema económico y social, son peones sacrificados. Estas personas vuelven a la vida rural para encontrar la reparación de su salud y de sus vidas. Además, se contrapone a otro personaje que, a priori, disfruta de los beneficios del sistema porque tiene un estatus diferente".

En una línea similar, Del Riego presenta a Nidia, que "es al tiempo la depositaria de una tradición ancestral, como pastora trashumante, y una mujer libre que quiere vivir su vida sin imposiciones. Las mujeres rurales han tenido que romper más tabúes, porque la rural es una sociedad más conservadora que la urbana. Y muchos hombres no están preparados para esa nueva raza de mujeres".

Las mujeres rurales han tenido que romper más tabúes, porque la rural es una sociedad más conservadora que la urbana

Marta del Riego Anta

— Escritora, autora de 'Cordillera'

Y si no están preparados, ¿se recrudece la violencia machista en contextos rurales? ¿Es el campo un escenario de mayor riesgo para las mujeres? Del Riego Anta cree que la violencia machista en el entorno rural "no es peor, simplemente, se tienen más armas al alcance. Escopetas, hachas, azadones. La gente está acostumbrada a trabajar con las manos. Cavar, golpear, cortar. Yo quería que mi heroína devolviera los golpes porque ella también cava, golpea, corta". Con este planteamiento, Del Riego Anta reivindica la capacidad de las mujeres para defenderse, desafiando el rol de víctima indefensa.

A su vez, Nieto afirma que "en determinados ambientes rurales es más difícil encontrar los medios para hacer visible la violencia cuando esta se produce. El sistema (capitalista heteropatriarcal) ejerce más presión sobre las mujeres en todos los ambientes". Y es que la violencia machista es un problema estructural que afecta a todos los ámbitos de la sociedad.

Lenguas minoritarias

Ambas autoras incorporan un elemento distintivo en sus novelas: el uso de lenguas minoritarias. Del Riego Anta explora la riqueza del llionés; para ella, "la lengua construye formas distintas de mirar el entorno. Estructura nuestro pensamiento. Una lengua como el llionés, que nació al mismo tiempo que el castellano, es una riqueza inmensa para un pueblo. En mi novela pretendía que su música, su sonoridad, flotara como una corriente por debajo de las palabras’.

Nieto, por su parte, reivindica el español de Canarias y le parece "absolutamente natural". "Gambuesa es una novela que habla del territorio y de la identidad. No se puede construir una novela así sin prestar especial atención al lenguaje, porque la lengua es parte fundamental de la identidad y de la idiosincrasia de los pueblos y, en este caso, de los personajes. Los límites del lenguaje son los límites del mundo que construimos, ya lo decía Wittgenstein".

No se puede construir una novela así sin prestar especial atención al lenguaje, porque la lengua es parte fundamental de la identidad y de la idiosincrasia de los pueblos

C. J. Nieto

— Escritora, autora de 'Gambuesa'

Dentro de las coincidencias de sus novelas, es imposible pasar por alto el cierre de ambas. A pesar de tratarse de obras de ficción, ambas autoras nos hablan de los peligros a los que nos enfrentamos como seres humanos si dejamos de lado lo rural. ¿Es importante que la ficción aporte su grano de arena, o para eso ya hay otros medios? Del Riego Anta tiene claro que ella es "solo una escritora" y no quiere "soltar discursos morales. Pero no puedo evitar reflejar la realidad, y la realidad es que cada vez nos alejamos más de la experiencia de la naturaleza. Ya no sabemos leer su significado. Yo quiero que la lectora y el lector empaticen con mis personajes, con la pastora, con el biólogo y con la osa, que se metan dentro de su cabeza. Solo así podrán entender el conflicto que describo. En ese sentido, la literatura ayuda a ponerte en el lugar del otro".

Nieto afirma que siempre le "gusta apelar al lector, hacerle ver el grado de responsabilidad que puede tener en la problemática que se trata en la historia. Posiblemente es un acto de provocación y creo que hasta ahí podemos llegar con una novela". Ambas autoras demuestran, así, el poder de la literatura para generar conciencia y promover el cambio social.

Con estas dos novelas, Marta del Riego Anta y C. J. Nieto han abierto un camino poco explorado en la novela negra rural de nuestro país. El enfoque basado en la experiencia femenina y el arraigo por la tierra nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el entorno, con la naturaleza, con la violencia más ancestral que persiste en nuestro mundo y el poder transformador de la literatura. Son buenas muestras de que el género negro no es estático ni estanco, sino en constante evolución, adaptándose a los nuevos tiempos y dando voz a realidades que, aun a día de hoy, siguen silenciadas.

Cordillera

Marta del Riego Anta

AdN

416 páginas

20,95 euros

Gambuesa

C. J. Nieto

Alrevés Editorial

210 páginas

20 euros