CRÍTICA

'Mecanismos gélidos', de Toni Montesinos: la ciudad y los libros

Este libro es un viaje por las letras italianas que transita la obra de autores clásicos, como Dante y Petrarca, y otros modernos -o clásicos modernos-, como Magris y Calasso

El crítico y escritor Toni Montesinos.

El crítico y escritor Toni Montesinos. / EPE

Lorenzo Luengo

La tarea crítica de Toni Montesinos (Barcelona, 1972), que se remonta a una revista que es inevitable recordar con nostalgia, El Extramundi y los papeles de Iria Flavia, abarca ya tres décadas y ha levantado un imponente edificio de libros: más de 50 (y creciendo), junto a otra decena larga que demuestran el talento del autor en los géneros de la poesía y la narrativa.

Entre las más encantadoras de sus obras, y una de mis favoritas, citaré Los tres dioses chinos. En ella recupera la crónica de viajes a la manera en que entendieron esa disipada disciplina -esto es: como una experiencia de interior- los grandes escritores de los siglos XIX y XX: de ahí esos salientes en las texturas del párrafo, esas frases que se despliegan como los elementos azarosos de un paisaje y que, a la manera de árboles, cabañas o personas, se van ordenando en una poética sucesión de imágenes. Su reposado lirismo nos despierta el deseo de leer esos otros paisajes vecinos que aparecen como una parte más del recorrido: Montaigne, Melville, Stevenson

Desde entonces, he seguido el rastro de Montesinos -de incalculable valor, por cierto, su personal biografía de un escritor casi olvidado pero al que Borges leía con adoración: Emerson- y nunca he dejado de encontrar al lector embelesado que descubre facetas nuevas, en esos autores a los que parece que hay que embalsamar en el elogio vacío de la crítica convencional.

En esta Italia a medias soleada por las grietas de una historia febril, Montesinos localiza las vetas de melancolía mediterránea en la que nuestro país también puede reconocerse

De esa mirada se nutre su último libro, un viaje por las letras italianas que transita la obra de autores clásicos (a destacar su relectura de Leopardi) y modernos, o lo que ya podríamos llamar clásicos modernos, como es el caso de Claudio Magris y especialmente el de Roberto Calasso. La lista es inmensa -no faltan Dante ni Petrarca, naturalmente, pero tampoco nombres que la triste convención habría dejado de lado: Emilio Salgari y Giorgio Vasta, por ejemplo-, y sin embargo consigue sembrar de nuevas perspectivas cuanto ya corría el riesgo de verse anquilosado.

La oscuridad del alma

Sagaz, delicado y sensible se muestra con un agotado Cesare Pavese («la lucha para Pavese era más cruda: la interior, consigo mismo, tan difícil de superar que prefirió ceder a ella y tomar los somníferos suficientes para dejar de sufrir y de preguntarse para qué vivía») y con el fascinante Mario Praz, quien, al hablar de algunos poetas simbolistas y románticos como «actores que mueven a las multitudes», halla esta inquietante réplica de Montesinos: «Esa multitud es hoy todos aquellos que quieran, asimismo, dejarse tentar por la serpiente que representa las partes oscuras de nuestra alma».

En esta Italia a medias soleada por las grietas de una historia febril, Montesinos localiza las vetas de melancolía mediterránea en la que nuestro país también puede reconocerse. El viaje termina con las sombras invitadas de diversos paseantes, de Donna Leon a John Ruskin y hasta el propio autor, que cierra su particular itinerario con las páginas de un diario que murmura versos sueltos: «Aquí no existe el viajero; sólo el turista que devora piedras y que mira un libro donde se desglosa la ciudad en una edición crítica con notas a pie de suelo».

¿Ciudades como libros, o libros como ciudades? Para Montesinos, brillante explorador, no hay diferencias: ambos son prolongaciones de una forma de estar que deja su impronta en delicias como esta, museo de una Italia inolvidable que vuelve a relucir ante nuestros ojos con todos sus tesoros renovados.

'Mecanismos gélidos'

Toni Montesinos

Alfar 

119 páginas

16,90 euros