PERFIL
Fernando Navarro: narrador gótico, guionista poético
El también guionista publica su primera novela, Crisálida, que nació de un guion para una película que no llegó a hacerse y cuyas reminiscencias lynchianas permiten al autor cuestionar cualquier aproximación ingenua a la naturaleza y abordar los riesgos del fanatismo
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El escritor y guionista Fernando Navarro, autor de 'Crisálida'. / Macarena Pérez
Anna Maria Iglesia
No había transcurrido ni una semana desde que Segundo premio se hizo con el Goya a la mejor dirección cuando Fernando Navarro (Madrid, 1981) llegó a Barcelona para presentar Crisálida. En días pasó de hablar del guion que ha escrito para la película sobre Los Planetas a comentar su primera novela, publicada tres años después del libro de relatos Malaventura. Y la semana pasada viajó a Málaga, en cuyo festival de cine se presentó Tierra de nadie, la película de Alberto Pintó de la que es guionista.
"Durante un tiempo quise convencerme de que la escritura era solo un oficio, pero no es así. Lo que más me gusta hacer es escribir. Para mí es un modo de vida", dice, y prueba de ello es que, pese al trabajo que tenga como guionista, busca tiempo y espacio para desarrollar sus proyectos literarios, sin encargos de por medio. "Pero intento no hacer demasiadas diferencias entre mi escritura literaria y los guiones. El primero que debe estar satisfecho soy yo", comenta Navarro, para quien la libertad es indispensable en cualquier forma de escritura.
"Si bien se aconseja todo lo contrario, mis guiones suelen ser bastante poéticos y en las aportaciones hablo de olores, de sonidos e, incluso, de texturas. Luego el guion se trasforma a la hora de ponerle imágenes y apenas nadie lo lee, porque, como decía Billy Wilder, los guiones suelen terminar siempre en la papelera. Pese a ello, escribo y pienso los guiones de la misma manera en que escribí y pensé tanto los relatos como la novela". En efecto, el origen de Crisálida es un guion para una película que no llegó a hacerse; al morir esa posibilidad, nació esta inquietante y bella novela.
Reinvención
La belleza nace de un paisaje natural tan virginal como oscuro a pocos kilómetros de Granada, ciudad que, como en Segundo premio, el autor reinventa. No le interesa retratar los espacios reales. El bosque en que se desarrolla la trama no existe y es mucho más que un escenario; de reminiscencias lynchianas, permite al autor no solo acercarse al género gótico, sino, y sobre todo, cuestionar cualquier aproximación ingenua a la naturaleza. Parece querer recordarnos, a través del personaje del padre, que aislarse en la naturaleza no salva de ningún mal, porque el mal está en el individuo. Y este mal en la novela está representado por un progenitor que, en nombre de férreos principios, se refugia con su familia en el bosque, convertido en escenario de la violencia extrema: canibalismo, violencia sexual, incesto…
Navarro no está lejos de Margaret Atwood a la hora de escribir una novela que, desde la fantasía, cuestiona la sociedad y el lugar que ocupa la mujer en ella
La novela aborda los riesgos del fanatismo, "de llevar al extremo unos ideales" y, al mismo tiempo, "de la pérdida de la inocencia e, incluso, de la pérdida de la identidad cuando se es sometido a tales violencias", apunta el autor. De ahí el personaje de Nada, la hija objeto de todas las violencias que, pasado los años, está recluida en un sanatorio mental.
Navarro bebe de autoras como Joy Williams, Agota Kristof, Shirley Jackson y Elfriede Jelinek, "que han narrado la crueldad y lo han hecho desde la belleza". El sanatorio representa la pérdida de todo, incluso del propio nombre. "Por esto quería estar acompañado en todas mis presentaciones por una actriz: era la manera de escuchar a Nada. En el fondo, a lo largo de la novela, lo que hace Nada es buscar la voz que le han arrebatado".
Ella es la mujer a la que no solo han enloquecido, sino a la que han tachado de loca. "Ignacio Martínez de Pisón dijo que Crisálida era el Génesis al revés. Me gusta la idea porque significa volver a empezar de cero a la hora de pensar nuestra civilización". Y para ello es esencial restituirle la voz a Nada, que su voz, metáfora de las mujeres, deje de estar encerrada. Aunque no la mencione, Navarro no está lejos de Margaret Atwood a la hora de escribir una novela que, desde la fantasía, cuestiona la sociedad y el lugar que ocupa la mujer en ella.

Crisálida
Fernando Navarro
Impedimenta
272 páginas
21,95 euros
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