CRÍTICA

'No soy un robot', de Juan Villoro: cómo hacer una tiranía digital

El autor mexicano disecciona el poder tecnológico y el nuevo totalitarismo en su último libro

Juan Villoro.

Juan Villoro. / EFE

Antonio González Carrillo

Córdoba

Somos definitivamente seres digitales, vivimos ya en una galaxia digital. La aparición de internet como recurso gratuito se ha ido convirtiendo en un negocio de proporciones insospechadas, donde los usuarios, creyendo que actúan en su propio beneficio, en realidad contribuyen a un botín ajeno. Juan Villoro (Ciudad de México, 1956), extraordinario cronista nos, sorprende de nuevo con su nuevo libro de memorias, cuadernos de viajes y de divulgación de noticias tecnológicas que se titula No soy un robot, que lleva como subtítulo La lectura y la sociedad digital.

Se pregunta Villoro acerca de la repercusión política y social de esta revolución tecnológica y sobre el papel del libro en nuestra época. Es un ensayo autobiográfico como otros escritos suyos como Efectos personalesDios es redondo o el celebrado Sobre el fútbol, en los que huye de toda reflexión especulativa para centrarse en lo concreto.

Trata de las mentiras vitales, sobre cómo circula la información, sobre el reconocimiento facial que nos lleva inexorablemente a lo que llama "la desaparición de la realidad", mostrándose crítico con esta nueva realidad virtual. Sigue Villoro la literatura visionaria de Bradbury, de su puesta en práctica en países avanzados como Corea del Sur y Japón. Preguntándose hacia dónde vamos como ciudadanos y como lectores.

Conversación planetaria

Musk, Bezos y Zuckerberg administran la conversación planetaria. Elon Musk, el magnate sudafricano, amasó una fortuna, se hizo con un nuevo juguete digital X (antes Twitter). Dueño de Space X consideró lógico ir al espacio exterior. Reactivó la carrera espacial. Tímido, inseguro y sin apoyos familiares se construyó un mundo propio a su medida desde una creatividad aislacionista que mide el éxito en dinero. Durante la pandemia propagó mentiras sobre el virus, se opuso a las vacunas y a que los trabajadores de sus fábricas dejaran de trabajar. Apostó por los coches eléctricos con su compañía Tesla e invirtió en empresas digitales.

Para Villoro, una nueva guerra mundial no ha sido declarada, pero ya sucede en el ciberespacio

Mintió a la Comisión de Bolsa y valores de EEUU respecto a sus operaciones empresariales, negando la autoridad de ese organismo. Creó Neuralink, que diseña sensores para ser implantados en el cerebro. Ubicado en la extrema derecha trumpista aspira a construir una dictadura digital de ámbito globalJeff Bezos es dueño de Amazon y del periódico Washington Post. Tiene su propia compañía aeronáutica Blue Origin. Censuró en su diario toda crítica a Trump, candidato de los republicanos, sin apoyar a los demócratas como habían venido haciendo a lo largo de décadas. Mark Zuckerberg nació en el año orwelliano de 1984. Estudió en Harvard, donde apenas se relacionaba con sus compañeros. Sustituyendo esa tara se inventó Facebook para mantener vínculos a distancia con los demás.

Esta red social empezó siendo totalmente gratuita para convertirse después en un gran negocio. Los usuarios, nosotros, actuamos de manera más o menos consciente en su beneficio, contribuyendo sin pretenderlo a su negocio. Ahora se embarca en una nueva aventura digital: el Metaverso, es una plataforma que se denomina Meta, una realidad digital más intensa que la propia existencia física. Una distopía en toda regla.

Cada usuario tiene un avatar que entabla relación con otros avatares y hace negocios con bitcoins construyendo una dictadura digital. Constata Villoro que vendemos nuestros datos personales a Facebook, saqueamos nuestras identidades de manera escandalosa, que es un extractivismo del capitalismo más depredador.

Fue interrogado sin éxito por el Congreso de los Estados Unidos por el escándalo de Cambridge Analytica acerca de la verificación de la información. Vinculado como Musk con la extrema derecha trumpista, que da espacio en sus medios a los racistas supremacistas blancos. Para Villoro, una nueva guerra mundial no ha sido declarada, pero ya sucede en el ciberespacio. Está en nuestras manos parar la distopía de los totalitarios digitales que conforman Musk, Bezos y Zuckerberg, fieles aliados de Trump.

No soy un robot

Juan Villoro

Anagrama

320 páginas

19,90 euros