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Barcelona

El almacén de ciencia ficción de Penguin Random House

El proyecto lo tenía en la cabeza hace tiempo Núria Cabutí: gestión de 40 millones de libros, salidas diarias del almacén de 300.000 ejemplares en Sant Jordi o Navidad, y de momento sólo se utilizan 30.000 metros cuadrados

El nuevo centro logístico de Penguin en Barcelona.

El nuevo centro logístico de Penguin en Barcelona. / EPE

Las imágenes del nuevo gran centro de distribución de libros de Penguin Random House son de ciencia ficción. Humanos junto a 27 robots con nombre de personajes de cómic, como Mortadelo. Las cifras son también espaciales. Sí, del espacio. Gestión de 40 millones de libros. Salidas diarias del almacén de 300.000 ejemplares en épocas de Sant Jordi o Navidad, y de momento sólo se utilizan 30.000 metros cuadrados. Están preparados otros 10.000 por lo que pueda venir. 8.500 cajas de libros diarias. 24 horas de movimiento libresco. Pongan los calificativos.

El proyecto lo tenía en la cabeza desde hace mucho tiempo Núria Cabutí. Existen ejemplos, pero al lado de este ya todos estarán pasados de moda. Recuerdo haber visitado hace exactamente 30 años un centro de distribución en Holanda. La robótica no estaba tan avanzada y todavía eran operarios instalados en asientos que gravitaban a través de las estructuras metálicas de 20 metros de altura. Esto es más complejo y sencillo. Control total de cada ejemplar y movimiento selectivo a través de la nave industrial que, según las crónicas, superan la imaginación.

El sector editorial tiene muchas fases, desde la creativa hasta la logística o la comercial. Por ello, la invención es tan fascinante. Precisa de un loco o loca escritora que aporree un ordenador en busca de la historia perfecta, de un ingeniero que encaje aquello que necesita precisión y de un matemático que cuadre la cuenta de resultados. Además, una distribución rápida y ágil. Si todo se ajusta, los libros llegan a los lectores. No hace mucho, una distribuidora fracasó en un intento de fusión y aquello tensionó a editores y librerías, y también a escritores que no encontraban sus libros. Ahí radica la importancia de estos proyectos. Buscar la perfección al servicio de la cultura.